5.- Akatsuki

4.2K 364 198
                                    

Es muy fácil saber cuando uno estaba en la aldea de la lluvia, en el momento que uno tocaba el pais de la lluvia terminaba uno empapándose gracias al aluvión que se cernía sobre la cabeza de todos.

Eso solo significaba una cosa: Pronto llegarían a su destino.

Caminaron a paso tranquilo por las calles de Amegakure. Cada uno de ellos tenía sobre sus cabezas un paraguas para evitar infructuosamente, al menos para Sakura, que la lluvia no los empapara.

Aunque Sakura estaba empapada de pies a cabeza y se veía como una rata mojada de color rosa por lo delgada que estaba, no le importó. Tenía frío y temblaba un poco. A pesar de todo eso su mirada vagaba por toda la aldea.

Si Suna la había dejado asombrada, Amegakure no se comparaba con nada a la vista que tenía aquí. Pronto comenzó a comparar los tres lugares. Konoha es soleado, con enormes árboles que rodeaban la aldea, el sol alegraba y tostaba la piel de las personas que andaban es un lugar donde la arena se mete por todos lados ante la más mínima ventisca y el clima es todo lo opuesto de día hacia tanto calor que a su parecer uno se podía convertir en charco y por las noches hacia tanto frío que temía hacerse paleta y que su hermano pensara al día siguiente que ella era un muñeco de nieves de arena en vez de una niña.

En cambio, aquí era nada comparado a lo que había visto o imaginado. Enormes estructuras que parecía que rozaban el cielo, muchos caminos y puentes que se entrecruzaban con pasillos y calles de toda la ciudad. La gente usaba paraguas y cómo era un artículo de uso diario habían puesto hasta distintos estampados para que combinen con su ropa.

Incluso vio que la mayoría de los ninja usaban una máscara que les cubría la boca.

Le gustaba la lluvia, muchos días fue su amiga en su soledad.

Sus pies comenzaban a latir por lo mucho que habían caminado, aunque no tanto como lo hacia su corazón.

La ansiedad comenzaba a mostrarse en la boca de su estómago. Pronto conocería a lo que sería su nueva familia.

Vagamente se preguntó cómo serían. Ni Itachi sabía y eso la hacía sentir aún más nerviosa. Esperaba que fueran todo lo contrario a lo que fue su familia, con solo eso se conformaría. Aunque si le dejaran ser un poco egoísta pediría que tuviera alguien con quien divertirse y sobre todo: Aceptación.

El que la miraran y que en sus miradas no se reflejara desprecio es algo que para ella sería la aceptación.

Cuando estaban subiendo por lo que era unas grandes escaleras que dan al edificio mas alto que había visto. Ese del que estaba muy segura que tocaría el cielo, desde cerca se veía mas imponente con cuatro grandes caras en la parte alta con la lengua de fuera. Si no fuese porque estaba tan ansiosa de lo que fuera a pasar se hubiese reído por lo graciosos que se veían esas enormes caras con la lengua de fuera.

Fue entonces que Sakura ya tenía que estirar todo su cuello para ver la cara en el edifico que prácticamente tenía sobre su cabeza, se dio cuenta que estaban frente a unas inmensas puertas de hierro. Trago saliva del nerviosismo.

Se agarró de la mano de Itachi para darse el valor que en segundos se esfumó de su cuerpo. Para su alivio el le tomó la mano sin mirarle enojado o alejar su mano.

Al abrir la puerta fueron recibidos por un largo y oscuro pasillo que afortunadamente para Sakura, tenían una larga hilera de antorchas. El único sonido era el resonar de sus zapatos y las frías gotas caer de sus pequeño cuerpo al piso. Cuando miró de reojo hacia atrás y ver el camino de gotas que dejaba a su paso espero que no se molestaran. Hizo un nota mental ir más tarde limpiará eso para que nadie se resbale.

Sakura, el inicio de una kunoichiМесто, где живут истории. Откройте их для себя