VEINTISEIS

1.8K 197 57
                                    














LO SIGUIENTE QUE ESCUCHÓ fue el agudo sonido proveniente de las balas golpear la chapa que recubría las paredes

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.














LO SIGUIENTE QUE ESCUCHÓ fue el agudo sonido proveniente de las balas golpear la chapa que recubría las paredes. Thomas se acercó a Mitch ya agazapado, habiendo quitado el seguro de su arma y listo para disparar. Frunció el ceño cuando vio que a el hombre a su lado no se le había movido siquiera un pelo. Mitch miraba las pequeñas irregularidades que las municiones iban dejando en la antes lisa puerta, impasible y con una calma perturbadora. Sintió la urgencia de darle un pequeño codazo para que reaccione, pero antes de completar la acción, el morocho bajó su mirada hacia él y se encogió de hombros.

—Supongo que vienen a negociar —dijo irónico. Una sonrisa leve se dibujó en sus labios y Thomas se preguntó donde estaba la gracia de la situación.

—Has perdido completamente la cabeza.

Esta vez sonrió de forma clara. Su mente, por un segundo, se atrevió a pensar cuan ciertas eran esas palabras. El miedo a volverse completamente loco se había ido, por lo que era muy probable que ya se haya vuelto completamente loco. Estaba tan en paz con la muerte que por un momento pensó en dejar las cosas ser. Salir del pequeño lugar parecía casi imposible y las chances de vivir, casi nulas. Podría llamar a la CIA en ese mismo instante, dar la información que obtuvo y morir con la tranquilidad de saber que Lydia estaría a salvo, pero cuando su imagen se le vino a la cabeza casi como un flash, recordó por qué estaba allí. Cuando estaba lo suficientemente distraído como para no pensarla todo el día, su mente igual se encargaba de hacer seguro que no la olvide. Su rostro solía aparecer entre sus pensamientos de la nada, sin previo aviso, o en recuerdos totalmente al azar que podrían hacerlo sonreír o estremecer.

Una vez más ella iba a salvarle la vida incluso aunque se encuentre a miles de kilómetros de distancia. Se dio cuenta de que segundos atrás, no le importaba cual iba a ser su destino -morir o vivir parecían ser casi lo mismo, su mente poco a poco se había convertido en el infierno en el que caería si moriría- hasta que se dio cuenta de que la vida y la muerte solo se diferenciaban cuando estaba con ella.

Fue entonces, en ese mismo momento, en esa misma situación, estando una vez más a sólo un paso en falso de morir, que se dio cuenta de que aún tenía una chance de salir del pozo donde estaba metido. No, no del galpón de chapa en el que se encontraba, sino del oscuro lugar en el que se había convertido su propia alma. Literalmente vio la esperanza a lo lejos mientras estaba a punto de caer en el desgarrador abismo del infierno. No iba a echarle la culpa a ella de lo jodido que estaba, pero sabía bien que la gota que rebalsó el vaso de su sanidad fue haberla dejado, fue haber creído que ella lo había traicionado.

Algo había de cierto en aquella frase que había escuchado alguna vez en una conversación ajena: aquellos que te sumergen a miles de kilómetros de profundidad son los únicos capaces de traerte de vuelta a la superficie.

I THINK I LOVE HIM,     mitch rapp.   ✓Where stories live. Discover now