DÍA 17

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Heartbeat

(Latidos)

Si había algo más que a Marinette le gustaba algo más que los ronroneos de Chat Noir; eran también sus latidos.

Esos latidos que mostraban hermosa sinfonía.

Esos latidos que le permitían seguir viviendo.

Esos latidos que demostraban lo locamente que estaba enamorado de ella.

Esos latidos que le transmitían tranquilidad y paz.

Estar siempre acurrucada sobre el pecho de su novio y escuchar sus latidos era como escuchar su canción de cuna favorita.

Pero esa vez sería completamente diferente para la vida de Marinette.

En un ataque de akuma por una distracción que tuvo ella en la batalla; Chat Noir recibió todas las consecuencias sobre sus hombros y en su corazón también.

Marinette fue testigo en como ese akuma había atravesado el pecho de su novio, la sangre brotaba de aquella superficie. Lo único que ella escuchó de él antes de que perdiera la consciencia fue...

"Dile a mi Marinette que la amo."

La chica transformada en Ladybug vio todo rojo de la furia, utilizó el poder del lucky-charm y venció rápidamente al akumatizado. Luego ella lanzó el objeto utilizado y toda París volvió a la normalidad; volvió con su novio sin importarle que ella estaba a punto de des-transformarse. Ella colocó su oído contra el pecho de Chat con la esperanza de escuchar sus latidos, contuvo su respiración pero lo único que escuchaba eran sus propios latidos acelerados de la desesperación.

– Por favor... por favor Chat... por favor. – sollozó frustrada.

Poco a poco los latidos de Chat Noir comenzaron a escucharse y a sentirse, haciendo que él diera una bocanada de aire y abriera sus ojos de golpe.

– ¡Chat! – exclamó ella con lágrimas en los ojos.

– Ladybug... ¿Qué...? – él no pudo continuar puesto a que su compañera se abalanzó sobre él hasta abrazarlo aliviada.

– Estás bien... estás bien...

Chat Noir se sentía confundido, lo único que recordaba antes de perder el conocimiento fue en decirle a su compañera...

– ¡Maldición!

– ¿Chat?

– ¡Tengo que irme! ¡Adiós Ladybug! – la azabache quedo perpleja por el extraño comportamiento de su compañero, en ese momento el pitido de sus aretes la alerto volviéndola en sí e ir a algún lugar seguro para poder des-transformarse.

Llegó a un callejón que quedaba a dos cuadras de su casa cuando perdió su transformación, ella miró por todos lados si no había moros en la costa para poder salir de su escondite sin que nadie la viera. Corrió rápidamente hacia su casa donde fue recibida por sus padres completamente aliviados de que su hija se encontrara sana y salva. Después de que sus padres se tranquilizaran ella se fue rápidamente a su habitación, ella sabía que él se encontraría ahí mismo.

Al llegar a su habitación Chat Noir no se encontraba por ningún lado, probablemente él se encontraría en el balcón. Rápidamente se fue ahí, y lo encontró.

– Chat Noir. – lo llamó con una voz tranquila pero débil, el felino la miró apenado; sus orejas se encontraban agachadas que tocaban su cabeza.

– Marinette yo... tengo algo que decirte... – el chico rápidamente fue interrumpido cuando sintió los brazos de su princesa rodeándolo además de que él alcanzó a escuchar unos leves sollozos a través de Marinette. – ¿Marinette?

– Estaba asustada... pensé... pensé que te perdería Chat... pude ver como ese akuma... ese akuma...

– Shhh... no llores, estoy a salvo. No me ha pasado nada. – él comenzó a consolarla mientras la abrazaba y le acariciaba con una sola mano su cabeza, mientras que con sus garras se perdían entre los cabellos azabaches de su novia.

Marinette comenzó a tranquilizarse poco a poco cuando escuchó el corazón de su novio, ese corazón que hacia minutos atrás había muerto para luego volver a la vida, jamás se perdonaría si algo le pasará a su gatito, JAMÁS.

– ¿Estás mejor Princesa?

– No vuelvas a darme esos sustos Chat, en serio pensé que morirías en esa batalla. – ella se aferró a él.

– No lo haría. Además, ¿Quién cuidaría a mi Princesa si este gato muere?

– Moriría contigo. – aquello aterro a Chat así que hizo a un lado aquellos comentarios que en verdad dañarían a su Princesa.

– Marinette. Hay algo que debo decirte y probablemente ya no quieras volver a verme. – Marinette lo miró preocupada que hasta le preguntó.

– ¿Qué es Chat?

– Yo... yo... yo le dije a Ladybug que te amaba antes de perder el conocimiento en la batalla con el akuma. – Chat Noir esperaba una fuerte reprimenda de su princesa o algo parecido a un severo castigo por parte de ella, pero, los segundos pasaban y Marinette no le estaba reclamando nada.

Marinette sabía bien que su gatito jamás haría una mala intención con decirle a Ladybug, es decir a ella misma en su alter-ego, sobre su relación con una civil; ella también lo hubiera hecho si estuviera en el mismo lugar que su gatito.

– Eso no importa ahora. – aquello impacto a Chat Noir. – Lo único aquí importante es que estás bien Chat.

– Entonces... ¿No estás decepcionada o enojada de mí? – ella lo negó.

– Oh mi gatito, por supuesto que no. Yo también hubiera hecho lo mismo. – ella acarició el rostro de su novio mientras que el felino héroe se dejó acariciar y a aferrarse al suave toque de su Princesa.

– No sabes cuánto te amo Princesa. – confesó él.

– Yo también. Yo también te amo Chat.

Ambos se miraron y sellaron sus labios en un beso.

Marinette fue la primera en romper el contacto labial y luego volvió a colocar su cabeza en el pecho de su novio, escuchando esa hermosa sinfonía de vida que tanto le gustaba escuchar de Chat.

May MarichatDonde viven las historias. Descúbrelo ahora