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Frisk se encontraba pensativa. Y con calor.

Soltó aire viendo al cielo. ¿En qué pensaba?

Él no quiere verme.

Al llegar junto con Alphys; Undyne y Papyrus se iban acercando, este último estaba emocionado hasta que empezó a ver a todos lados.

- ¿Y mi hermano? Estaba ahí hace un segundo.

¿Qué mejor bienvenida que esa podía haber recibido la humana? Una mala imagen le estaba carcomiendo la cabeza. ¿Así iba a ser todo el viaje?

Simplemente dejó lo que había recolectado en la futura fogata que harían más tarde y se sentó en el tronco en el que no sabía que anteriormente estaba Sans.

Mientras tanto con él, aún parecía no estar del todo convencido en ir así nada más. Miró alrededor, quizás podría darle algún bocadillo o bebida que Papyrus había llevado. Empezó a buscar en una hielera que habían dejado por ahí junto a otras cosas. Agarró una limonada en lata que obviamente estaba fría e inhaló hondo. Era el momento.

Empezó a caminar en dirección a la humana. Podía notar su mirada perdida en el horizonte, por lo que pudo notar que ella no lo había visto acercarse hasta que se detuvo a unos pasos alado.

Frisk pareció sorprenderse, hasta llegó a pensar que empezaba a darle un golpe de calor, pero no, ¡Ahí estaba! Enfrente de sus ojos.

- Hola- Saludó un tanto nervioso, pero logrando formular bien sus palabras y típica sonrisa. Le extendió la lata para no quedarse en silencio- Te la traje, se nota que tienes calor.

- ... Ah, n-no hace falta- entrecerró sus párpados y ladeó sus labios, haciendo una mueca incómoda.

- Oh, vamos, no dejes que mi esfuerzo haya sido en vano- Se acercó más y la castaña sin parecer estar agusto, suspiró.

- Okey- La agarró de forma que no rozara su mano con la de él y la abrió- ... Gracias.

- De nada ¿Puedo...?- Ella lo vio señalando a un lado y asintió, seguido de esto, el de sudadera azul se sentó. Era sorprendente como podía mantener el ramo oculto sin que sospechara del porqué tenía su mano izquierda detrás de su espalda todo el rato- ... ¿Cómo haz estado?- Está vez miraba al suelo al igual que ella.

- ... Podría estar peor- Tomó un sorbo de la limonada sin mucho interés- Supongo que tú haz estado de maravilla, ¿No? Como siempre...

El esqueleto le miró de reojo. Ya tenía claro que Frisk estaba molesta, por eso le hablaba más indiferente que otras veces, pero no iba a aguantar más eso, estaba dispuesto a arreglar al menos parte del daño que hizo. Suspiró. Sacó las flores y las acercó al rostro de la contraria, que lo miró con sorpresa.

- Es... Una ofrenda de paz...- Dudó en sus palabras y miró una expresión que aseguraba descepción en la castaña. Se puso nervioso y se coloró de azul por lo siguiente que diría- O-okey, es un... Un regalo. Lo siento. Te evité por mucho tiempo por miedo a que me odiaras al verme actuar como si nada hubiera pasado después de la última vez que nos vimos, que de hecho, me comporté como un bicho raro muy idiota. No era mi intención confundirte y... Lastimarte. Tampoco quería que te fueras, porque yo... D-de verdad quería cuidarte hasta que mejoráras de tu pie...- Miró hacia otro lado al sentir sus pómulos muy calientes. Estaba avergonzado de que lo viera así- ... Lo siento...

No escuchaba respuesta. Se estaba poniendo más incómodo el ambiente. Sintió temor de ser ignorado por aquella bella castaña, pero sintió que de sus manos fue retirado el montón de flores y fue ahí cuando le devolvió la mirada. Ella analizaba las flores con seriedad y luego cruzó sus pupilas con las de Sans.

- ... En serio eres un idiota...- Fue lo primero que dijo, pero luego se acercó las flores a la nariz y las separó al olerlas bien- Pero al menos no son rosas, así que te perdono.

Sans reaccionó poco después de sus palabras. Sonrió ampliamente y la abrazó con fuerza. Algo que sin dudar dejó a la humana paralizada, pero el esqueleto no se detuvo a razonarlo. En ese momento sentía un par de emociones encontradas; jamás había sentido ese tipo de felicidad, ese impulso de querer tener a la otra entre sus brazos todo el tiempo. Pocas veces habían sido los abrazos sinceros que le había dado a Frisk, y hasta ahora se había dando cuenta qué tenían éstos de diferentes con otros hacía cualquier otra persona. Los de ella eran cálidos y reconfortantes, sentía que así podía protegerla de cualquier cosa, se sentía... Querido.

Se separó de golpe. La seguridad se había ido y el azul de su cara había vuelto, incluso más intenso que antes.

- L-lo siento, yo no... ¡Perdón!- Se levantó avergonzado viendo a Frisk, que tenía también un ligero rubor, pero nada comparado con el de él, y además, ella empezó a reírse, confundiendo al albino.

- Jajajaja, te vez muy raro, jejeje- Sans se sintió estremecido y tapó su rostro. Algo que la hizo reír aún más a ella. Se levantó y tocó una de sus huesudas manos, causando que el mayor sobresaltara y la viera de nuevo- Jejejeje, se nota que tienes calor, ¿Por qué no tomas un poco?- Le mostró la lata de limonada y él frunció un poco el seño.

Se veía tan vulnerable a la vista de Frisk que incluso le llegaba a ser tierno. Los demás, que veían la escena a lo lejos y sólo llegaban a escuchar las risas de parte de la humana, estaban felices, se veían muy lindos estando juntos y sólo alguien estaba infinitamente seguro de que aquellos dos tenían algo muy especial, y ese era Papyrus.

Perfecto... Sólo en mi mente ▶FRANS◀ [COMPLETADA]Where stories live. Discover now