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Suelto un largo suspiro y recargo mi espalda en el árbol, no puedo evitar desviar la mirada al pelirrojo que descansaba en mi regazo. Su cabello rojizo era tan suave y caía entre los dedos de mis manos.

Cierro los ojos y respiro el aroma del aire puro. Solo han pasado dos semanas desde que Shuzo se fue y siento como si mi mundo comenzara a tambalearse.

Seijuro está conmigo.

Dejo de acariciar su cabello y vuelvo a tomar el libro junto a mí. Tenía que terminar de leerlo y hacer un reporte, esta vez Seijuro no quiso ayudarme y me obligó a leerlo con la excusa de que era necesario para tener más cultura y para colmo quiso acostarse en el césped con su cabeza en mis piernas como si eso no fuera a distraerme.

Verlo dormir tan tranquilo, a veces se me olvida que incluso Seijuro es un humano. Por este tema de que lo hace todo perfecto, y debería replantearlo, pues... el día en que falle en algo deberé apoyarlo en lugar de reclamarle el por qué no siguió en su perfección.

Ni siquiera un chico tan joven como él debería tener esa carga.

Acaricio su mejilla, él abre los ojos rápidamente.

—Me dormí. —se disculpa y para mis bellos ojos, da un bostezo. —¿Cómo vas con tu lectura?

—Eh... pues... —desvío la mirada. —Sigo donde me quedé.

—¿Qué has estado haciendo todo este tiempo? —me mira curioso y se reacomoda en mi regazo. Le sonrío con inocencia.

—Admirándote.

—Buena respuesta. —sonríe de lado. —¿Te ayudo?

—Creí que no querías...

—A este paso vas a reprobar. —se queja. —Pero todo favor tiene un costo.

—Sabes que de todos modos te lo daría todo sin que me hagas el favor. —me burlo y toco su nariz con mi dedo índice.

—Bien. —sonríe. —Te ayudaré, pero por ahora disfrutemos del ambiente.

—Cuéntame. —acaricio su cabello de nuevo, él cierra los ojos ante el contacto. —¿Cómo te ha ido en el club?

—Bien, los chicos parecen ir mejorando. —murmura lentamente. —No hemos perdido ningún partido.

—Eso lo sé. Últimamente he escuchado el mote que les han puesto. —sonrío levemente. —La Generación del Milagro.

—Uhm, sí. —asiente. —Nos consideran bastante buenos... aunque creo que algo va mal.

—¿Mal? —me sorprendo. Él abre los ojos y me mira.

—Aomine es el As de nuestro equipo y últimamente ha estado más desmotivado de lo normal por jugar. Eso también desmotiva al equipo completo y no sé exactamente qué hacer. Simplemente... me es difícil lidiar con él.

—Para empezar... no deberías desanimarte tú. —me quejo. Él me sonríe. —Tal vez necesita una novia para motivarse.

—Tal vez...

Acaricio su cabello, se veía decaído.

—La próxima semana estaré ocupado, apenas y podré verte en la escuela. —explica. —Lo siento.

—No te preocupes, esperaré por ti. —sonrío con calma. Él me mira varios segundos con un gesto pensativo.

—Naomi. —me llama.

—Dime.

—Te quiero.

Ah, mi corazón no puede con esto.

𝙾𝚗𝚕𝚢 𝙱𝚎 𝙿𝚎𝚛𝚏𝚎𝚌𝚝 |𝐴𝑘𝑎𝑠ℎ𝑖 𝑆𝑒𝑖𝑗𝑢𝑟𝑜|Where stories live. Discover now