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—No puedes culparme por creer ciegamente que el capitán Kirk es un idiota. —sentencié rudamente frente a Elizabeth, mi compañera de clases en mi escuela en Estados Unidos. Su cabello rubio era lo que más resaltaba en ella, caía en una trenza sobre su hombro. Me sonríe divertida.

—Pero el actor es realmente atractivo.

—Asco. —niego al instante. Bebo de mi botella de agua llegando al lugar que queríamos, la cancha de baloncesto. A Elizabeth le dio por ver un anime de deportes y me suplicó que le enseñara lo básico para aprender de ese deporte. No pude negarme, mi hermano era famoso en la escuela. Volvió a ser el Capitán del equipo de baloncesto y todos sabían que su hermanita se mudó a América con él.

Saco el balón de la mochila y comienzo a botarlo, recuerdo un par de enseñanzas de Shuzo, boto el balón entre mis piernas y luego lanzo directo al aro. No puedo evitar pensar en Shintaro justo cuando el balón entra sin rozar la red.

Ha pasado un año completo desde la última vez que lo vi en persona, al inicio hacíamos vídeo llamadas, luego fueron simples llamadas y ahora se limitó a mensajes. Pero no perdí contacto alguno con él, siempre me preguntaba mi día a día. Siempre estaba atento a mí.

Duré las dos horas siguientes tratando de enseñarle a encestar a Eliz, era tan mala como yo conquistando hombres. O tal vez yo no era la mejor maestra para ella. Traté de explicarle de varias maneras pero ella fallaba mucho, incluso me llegó a recordar a Kuroko.

—Apestas en éste deporte, mejor ve un anime de voleibol e intenta ese, porque el baloncesto no es lo tuyo. —me burlo de ella, Eliz me empuja a modo broma. Las dos reímos.

—Dos chicas lindas divirtiéndose. ¿Puedo unirme? —dice una voz. Un chico alto y moreno se acercó con sus amigos, su sonrisa era perversa hasta cierto punto. Detrás de él, dos de sus amigos se rieron.

—¿Van a usar la cancha? —pregunto yo, pues Eliz se había quedado muda, parecía asustada. Yo no les tenía miedo, era buena en karate. —Nosotras ya terminamos.

—¿Por qué no se quedan un rato con nosotros? Juguemos un poco. —propone, miré a Eliz con duda, ella negó rotundamente. —Luego podríamos jugar en mi casa.

Volvió a reírse con fuerza, esto comenzaba a molestarme.

—Los tipos como tú me dan asco. —empujo a Eliz para que caminara. —Vámonos.

—Oh vamos. ¿Ya se irán tan rápido?

Los ignoramos, yéndonos lejos de ahí. Después de una cuadra, Eliz pudo respirar con calma.

—Creí que nos harían algo.

—Hombres como él solo ladran pero no muerden. —palmeo su espalda. —Vamos, te acompañaré a tu casa.

Apenas era el crepúsculo para cuando llegué al hospital, conocía el camino de memoria. Me subí al ascensor y seleccioné el piso correcto donde mi padre se recuperaba. Aún después de un año seguía aquí, pero ya había mucha mejora a comparación de Japón.

Minutos después, entré a la habitación encontrándome con mi padre y mis dos hermanos. Sonreí.

—Ya estoy aquí.

—¿Cómo te fue en la escuela? —pregunta Shuzo emocionado de verme. Se acercó y me abrazó, era así desde que vine de Japón, igual de lindo conmigo.

—Perfecto. Saqué noventa en mi examen. —presumo, Josuke se ríe.

—Deberías sacar cien, tonta. —se burla. —En tercer grado verás que lo necesitarás.

𝙾𝚗𝚕𝚢 𝙱𝚎 𝙿𝚎𝚛𝚏𝚎𝚌𝚝 |𝐴𝑘𝑎𝑠ℎ𝑖 𝑆𝑒𝑖𝑗𝑢𝑟𝑜|Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt