CAPITULO 14

5.8K 466 33
                                    

Maratón (1/3)

-¿te sientes mejor? – me pregunto Emily, apareciendo en la puerta del baño, detrás de ella tres cabezas se asomaban luchando por ver hacia el interior del lugar, distinguí a Kim, Anna y Lou ¿a qué horas había llegado todo el mundo?; asentí en dirección a Emily aunque leves temblores aun recorrían mi cuerpo; Emily me sonrió y entro para abrir la puerta del pequeño cajón que había debajo del lavamanos, rebusco unos segundos en este y luego saco un cepillo de dientes que aparentaba ser nuevo se lo tendió a Sarah, la cual aún se encontraba a mi lado sobándome la espalda en un intento de calmar mis temblores.

-lávate los dientes, traeré comida para ti y Embry; ambos necesitan recobrar fuerzas. – me dijo con su sonrisa maternal que brindaba tanta seguridad. - ¿Louisa puedes dormir en casa de Seth hoy? – dijo girándose para mirar a su sobrina, que aun miraba la escena desde el umbral de la puerta; Louisa se apresuró a asentir; Emily se puso en pie y se retiro arrastrando al resto de las chicas con ella, no sin que estas pusieran resistencia antes; aferre con fuerza la mano de Sarah en cuanto me percate de que esta se ponía en pie para retirarse también.

-Sarah... - le dije nerviosa, negando con mi cabeza; no tenía idea de cómo actuar, sabia que en la habitación Embry aun esperaba por mí, ¿Qué le diría al verlo? ¿Qué tipo de preguntas puedo hacer? – no me dejes. – le dije en un susurro.

-no tienes porque tener miedo. – me dijo ella con una sonrisa. – nadie te va a lastimar. – luego golpeo mi brazo con su codo. – ese chico freno una bala por ti. – dijo con una sonrisa traviesa. – te ama como a nadie en el mundo, lo juro. – me dijo levantando su mano derecha en señal de juramente.

-pero los lobos. – dije con confusión. – vampi...

-creo que es mejor que todas tus preguntas se las hagas a él. – me dijo inclinándose para besar mi frente. – y ya despierta, tú no eres tan ida. – me dijo chasqueando sus dedos en frente de mí, para luego pasarme el cepillo que Emily había dejado para mi y acto seguido se puso en pie y se retiró del baño; me levante del suelo a pesar de los temblores y camine hasta el lavamanos, frente al espejo note lo pálida que estaba; saque el cepillo de su empaque y robe crema dental la cual por obvias razones debía ser de Louisa, lave mi rostro para mejorar de cierto modo mi apariencia y me quede allí, estática mirando mi reflejo ¿Qué le diría? ¿y si mi forma de actuar lo ofendió? Y ¿si esta molesto por mi comportamiento?

Asome mi cabeza con la esperanza de que este no estuviera allí, pero en realidad el estaba pendiente con su mirada en dirección a la puerta; en cuanto me vio me sonrió ampliamente y entonces supe que todo estaba bien, que ese era Embry con su eterna sonrisa juguetona que yo tanto adoraba ver; Sali con cautela del baño, mi sonrisa era tímida y camine hasta la cama para sentarme a su lado.

-¿Cómo te sientes? – le dije acercándome a su herida, para notar que la gasa que alguien, supongo Emily o alguno de los chicos había puesto sobre su herida, se veía totalmente limpia; como si bajo esta no hubiera una herida de bala ocasionada tan solo un par de horas atrás; alce mi vista para mirar la expresión de Embry pues no había recibido respuesta a mi pregunta; el solo se inclinó para besarme, beso que yo correspondí, mientras el posaba sus manos sobre mi cintura, me despegue de el abruptamente al notar que este intentaba alzarme para acomodarme en su regazo. – ten cuidado. – le regañe. – estas convaleciente.

-con solo verte me siento mejor. – me dijo para inclinarse sobre mi de nuevo, me retire ante su nuevo intento de besarme y pose mi dedo índice sobre sus labios.

-¿no crees que me debes una explicación, lobo? – le dije enmarcando la última palabra, Embry sonrió apenado y agacho la cabeza. - ¿todas las leyendas son ciertas? – le pregunte, el asintió levemente aun con la mirada baja. – Dios! – exclamé, causando que él se sobresaltara también. – es decir, Lobos, vampiros... - dije frunciendo el ceño mientras pensaba en otra palabra que había leído y escuchado la noche de la fogata pero que no lograba recordar, pero entonces termine pensando en el contenido de la leyenda; aquello sobre las almas gemelas. - ¿debería preocuparme? – le pregunte en un susurro, el me miro confuso.

Dangerous [Embry Call] |Libro 4| de la serie 'Improntas'Where stories live. Discover now