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Resumen de capítulos anteriores:

Frisk quedó lesionada en el colegio y ahora se está quedando en casa de los esqueletos.

Fin

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- Regreso en la noche, si necesitas algo solo llámame o dile a Sans, dudo que se moleste si tú lo despiertas.

- Okey, hasta luego, Pap- me despedí agitando mi mano estando aún sentada delante del comedor. El mencionado correspondió de la misma manera y se fue cerrando la puerta detrás suyo.

Solté aire satisfecha, ya había acabado de desayunar y ahora había silencio. O al menos así fue hasta que unos ladridos adorables se hicieron notar. De cierto modo me asusté.

- Shhh, Toby- lo miré con algo de preocupacion. El cachorro estaba a un lado de mí insistiendo- Yaaaa- empecé a susurrar. Lamentaba no poder moverme libremente por mi lesión- Por favor, vaz a despertar a Sans.

No paraba de ladrar por más que le dijera y yo no quería que el mayor despertara, ¿Que por qué? Pues por vergüenza. Prácticamente estamos solos y esos son los momentos más incómodos entre ambos, ¿De qué hablaríamos? ¿De nuestro falso noviazgo? ¿De lo graciosos que resulta ser vivir una mentira? ¡No! ¡Ni pensarlo!

Empezaba a desesperarme de aquel ruido que emitía el perro. Llevé mis manos a mis oídos haciendo una mueca desagradable. Miré a Toby cansada y en eso noté su tazón de comida. Estaba justo a un lado de él, vacío.

- ... ¿Tienes hambre?- Fue en ese momento cuando cerró el hocico. Suspiré aliviada y me levanté con lentitud.

Según yo, su comida estaba dentro de un anaquel blanco que estaba en la cocina. Era ahí donde veía que Papyrus ponía la bolsa. Estaba por ir cuando de nuevo otro ladrido me detuvo. Me giré ya viendo al perro molesta.

- ¿Ahora qué? Tú comida está allá- Señalé de mala gana detrás mío. Toby dió unas cuantas vueltas y caminó a la sala. Algo confundida lo seguí a mi ritmo. Al llegar al sitio miré un momento a Sans. Seguía en la misma posición y hasta parecía no respirar, pero es normal, es un esqueleto, suele ser complicado tan solo pensar cómo diablos está vivo.

Me sobresalté cuando el cachorro me sacó de mis pensamientos. Cuando lo ví, de nuevo empezó a andar, está vez a las escaleras. En silencio fui tras él. Se me complicó un poco subir, pero al menos el animal era paciente conmigo. Ya estaba cansada cuando llegué a la cima, pensé que ahí pararía y habría subido en vano, ya que ahora Toby estaba quieto viendo a la nada, pero segundos después me hizo caminar por el pasillo y se detuvo delante de una puerta; sí, la puerta que reconocía como la del cuarto de Sans.

Toby se paró en dos patas; recargando las dos delanteras sobre la madera, rascando levemente y viéndome sacando la lengua. Yo estaba confundida.

- ¿Quieres entrar? ¿Tú por qué querrías eso?- Se sentó sin apartar sus ojos de mí. Ahora hacia un sonidito agudo que sin duda simulaba ser un lloriqueo. Solté el aire rendida- Bien, pero si está cerrado, no vuelvo a hacerte caso en nada- Me acerqué y sostuve la perilla. Hice un movimiento rápido y sin esperarlo, la puerta se abrió- ¿Hm?- Iba a volver a cerrarla, estaba convencida de que está puerta siempre estaba cerrada. Será por algo, me imagino, es decir, es el cuarto de Sans, más misterioso no podía ser. Pero entonces Toby se metió como bala- ¡No!- me tapé la boca viendo al interior del cuarto. Estaba muy oscuro, ya no veía al perro.

Perfecto... Sólo en mi mente ▶FRANS◀ [COMPLETADA]Where stories live. Discover now