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Básicamente pasó esto:

Conocí a Toriel y Asgore, los reyes de los monstruos y padres de Asriel. Y sí, los dos son cabras.

Toriel es muy amigable, tiene una dulce voz, hace un muy sabroso Pie, y tiene un don maternal incomparable.

Asgore es casi igual, su aspecto "rudo" cambia a uno adorable al momento de sonreír, no me extraña que los humanos de este lugar no los tomarán como una amenaza... O que hubieran perdido la guerra desde el principio.

En resumen, Asriel tiene una muy bonita familia...

Qué envidia siento...

Ya es de noche cuando tengo que regresar a casa, no tengo celular, así que supuse que eran alrededor de las 8 de la noche. Asriel se ofreció a acompañarme, pero yo insistí en que no hacía falta, después de todo, quiero estar sola, y no es como si hubiera accedido a conocer a sus padres por gusto.

Amable, inocente, misterioso, cálido, lindo. ¡Un príncipe!
¿Acaso no es suficiente para ser perfecto?

Je, no. No para mí.

Desperté, me vestí, desayuné. Lo habitual. Mi rutina diaria en la escuela cambia demaciado con la presencia de nuevo amigo, me llevará mucho tiempo acostumbrarme a aquella compañía.

Caminaba a casa luego de terminar las clases cuando una voz que no conocía sonó detrás mío.

- ¡Humana!

¿Qué sujeto llamaría a alguien de ese modo? No me molesté en voltear, estaba segura de que no era para mi ese llamado hasta que sentí unos toquecitos en mi hombro derecho. Di media vuelta, casi me asusté al ver un esqueleto, me rebasaba por mucho en altura, lo reconocí de la clase de educación física, que de hecho no tomé salvó por unos minutos.

- Em, ¿Hola...?- hice un esfuerzo por recordar su nombre- Pa... Py...

- Oh, valla...- Tuve una sensación desagradable. Se dió cuenta de que me olvidé por completo de su existencia. Iba a retroceder, no sabía cómo iba a actuar siendo mucho más grande que yo, pero lo que dijo me dejó sin comentarios- ¡Estás tan impactada por ver al GRRRAN PAPYRUS enfrente tuyo, que no puedes ni pronunciar mi nombre! ¿Quien dijo que mi hermano era la única celebridad aquí?- hizo una pose "heróica" y una expresión triunfadora- Yo también soy un imán para las chicas.

No supe si reír o sentir lástima, la verdad, no podía evitar tener mucha confusión.

- Tú eres la humana que conoce a Undyne, y Alphys, ¿Cierto?- Siguió el mismo, así de repente cambió de sanblante.

- eh, ¿Si?

- ¡Pues no hay tiempo!

Me agarró la muñeca y empezó a correr. Estaba confundida, pero no me quedó de otra más que seguirlo, sus pasos eran mucho más largos que los míos, pero trataba de seguirle el paso. Justo cuando iba a preguntarle qué rayos sucedía, él me soltó al mismo tiempo que se detuvo, y yo caí de cara al piso.

- ¡Llegamos!- se escuchó decir al "gran" Papyrus, estaba feliz, ¿Es que acaso no se dió cuenta de que estaba tirada a un lado de él? Suspiré con coraje y me levanté con lentitud, ahora mi rodilla tenía un raspón que ardía demasiado. Levanté la mirada y ahí estaba lo que aquel sujeto quería enseñarme...

- ¿Un perro?

- Si- Esto no podía ser cierto, ¡Me llevó hasta ese lugar por un animal! Jamás había perdido mi tiempo y energía en algo tan patético, y eso que la escuela contribuye mucho- pero mira.

Me limité a hacer caso. Estaba sobre una caja con una almohada al fondo, en una esquina estaba el nombre del cachorro blanco.

- Lleva aquí desde la mañana- continuó el que seguía a mi lado- ya es tarde, ¿No debería estar en casa?- Lo miré, de la misma manera que una madre hace para explicarle a su hijo que su padre no va a volver, ¿Enserio no se ha dado cuenta?

- Él... No tiene casa- ladeó su cabeza, no parecía comprenderlo. Busqué otras palabras para explicar la situación- Este... Está aquí porque necesita alguien que lo cuide.

- ¿Y su familia?- ¿Es qué no se le acaban las preguntas? Yo también tengo muchas, como: ¡¿Por qué me trajo a mí y no a uno de sus amigos?! Pero tenía que ser paciente, de la misma manera como fui con Asriel y sus padres.

- Em, no lo sé, tal vez está buscando una...

Papyrus vio de nuevo al perrito, que también lo veía atentamente. Lo cargó con cuidado. No era para nada agresivo.

- ¡Llevemoslo!- Me incomodé, ¿Por qué habla en plural?- Vámonos a cuidarlo nosotros.

- ¡¿Qué?! No- me negué de inmediato- yo no puedo hacer- no me dejó terminar ya que hizo que sostuviera al perro de nombre Toby.

Hice una cara de desagrado, tuve impotencia al momento de sentir que no quería dejarlo ahí tirado. Suspiré cansada y asentí, decepcionada de ser derrotada por un esqueleto y un cachorro abandonado.

- ¡Bien! Hoy se quedará en mi casa.

Y de nuevo tuve que ir casa de un completo desconocido, no podía creer lo fácil que era manipularme.

La vivienda de Papyrus era una cabaña, me dio extrañeza ver que el tejado de ésta tenía nieve, ¿Cómo era posible eso? Al momento de entrar, yo y Toby, (que seguía en mis brazos) vimos alrededor, yo con incomodidad y él emocionado. Nada más entrar habían unas escaleras que conducían al segundo piso, la sala estaba a la izquierda de donde estábamos y la cocina en la derecha.

- ¡Bienvenidos!- gritó de nuevo el más alto- ¡Sans, ven a saludar!

¿Sans? ¿Donde escuché ese nombre? Empecé a hacer memoria...

"Él es el hermano de Papyrus, pueden llamarlo como quieran."

"Estaban tan distraídas que no les importaba que escuchara su conversación amorosa y planes de cómo violarse a uno de los esqueletos que estaban en educación física."

"¿Quién dijo que mi hermano era la única celebridad aquí?"

Ahora que lo pensaba, jamás ví de frente al tan mencionado Sans. El tiempo que paso con Asriel no es tan vacío como para prestarle atención a otras cosas.

Mis pensamientos pararon cuando se escuchó una tercera voz:

- ¿Quién es tu amiga?

Levanté la mirada y ví a otro esqueleto, era levemente más alto que yo, sólo por unos 6 centímetros. Su anatomía esquelética era un poco más gruesa que la de Papyrus, pero no dejaba de verse delgado por la falta de piel. Sus cuencas tenían una pupila blanca, y su sonrisa era tranquila. Lo primero que pensé fue...


¿Qué tanto le ven?

Perfecto... Sólo en mi mente ▶FRANS◀ [COMPLETADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora