Capítulo 12 - Work song

2.1K 156 16
                                    

Canciones de este capítulo:

- Mi columpio, de Marwan.

- Work song, de Hozier.

- Prey, de The Neighbourhood.

- Dioses de la distorsión, de Iván Ferreiro.

//


Hell (Mimi):

-¿Qué... Qué haces aquí? ¿Qué haces en Madrid?

-Estamos en un país libre, ¿no? – Se rió. - ¿Qué crees, Mimi? Pasear... Y encontrarme contigo.

-María, creo que te dejé claro en Granada que habíamos acabado. No creo que estés aquí de casualidad.

-Vaya... Me has pillado. En realidad llevo buscándote toda la tarde. En tu antigua escuela me dijeron que habías encontrado trabajo en una de Madrid, y he preguntado que si sabían dónde estabas. – Ricky y yo nos miramos con pánico. – Tranquila, no me han dicho dónde estabas. Ni siquiera he ido a tu nueva escuela. Ha sido todo casualidad. – Se rió. – Unos meses y te olvidas de mi sentido del humor...

-María... - Hice un amago de levantarme y llevármela de allí para hablar en algún sitio. Aquella plaza no era el lugar para hacerle un interrogatorio sobre sus razones de por qué estaba en mi ciudad.

-No hace falta que digas nada. – Sacó un papelito de su bolso y me lo tendió. – Llámame si en algún momento quieres que nos veamos. ¡Chao!

Y se marchó, perdiéndose por las calles de Chueca, dejándome a mí y a Ricky con cara de idiotas.

-¿Qué coño acaba de pasar? – Dijo él por fin.

-No... No lo sé. Ha sido surrealista.

-¿Esa era María?

-Sí, sí... - Murmuré mientras me frotaba los ojos; aquello parecía sacado de un sueño.

-No me lo puedo creer. ¿Te encuentras bien?

-Sí, pero... Es que no proceso lo que acaba de ocurrir.

-Eso nos pasa por mencionar el pasado.

-Calla, calla, no sea que encima aparezcan otras chicas y la liemos. – Le agarré de la mano para levantarle e instarle a que nos fuéramos a otro sitio. – Vámonos. Vámonos, Ricky, por favor.

-Vale, vale... ¿A tu casa?

-A cualquier sitio menos este.

El trayecto en Metro lo hicimos en silencio casi, sólo amortiguado por las conversaciones de la gente que iba en nuestro vagón. Ricky me miraba preocupado, y yo sólo tenía una cosa en la cabeza: a ella, a María. ¿Por qué el pasado es tan caprichoso y elige volver cuando menos lo necesitamos? Yo no quería volver a verla; estaba con Ana y con ella todo estaba bien. No necesitaba que apareciese de nuevo. Lo habíamos dejado de buenas, por supuesto, pero no quería verla más. Madrid era ahora mi sitio seguro, mi lugar feliz. La ciudad en la que había conocido a Ana y en la que quería pasar el tiempo que la vida nos concediese juntas. No creía en que el amor fuese para siempre pero con ella me inclinaba a pensarlo. Era casi mágico lo que teníamos. Y aunque a veces rayara la obsesión y la necesidad física, lo sentía puro y real. Me sentía real, tangible. Unas sensaciones que nunca había tenido saliendo con nadie. Y me daba miedo que María hubiese vuelto para revolucionar otra vez todo y hacer que rompiese aquello tan bonito que tenía con mi novia.

Cuando llegamos a la casa de Ana fui directa a la ducha y dejé que el agua me limpiara y me aclarara la mente. Ricky se acomodó en el sofá y puso la tele mientras yo tardaba más de lo habitual en mi ducha. Necesitaba pensar. Y el agua corriendo me aclaró las ideas.

Sweeter than heaven, hotter than hell // Warmiजहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें