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Al terminar la última clase del día, me dejé caer en la mesa de mi banca. Por fin había dejado el club de Volei pero ahora no sabía qué hacer, Midorima dijo que cualquier deporte era bueno pero yo no era buena para cualquier deporte.

Si tan solo dormir fuera un deporte podría hacer un club aquí en mi banca.

—Nijimura, la clase ya acabó, nanodayo. —la voz de Midorima estaba cerca. Claro, como siempre se sentaba frente a mí.

—Quiero dormir.

—Tu hermano te espera. —acomoda sus lentes. —Levanta, ya.

—¡No quiero!

Y frunce el ceño.

—Nijimura...

—Naomi, tenemos que ir al gimnasio o tu hermano se molestará. —dice Seijuro, se había acercado.

—Mi hermano, mi hermano... —tomo mi mochila y me incorporo. —Mi hermano no es la ley.

—Pero sí el capitán del club, nanodayo. —el peliverde me empuja por los hombros. —Camina rápido.

Una vez más estaba en el gimnasio viendo a un montón de chicos jugar con un balón. Doy un largo bostezo y recuesto todo mi cuerpo en una de las bancas, si alguien se quería sentar pues ni modo. Cierro los ojos y suspiro, estaba cansada y no sabía por qué.

Lentamente siento como caigo en los brazos de morfeo. Todavía quedaban dos horas. ¿Qué importa si duermo un poco?

...

—¿Realmente está dormida? —escucho en el fondo.

—Eso parece, nanodayo.

—¿Quién iba a pensar que la hermana del capitán se iba a ver tan linda durmiendo? —dice otro chico y varios rieron por el comentario. No por mucho.

—Bueno, ya que tienen suficiente tiempo para observar a mi hermana dormir, por qué no mejor se ponen a hacer tres rutinas más.

—¿¡Tres!?

—Ahora. —ordena Shuzo.

Varios se quejan pero poco a poco se escuchan menos, supongo que se fueron. Abro los ojos y parpadeo para acostumbrarme a la luz, Shuzo entra en mi campo de visión y con una patada suya me vi en el suelo.

—¿¡Qué rayos sucede contigo!? —me quejo. Shuzo me mira mal.

—Holgazaneando en mi club. No por ser mi hermana tienes privilegios, y de una vez te digo Naomi. Si no consigues un club en esta semana, te meterás a éste y te haré sufrir. —amenaza.

—No es obligatorio estar en uno.

—Pues yo te obligo. —sentencia. —No quiero que estés de perezosa, ya estás advertida, una semana.

—Humm... —me vuelvo a sentar en la banca pero ahora muy molesta. ¿Quién se cree que es para darme órdenes?

La práctica acabó conforme los chicos terminaban de hacer las rutinas, mientras todos estaban en las duchas yo buscaba la manera de decirle a Shuzo que hoy también saldría y no con una "amiga" como él quiere, sino una vez más con Akashi Seijuro.

—Estoy jugando con mi suerte. —susurro antes de llegar a él. Shuzo me mira desde su estatura. —Shuzo.

—Hey, oye quería avisarte desde temprano pero lo olvidé. —comienza a decir. —Hoy nuestra madre no puede cuidar a papá, tiene doble turno así que no estaré en casa hasta la noche.

𝙾𝚗𝚕𝚢 𝙱𝚎 𝙿𝚎𝚛𝚏𝚎𝚌𝚝 |𝐴𝑘𝑎𝑠ℎ𝑖 𝑆𝑒𝑖𝑗𝑢𝑟𝑜|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora