DÍA 29

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Contrary to most popular beliefs. I'm actually a dog person

(Lo contrario de la más creyente popularidad. En verdad me gustan los perros)

Era una noche cualquiera.

En la residencia Dupain-Cheng, Marinette se encontraba haciendo unos peluches de animales para su sitio web. Adrien, quien se había des-transformado minutos atrás se encontraba jugueteando con un perro de felpa.

– Sabes Princesa, siempre quise tener una mascota. – confesó de repente el rubio. – Mi padre nunca le importo a los animales. Dice que son muy desordenados.

– Sé a lo que te refieres. Vivir debajo en una panadería significa no tener animales para mí también. Siempre he soñado con tener un hámster. Son muy lindos, esponjosos y pequeños. – ella le dedicó una sonrisa a su novio mientras seguía con su labor con los peluches. – ¿Qué hay de ti, gatito?

El Portador del Gato rió mientras la observaba, una mirada coqueta y divertida decoró sus ojos.

– Siempre quise tener un perrito.

Ahora era ella quien lo miraba, insegura de que si aquello se trataba de una broma o si estaba hablando en serio.

Al ver el estado en la que se encontraba, el chico decidió con decirle la verdad.

– Sé que no me crees en lo que te digo, que estoy sólo jugando contigo, pero en verdad me gustan más los perros que los gatos.

Marinette juraba que su mandíbula chocaría al suelo de la impresión, mientras que su mente trataba de procesar de lo que su novio le había informado. Nunca se imaginó que su compañero y novio sería una persona de perros. Él siempre se le veía tan cómodo rodeado de gatos y por supuesto ser amigable todo el tiempo con los callejeros que suele encontrar por ahí cerca. La chica nunca veía al chico con ningún perro, pero ahora, todo cambio en ese momento.

– ¿No me crees en lo que te digo Princesa? – preguntó Chat Noir/Adrien a su novia.

– Debo admitir queme dejaste impresionada, jamás lo imagine de ti Adrien. Así que, perros, eh?

– Son leales. – dijo él.

– Igual que los gatos. – respondió ella.

– Ellos no te juzgan.

– Bien, probablemente eso lo dices por cierta personita, ¿No es así?

Un pequeño estornudo se escuchó a lo lejos de ellos, había sido Plagg pero a este no le dio nada de importancia.

– Ellos son dulces con todos. – volvió a enlistar Chat/Adrien.

– Bueno, eso es aceptable. – sonrió Marinette.

– Puedes enseñarles nuevos trucos.

– Los gatos también pueden.

Todo lo que decía el héroe de París acerca de los caninos, la azabache tenía una buena razón acerca de los felinos.

Cuando ambos finalizaron de las admirables cualidades de los perros sobre los gatos, Marinette le dio a su novio una pequeña y dulce sonrisa.

– Tal vez te gusten los perros, gatito, pero yo siempre tendré un punto débil por cierto gatito negro.

– ¿Hablas de Plagg? – señaló a su kwami quien ya se encontraba como tinaco desparramado y con una enorme barriga por comer mucho queso que le había ofrecido a Marinette.

– Bueno a parte de él, pero me estoy refiriendo a ti tontito. – ella toco con su dedo índice en la punta de la nariz de su novio, quien por cierto este se sonrojo.

– Lo sospeche desde un principio. – rió él.

– Te amo, gatito.

– Yo también te amo, Purrrincesa.

May MarichatDonde viven las historias. Descúbrelo ahora