Dangerous [Embry Call] |Libro 4| de la serie 'Improntas'

CAPITULO 2

-disculpe ¿conoce usted esta dirección? – le pregunte a un hombre que pasaba junto a mi mostrándole el mensaje de texto en la pantalla de mi teléfono móvil, el hombre miro con atención la ventana de chat que yo le indicaba mientras yo me permitía mirarlo con disimulo, el hombre era realmente alto, de piel morena y cuerpo musculoso, iba vestido con escasa ropa a pesar de lo frió del ambiente, la vista no era algo fácil de ignorar; si todos los hombres del lugar eran como el, yo podía considerar quedarme un tiempo.

-¿buscas a Sarah? – me dijo el alzando la vista para mirarme.

-¿la conoces? – le pregunte con una sonrisa.

-si, tu solo entra en esta calle. – dijo indicándome una calle que había a su espalda. – queda en una esquina, dos calles mas arriba, la casa es de puerta verde. – me indico con una sonrisa.

-muchas gracias, oh! Mi nombre es Monserrath, gracias en serio. – le dijo ofreciéndole la mano.

-mucho gusto, mi nombre es Sam. – me dijo estrechando mi mano, su tacto se sentía extremadamente cálido pensé en preguntarle si acaso tenia fiebre, pero este solo soltó mi mano y echo a correr hacia el lugar al que se dirigía antes de que fuera interrumpido por mí, yo solo puse la moto en marcha para seguir sus indicaciones.

Hallar la casa no resulto difícil, pues las indicaciones de Sam fueron bastante exactas, eso y además de que Sarah se encontraba junto a los señores Smith sentados en el porche, aparque frente a su casa mientras esta me miraba con el ceño fruncido, en cuanto me quite el casco ella corrió a mi lado para abrazarme.

-estoy muy feliz de verte. – me dijo ella dejando un beso en mi mejilla, sus padres también habían llegado a mi lado para darme un caluroso abrazo de bienvenida.

-creí que pasarían años antes de tener la dicha de volver a verte. – me dijo la señora Clarissa con una sonrisa genuina, ella había sido siempre tan buena conmigo. – vamos, debes tener hambre. – me dijo jalándome del brazo para que entrara con ellos en la casa.

***

-Monse... siento mucho lo de Andrew. – me dijo Sarah, una hora más tarde cuando estábamos recostadas boca arriba sobre la cama de su habitación. - ¿fuiste al cementerio?

-si, pase a despedirme y disculparme por no haber estado con él. – le dijo suspirando para evitar cualquier tipo de malestar que la conversación me pudiera provocar.

-no fue tu culpa, ni siquiera te podías comunicar conmigo, tu padre fue muy injusto. – me dijo buscando mi mano sobre la cama para tomarla y darle leves apretones.

-¿Qué tal estuvo el entierro? – le pregunte.

-tu padre no dejo entrar a sus amigos y yo solo pude estar unos minutos allí, porque en cuanto me vio me pidió que me fuera. – me dijo ella.

-mi padre es una basura. – le respondí con la mirada clavada en el techo de su habitación.

-¿Cómo lograste regresar?

-ya sabes que yo no quería estudiar medicina y cuando Andrew murió decidí que no debía hacer mas lo que mi padre quisiera, yo sabia que yo no respiraba sin que el se diera cuenta, así que pedí cambio de carrera en la universidad, obviamente se puso furioso y no pago el semestre y le dijo a la bruja de mi tía que me enviara a Ellensburg de inmediato. Ah y ¿sabes? – le dije con una sonrisa amarga que, aunque Sarah no viera por el sonido de mi voz la percibiría. – me ofreció una última oportunidad.

-¿de que se trataba? – me pregunto la pelirroja con un tono de voz cansino que me hacía saber que ella ya esperaba algo decepcionante.

-Dijo que aún me podía casar con Daniel. – mi revelación causo que Sarah se sentara de un golpe sobre su cama, se giro para verme con evidente sorpresa y una expresión molesta.