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—¡Daiki! —grito el nombre del moreno. El gigante se detiene en medio del pasillo para mirarme con pereza.

—¿Qué quieres, pulga? —mete sus manos en los bolsillos del pantalón. Le sonrío lo más amable que puedo aunque mi sonrisa temblaba porque quería golpearlo. —¿Vienes a declararte?

No, no puedo invitarlo.

—En verdad venía a pedirte que le digas a Momoi que habrá una parrillada en casa de Seijuro mañana para despedir a Shuzo. Irá Midorima, Murasaki, Kuroko... incluso el chico nuevo, Kise Ryota; y ella también está invitada. —hago una reverencia. —Hazle saber.

—Alto ahí enana. —estaba por irme pero me tomó del cuello del uniforme. —Todos están invitados... pero ¿no te olvidaste de alguien?

—No invitaré a Haizaki, da miedo. —me quejo. Aomine chasquea la lengua.

—¿No me invitarás a mí porque te gusto? ¿Es eso?

—De hecho no te invitaré porque me caes mal. —saco la lengua. —Crea tu propia fiesta.

—Pues Satsuki no irá entonces. —me suelta.

—¿Quién lo dice?

—Yo lo digo. —se cruza de brazos. —Enana inmadura.

—Si quieres ir tan solo tenías que pedirlo. —me burlo con una sonrisa traviesa. Rueda los ojos.

—Cállate tonta. —se da la vuelta y sigue caminando.

—¿¡Entonces irás!? —le grito. Solo veo que levanta su mano con el pulgar arriba.

Perfecto.

Sonó el timbre de la última hora, esta vez iría a ver la práctica de los chicos. Esto sería bastante extraño pues es la primera vez que voy a ver a Seijuro de capitán.

—¡Hey! Shinta-nanodayo. —llamo al peliverde al mismo tiempo que me burlo. Midorima me mira con odio. —¿No has pensado en cortarte el cabello? Todos los del club ya lo tienen muy largo... —lo pienso un poco. —... de hecho solo tú y Seijuro.

—¿No deberías ser más femenina y dejar de jugar videojuegos? —contraataca.

—¡Woah! ¡Lo siento si te ofendí! —alzo mis manos. —Pero eso me dolió.

—Cállate, nanodayo. Y apresúrate que por tu culpa he estado llegando tarde.

—¡Bah! El capitán es Seijuro. —palmeo su espalda. —Yo le diré que te atrasaste por mi culpa y no dirá nada.

—No es excusa para que tardes, si no terminas de recoger tus cosas en tres minutos me voy sin ti. —sentencia.

Hago lo que me pide de mala gana, qué amargado... solo un poco.

Casi todos los días era lo mismo, Seijuro era el primero en retirarse por ser encargado del club luego Midorima y yo íbamos juntos pero normalmente me detenía en una máquina a comprar un jugo, hacía enojar a Shintaro hasta que me gritaba que me dejaba atrás y tenía que seguir sus pasos enormes.

Este chico creció desde primer año y yo sigo igual de pequeña.

—¡Vas muy rápido! —me quejo pero no hace caso, creo que fue todo lo contrario y va más rápido. —¡Shinta-nanodayo!

—Calla. —entra al gimnasio. Yo corro detrás de él pero tropiezo y tiro mi jugo al mismo tiempo que caigo completamente al suelo.

Ah, que suerte la mía. Puto Shintaro.

—Mi jugo. —chasqueo la lengua. —Demonios.

Me levanto y me quito el polvo de encima, con pesadez recojo mi jugo arruinado y ya con más calma camino el pequeño tramo que me falta.

𝙾𝚗𝚕𝚢 𝙱𝚎 𝙿𝚎𝚛𝚏𝚎𝚌𝚝 |𝐴𝑘𝑎𝑠ℎ𝑖 𝑆𝑒𝑖𝑗𝑢𝑟𝑜|Where stories live. Discover now