Un solo ganador. (One Piece. Nami y los hermanos Vinsmoke)

Capítulo 05: Segundo.

A lo largo de 4 meses, los hermanos no habían logrado salir con Nami, aunque tenían detalles con ella y con el refugio, llevando comida, entretenimiento, muebles e incluso materiales de enfermería, la paciencia se les estaba terminando.

Un domingo, Reiju iba con sus hermanos al refugio, ella se llevo a Nami a la oficina de administración, con curiosidad los jóvenes las siguieron, observando que cerraron la puerta eso sin duda los intrigó.
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-Me alegra que haya encontrado su felicidad...- Reiju le contaban que (t/n) y Sanji ya tenía una casa propia, que en poco tiempo podría hablar con ellos, de repente escucharon susurros, ambas entendieron que había entrometidos tras la puerta.

Nami con sigilo se acercó a la puerta, ella sabía que no se escuchaba nada, así que los hermanos nunca se enteraron de nada y tampoco sabían que serían descubiertos, de un hábil movimiento giro la perilla, sin hacer ruido, abriéndose de golpe la puerta, los tres hermanos cayeron al suelo, estaban enojados y avergonzados por haber sido atrapados en el acto.

-¿Se pueden saber que hacen?!- exclamó con molestia Reiju, los chicos no sabían que decir, por suerte ellos no sospechaban que su hermana mayor sabia sobre su apuesta, pero tenían curiosidad de saber qué clase de relación tenía con la pelinaranja, los tres se levantaron del suelo.

-Bueno solo velamos por nuestros intereses... si tienen una reunión, nosotros como socios debemos estar presentes...- explicó Ichiji, tratando de sonar convincente.

-No se preocupen... Nami y yo sólo somos amigas, no sé que piensen...- declaró molesta, ya conocía muy bien a sus hermanos.

A Nami le causó gracia la situación, pero se dio cuenta que en realidad los hermanos Vinsmoke eran inseguros, posiblemente no sabían cómo tratar a una mujer.

-¡¿Qué locuras estás diciendo?!- se quejó Niji, tratando de disimular la situación.

-Bien... les creeré, pero es mejor que nos vayamos a casa...- la mayor comenzó a salir de la oficina.

-Gracias por todo y cuídense...- dijo Nami con una leve sonrisa, mientras los Vinsmoke se retiraban.

Después de un par de horas, Nami salía del refugio, después de resolver algunas cosas y dejar a los guardias encargados del turno, ya que gracias a sus socios, ahora contaban con camas y equipo de seguridad, podían dejar entrar a personas en situación de calle.

En el transporte de camino a su casa, por casualidad se encontró a un amigo...

-¡Luffy!- exclamó con una sonrisa, acercándose al joven de cabellos negros cortos, vestimenta sencilla, portando un sombrero de paja, quién dormía en el transporte. -¿Luffy?- volvió a hablarle, moviéndolo con brusquedad, pero el muchacho no escuchó, tenía que usar su arma secreta. -Tengo un poco de CARNE para la cena...- comentó y ahí el joven despertó.

-¡¿Carne?!- exclamó feliz, pero se dio cuenta que estaba el camión para la casa de su abuelo. -¿Qué pasa y la carne?- cuestionó mirando para todos lados. -¡Nami!- dijo con una amplia sonrisa al ver a su amiga.

-Hace mucho que no te veía Luffy, ¿cuándo volviste?- cuestionó.

-Hoy llegue... shishishi...- explicó, ambos eran amigos de la infancia, pero Luffy después se mudó, cuando visitaba a su abuelo, era cuando se veían, platicaron por el trayecto, ambos bajaban en la misma parada, pero tomaban caminos diferentes.

-Me alegra que estés bien...- dijo la pelinaranja.

-Debemos salir a comer un día de estos...- sugirió el pelinegro.

-¡Pero tú pagas!- su amigo carcajeo, esperaban aquella frase, ambos hablaban animadamente, no se daban cuenta que eran observados.

-Por cierto, ¿aún sigues haciendo prácticas docentes?- cuestionó.