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Iba camino a casa pensativa. Al final no permití a Sans acompañarme, ya había pasado demaciado en un sólo día y lo único que quería hacer era descansar de una vez por todas.

Entré a casa, prendí las luces y miré al rededor, me sentía abrumada y confundida con todo lo anterior. Las distintas emociones que no paraba de percibir me revolvían el estómago.

Una invitación que resultó ser falsa. Una chica que intentó torturarla.
Un esqueleto ahora finge ser su pareja.

Matenme, matenme por favor.

Tenía que ordenar mis ideas, intentar averiguar lo que pasó (aunque lo haya vivido, se me hacía complicado de creer).

Empecemos por "la invitación" la nota que encontré y me decía que debía ir al gimnasio después de clases. Fue un truco muy barato, pero, ¿Por qué pusieron el nombre de Sans como el que la envió? ¿Ya sabían que lo conocía? ¿Nos vieron juntos gracias a mi falta de discreción?

Entre las tres cosas, esa es la que ahora tiene menos importancia, ya que de seguro toda la escuela sabe que lo conozco, incluso tal vez más que como un sólo "amigo".

La segunda me hizo reflexionar aún más. ¿Rubí intentó matarme? Se me hacía muy raro y me daba miedo sobre todo, pero ¿Cómo era posible? Yo nunca le hice nada malo, ni siquiera le hablaba, incluso una vez me confesó que me molestaba sólo por ser una presa fácil (ese tampoco fue el mejor día de todos) pero llegar a ese extremo... No parecía ser ella...

Me tragaría 100 agujas antes de traicionarte...

Palidecí de miedo. Esas palabras se las había dicho a una sola persona en todo el mundo, y fue hace muchos años, y estoy completamente segura de que Rubí no era aquella persona. Su nombre era... ¿Encerio lo olvidé?
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El sonido agudo de un timbre resonó en casa de lo Dreemurr. Asriel permaneció en su habitación; recostado sobre su cama y mirando al techo sin expresión hasta que unos golpecitos y sonido de su puerta abriéndose llamaron su atención, se sentó sobre su cama para ver a su madre en la entrada.

- Mi niño, una amiga tuya te busca- exclamó Toriel, a lo que su hijo se emocionó y se levantó para dirigirse a la entrada principal, su sonrisa desapareció al ver a una peculiar rubia esperándolo.

- Oh... Eres tú- el ensamble de Rubí cambió a uno de molestia tras las palabras del príncipe, y con una voz fría dijo.

- Tenemos que hablar.

Asriel miró por dentro de la casa para ver a Toriel y avisarle de que no tardaría en volver a casa, a lo que su madre aceptó despreocupada.

- Deberías dejarla en paz- exclamó Asriel una vez que él y la rubia se alejaron lo suficiente de la casa- de seguro sus padres están preocupados.

- Ajj, sí, lo haré luego- respondió con pesadez la contraria.

- Y... Dime... ¿Qué tal te fue?- la chica dejó de caminar, a lo que Asriel respondió de la misma manera para quedarse viéndola- ... ¿Cha-

- ¡¡Es un maldito!! ¡Quiero matarlo!- lo interrumpió gritando- ¡Encerio lo odio!

- ¿A quién?

- ¡A ese maldito comediante!- miró a Asriel con una expresión llena de furia- ¡¡Lo arruinó todo!! Y estaba tan cerca...

- No salió como esperabas, ¿Eh?- sonrió ligeramente con alivio.

- No... Ahora esa basura sonriente será una molestia permanente.

- ¿A qué te refieres con eso?- preguntó con curiosidad el de pelaje blanco.

- Son pareja.

Hubo un silencio que duró varios segundos. La de ojos carmín empezaba a enfadarse discretamente.

- Eso me alegra- las palabras de Asriel sobresaltaron a la chica.

- ¡¿Disculpa?!

- No estoy de acuerdo con tu plan malévolo y vengativo, y tú lo sabes, así que me alegra que ahora esté a salvo- la rubia suspiró con coraje.

- Eres un llorón traidor- las palabras con rencor que salieron de su boca le importaron poco a Asriel, quien miraba al cielo.

- Se hace tarde- la miró a ella- ya ve a dejar a Rubí, y no vuelvas a usarla.

- Ja, como si te fuera a hacer caso a tí- apartó la vista para quedar viendo a la nada, el de ojos esmeralda se acercó a ella, llamando su atención para que lo mirara con esa expresión amarga de siempre- ¿Qué?- Asriel no hizo nada unos segundos hasta que ya sin pensar nada, envolvió el cuerpo de la delgada rubia que quedó perpleja.

- Extrañé... Abrazarte- habló con una voz más suave de lo normal. La que se mantenía quieta no se atrevió a responder, ni el abrazo, ni las palabras. Se separó y caminó para empezar a alejarse.

- Adiós...- fue lo único que dijo ella. Asriel sólo sonrió y suspiró extrañando.
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- Adiós Chara...

Perfecto... Sólo en mi mente ▶FRANS◀ [COMPLETADA]Where stories live. Discover now