DÍA 27

1.5K 145 24
                                    

Sin

(Pecado)

Chat Noir no dejaba de observarla, sus ojos empezaron a escanear cada esbelta curva de su cuerpo. La tentación le carcomía el alma por solo querer tocarla, pero no como de aquellas ocasiones de toques castos sino más bien impuros y lujuriosos.

Su cuerpo le ardía a horrores y ni como hablar de esa molesta sensación que comenzó a sentir en su entrepierna. Y ni como hablar del clima de esa noche; eran un horrible calor que hasta le sofocaba y le impedía casi respirar.

Con algo de sigilo entró a la habitación de la joven, la ventana no traía el seguro puesto y él no sabía cómo sentirse en ese momento sí feliz o disgustado por el pequeño error que cometió ella al no asegurar su ventana.

¿Qué hubiera pasado si alguien que no fuera él entraría a la habitación de la azabache?

Aquello le hizo hervir su sangre mientras apretaba con fuerza su mandíbula.

Rápidamente y silencioso se dirigió a la cama de la chica, ahí la pudo observar bien de cerca y admirar más su belleza descubierta. Ella traía puesto una blusa delgada de tirantes delgados y unos shorts cortos que le llegaban hasta los muslos, y lo peor de los casos es que ese conjunto se basa en él, como Chat Noir, se maldijo en ese momento el héroe de París puesto a que aquella blusa le revelaba más piel de aquel plano abdomen.

Relamió sus labios mientras sentía sus pupilas agrandarse de deseo y lujuria.

Sabía perfectamente lo que estaba haciendo y lo que estaba a punto de hacer, su conciencia le pedía a gritos que no lo hiciera pero sus impulsos y aquel oscuro deseo detrás de su cabeza le decía que lo hiciera; que ella debía de ser suya. Suya y de nadie de más.

El deseo y la lujuria lo cegaron por completo, y acto seguido la beso salvajemente contra sus labios haciendo que la azabache abriera los ojos asustada.

El corazón de ambos latieron al unísono pero eran diferentes tipos de latidos; los de él era de excitación mientras que los de ella era de espanto y sobre saltación.

El miedo y el pánico se combinaron en la chica; y rápidamente ella lo empujo antes de que él introdujera una mano por debajo de su blusa.

Cuando Marinette alejo de manera brusca al muchacho jamás pensó que se trataría de su novio, si no fuera por la luz de la luna que se asomaba por su ventana revelaría la identidad de él probablemente ella ya estaría gritando a todo pulmón para alarmar a sus padres.

– Chat Noir. – jadeó ella impactada, aun sentía como su corazón le palpitaba tan fuerte contra su pecho.

– ¡Mierda! – gruñó con furia y repudio el héroe mientras que con sus manos se cubría el rostro a la vez que en un intento desesperado él quiso arañarse la piel con sus propias garras. – ¡Lo siento! ¡Lo siento tanto Marinette! – suplicó perdón mientras ponía más confundida a novia.

– ¿Chat qué te ocurre? – preguntó ella aún más confusa mientras se acercaba poco a poco a él.

– Soy un idiota. Un idiota. Un idiota. – se recriminó así mismo el héroe.

– ¿Chat? – Marinette estiro su mano hasta acercarla a las manos de su novio, podía ver como Chat Noir temblaba a horrores mientras se maldecía así mismo una y otra vez.

Ella retiró suavemente las manos de su rostro mientras notaba unas leves marcas en él, pero lo que más le había sorprendido fue en su mirada; la cual mostraba arrepentimiento, repudio, deseo, lujuria y hambre.

– ¿Qué te ocurre? – muchos pensarían que esa pregunta estaba dirigida hacia a él pero más bien ella misma se lo había preguntado.

– Estoy en celo. – respondió sin musitar el rubio, la sangre había golpeado el rostro de Marinette mientras que su corazón latió de sorpresa. – Será mejor que me vaya antes que pierda el control.

– Espera. – rápidamente Marinette lo tomó de la muñeca antes de que él se fuera de su habitación. – ¿Por cuánto tiempo debes esperar a que esto termine?

– Según lo que me dijo Plagg... esto termina hasta que termine el mes o algo parecido... no lo sé.

La azabache miró a su novio, se le veía frustrado mientras que un intenso brillo decoraba su mirada.

– Chat. – él la miró con dificultad el calor intenso de su celo ya comenzaba a cegarlo. – Haz lo que tengas que hacer.

El corazón casi se le salía de su cuerpo a la vez que sus hormonas se alborotaron después de escuchar tan pecaminosa y lujuriosa invitación de su novia.

– No puedo.

– Chat...

– No quiero hacerte daño.

Marinette suspiró mientras ladeo su cabeza negativamente, colocó sus manos en ambas mejillas de su novio y acto seguido; lo beso.

Era un beso lento y casto al principio, que luego se convirtió en uno lujurioso y apasionado cuando Chat Noir le había correspondido.

Ambos se separaron cuando sintieron sus oxígenos acabarse.

Chat Noir miro con lujuria y deseo a Marinette, entre ella lo miró con amor y cariño.

Se volvieron a besar por segunda vez, el héroe de París recostó a la chica sobre el colchón y en un acto de pasión y amor se convirtieron en una sola alma, carne y mente.

La luna y aquellas cuatro paredes de la habitación fueron testigos del amor que se profanaron ambos amantes.

Si el amor fuera pecado entonces ellos dos no les importarían seguir pecando.

May MarichatWhere stories live. Discover now