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Las clases fueron eternas para mí y todavía tuve que esperar a que terminara su práctica de baloncesto. Aproveché para copiar los apuntes del peliverde y poder ponerme al día con el estudio.

Dos horas después esperaba ansiosa a Shintaro, me movía y retorcía mis dedos esperándolo. Respingué cuando la puerta del gimnasio se abrió, los chicos del club salían y muchos comenzaron a verme, me reconocían por la chica nueva. Solo uno de ellos se acercó a hablarme.

—¡Hola! —estira su mano y toma la mía sin darme opción de rechazarlo. —Mi nombre es Takao Kazunari, soy tu futuro esposo. ¿Cuál es tu nombre?

—No quiero decírtelo. —niego lentamente. Él se ríe.

—Oh, vamos. Si no sé tu nombre ¿Cómo te llamaré? —y seguía sonriendo hasta que alguien lo golpeó por la cabeza, despeinándolo.

—Aléjate de ella o le pegarás tu idiotez, nanodayo. —Midorima estaba aquí. —No le hables ni te juntes con él, no es buena amistad.

—¡Oh, Shin-chan! ¿Por qué me degradas de esa manera frente a esta bella chica? —se queja.

—Vamos, Naomi. Te dejaré en tu casa. —dice Shintaro comenzando a caminar. Hago una reverencia y alcanzo al peliverde.

—¿¡Eh!? ¿¡La conoces!? —grita Takao desde atrás. Cuando giré a verle él ya estaba junto a mí. —¿De qué se conocen? ¿Por qué irán a la casa de ella? ¿Es tu novia Shin-chan?

—Ya cállate, Bakao. —insulta Midorima con un sonrojo en las mejillas. —Deja de decir tonterías.

—Entonces si no es tu novia. ¿De dónde se conocen? Ella acaba de llegar hoy.

—No te importa. —contesta de nuevo Midorima. Toma mi brazo y me coloca al lado contrario de Takao.

—Eh, Shintaro. —lo llamo. El peliverde me mira desde su tan alta posición. —Mi madre vino por mí. —señalo a la mujer que me esperaba en la entrada.

—¿Por qué se ve tan preocupada? —pregunta Takao.

—Tal vez hace unos meses hice un par de cosas de las cuales le dieron la razón a mi madre para vigilarme.

—No me digas que fue algo como lo del almuerzo. —murmura Midorima molesto. Me encojo de hombros quitándole importancia y me acerco a mi madre.

—Hola ma'. —Saludo. —Tal vez no recuerdes a Shintaro, estuvo en Teiko conmigo. —lo señalo.

Mi madre sonríe con amabilidad.

—Mucho gusto soy la madre de Naomi.

—Midorima Shintaro para servirle. —contesta él. —Éste de aquí es mi compañero, Takao Kazunari.

—Ni siquiera dices amigos, que cruel. —se burla Takao.

—Eh... ¿Vendrás a casa? —pregunta mi madre por si pensaba salir a algún lado. Miro a Shintaro con duda.

—Me gustaría pasar un poco más de tiempo con su hija, hace varios meses que no nos hablamos y quisiera escuchar lo que ha hecho en todo este tiempo. —dice él.

Mi madre y yo tragamos saliva al mismo tiempo, ella me mira con preocupación pero yo asiento.

—Estaré bien madre, Shintaro es un buen amigo. —sonrío de lado. Ella parece aliviarse.

—Entonces te espero en casa, cuídate por favor. —me suplica. Asiento.

—Sí.

—Bien... yo me voy. —hace una reverencia y camina por la calle.

𝙾𝚗𝚕𝚢 𝙱𝚎 𝙿𝚎𝚛𝚏𝚎𝚌𝚝 |𝐴𝑘𝑎𝑠ℎ𝑖 𝑆𝑒𝑖𝑗𝑢𝑟𝑜|Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt