Harry Potter y la travesía hacia el futuro.

17. Elena Wright.

Habían pasado dos semanas desde que Delphi se había escapado de Azkaban. Habían pasado dos semanas desde que Harry y sus amigos eran más cuidadosos en no revelar sus identidades. Harry les había contado a sus amigos lo sucedido y Hermione estaba más nerviosa de lo normal. Gritaba y se exaltaba siempre que alguno daba alguna, aunque sea mínima, señal de sus verdaderas identidades. James, Fred y Julienne pasaban mucho tiempo con ellos. James decía que era porque siempre quiso saber como eran sus padres de chicos, pero Harry sabía que mentía. James era bastante mal mentiroso.

Era un día soleado, un sábado, y por suerte no tenían deberes para hacer. Harry, Ron, Hermione y Ginny se encontraban en la orilla del Lago. Neville y Luna estaban buscando algo que Luna había perdido. Harry y Ron estaban tirando piedras al lago, mientras que Hermione y Ginny discutían sobre un hechizo.

— ¡Vamos, Ron! -exclamó Harry, sabiendo que no había nadie cerca-. ¡Debe rebotar repetidas veces, así irá más lejos!

—No lo sé, Harry, no me sale.

Ron bufó, no le gustaba que Harry le gane, como siempre hacía. En un afán de tirar una piedra más lejos, Ron tropezó y se cayó al agua, provocando que Hermione, quién estaba más cerca, se empapara.

— ¡Ronald Billius Weasley! -gritó la chica-. ¡Por las barbas de Merlín! Me has empapado...

La morocha estaba enojada, y comenzó a decirle varios insultos a Ron, ya que allí ella tenía varios apuntes, que ahora estaban mojados y no servían de mucho. Lo que ninguno notó fue que una chica de Slytherin había escuchado todo y, sin dudarlo, fue a avisarle a todo Hogwarts lo que había oído.

***

Albus estaba sentado en un banco, leyendo un libro tranquilamente, cuando alguien se acercó a él y le tocó el hombro. Odiaba que lo molestasen mientras leía. ¿Tan difícil era entender que cuando alguien leía no debían de molestarlo? Albus levantó la mirada, de mala gana. Se encontró con la mirada de una chica de ojos verdes y cabello pelirrojo. Ella era esbelta, tenía bonito cuerpo y una media sonrisa en su rostro. Era de Gryffindor e iba en el mismo año que él, la conocía porque habían compartido varias clases juntos a lo largo de los años. Ella era inteligente y habían cruzado alguna que otra palabra alguna vez. Creía que ella se llamaba algo así como Elena Wright.

—Disculpa si te molesto. -dijo Elena, aclarándose la garganta-. Es que te buscan en la sala de profesores. El profesor Longbottom... -continuó, pero se cortó, Albus la miraba detenidamente-. Lo siento, ¿pasa algo?

—No... es que... -él se aclaró la garganta, no acostumbraba a hablar con otros estudiantes... y mucho menos con chicas-. Nada, ¿Sabes por qué me buscan?

—No... -dijo ella, aunque Albus sabía que mentía.

—No me mientas... Mm, Elena, ¿cierto? -preguntó, a lo que la chica asintió-. Dime que ha sucedido.

—Básicamente toda la escuela se ha enterado de que tus padres de jóvenes están aquí. -le dijo la chica, llevándose un pelo rebelde detrás de su oreja-. Sólo sé que te buscan, Albus. Toda tu familia está allí. Incluso Scorpius Malfoy.

— ¿Y por qué te han enviado a ti y no a cualquier otro miembro de mi familia? -le preguntó el chico, arrugando la frente.

—No lo sé, yo sólo pasaba por allí y... -Elena suspiró-. ¿Te he hecho algo? Porque parece que te molesta que yo te haya venido a buscar...

—Si, me has interrumpido en mi lectura. -le aclaró Albus-. Y eso me molesta, bastante.

—No te lo tomes a mal. -le dijo la chica, y rodó los ojos-. Pero yo no he hecho nada para que me trates así, sólo he venido a decirte lo que me mandaron a decir. Ahora, si me permites me iré.

Antes de que Albus pueda responder alguna otra cosa, Elena, se marchó. Él se quedó allí, perplejo por un par de minutos. ¿Qué había hecho? ¿Por qué le había hablado así a la chica? Ella tenía razón, no le había hecho nada tan grave como para tratarla así. Pero ahora, ese no era el mayor de sus problemas. Debía ir a la sala de profesores.

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Capítulo editado el 07/03/2019.