ᴄᴏᴍᴘʟᴇᴛᴀ
Lydia Martin daba todo por salvar una vida. Era su vocación. Una pasión indiscutible por su trabajo como doctora y un buen corazón eran las cosas que más la caracterizaban; pero normalmente la gente buena debe enfrentarse a situaciones difí...
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TODOS SUS MIEDOS parecían haberse hecho realidad. Era terriblemente difícil para él volver a unos meses atrás y darse cuenta de que había previsto todo esto, incluso hasta lo había considerado. La primera vez que despertó en la casa de Lydia, pensó en que ella podía estar trabajando para Jack, y que tal vez su plan era curarlo -armarlo otra vez, para luego destrozarlo de nuevo.
Pero Lydia había hecho más que sólo curarlo. Lydia lo había armado, desarmado y vuelto a armar, pero de la forma que él necesitaba. Con bondad y con carisma. Destruyó todas las barreras que había formado a lo largo de los años y en su lugar, le enseñó a abrirse con ella y le demostró que incluso él podía volver a amar. Ayudó a que cierren las viejas heridas de su alma y a qué las cicatrices que aún conservaba se terminen de borrar. Llegó hasta lo más profundo de su corazón y lo sacó del pozo más oscuro en el que había estado alguna vez. La pequeña mujer que tenía en frente se había convertido en lo más importante que tenía y en lo único que le interesaba cuidar, por quien lucharía por conservar la vida sólo para volver a ver su sonrisa.
Y ahora ella lo estaba destruyendo.
Las lágrimas amenezaron con caer de los ojos de Mitch, el nudo en su garganta se convirtió en un ardor insoportable. Su pecho comenzó a doler como hacía tiempo no lo hacía, su respiración se volvió más frecuente ante la desesperación que lo estaba atacando. Realmente se preguntó si era posible que todo lo que habían vivido juntos haya sido una mentira.
Él lo había sentido tan real.
Ella parecía tan real, tan genuina, tan pura, que no podía aceptar el hecho de que haya sido completamente engañado. Jamás había visto un indicio de falsedad. Hubiese jurado que Lydia lo amaba tanto como él a ella, pero la situación que se daba enfrente a sus ojos expresaba todo lo contrario.
Después de demostrarle que podía volver a ser feliz, después de haber sanado sus huesos y los tajos en su piel con sus besos y caricias, lo estaba destrozando y entregándolo en bandeja de plata a Jack Johnson, sólo para que vuelvan a destruirlo. Si es que era posible, porque esto lo había dejado completamente devastado.
Su tortura había comenzado otra vez.
Ella no lograba entender la situación, pero una leve idea de estaba formando en su cabeza. Vio absolutamente todo lo que estaba pasando por la cabeza de Mitch a través de sus ojos y su corazón se rompió en mil pedazos cuando descifró la desconfianza en ellos. Estaba helada, completamente inmóvil frente a él y perdida en sus ojos, que parpadeaban intentando contener sus lágrimas. Su primer reflejo fue intentar acercarse a él, alzar una mano, intentar alcanzarlo para deshacerse de ese dolor que lo abrumaba como había hecho tantas otras veces, pero cuando estuvo a pocos centímetros de él, Mitch dio un pasó atrás con desaprecio y la primer lágrima escapó de sus ojos, que a pesar del dolor, permanecían distantes.
