12.- Un paso adelante

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La vida es una montaña rusa de la que no puedes escapar hasta que llegue tu fin. A menudo, nos encontramos en una burbuja de alegría, un momento que desearíamos que nunca terminara.

Hoy es un gran día.

Sakura estaba completamente erguida, sintiendo cómo sus vértebras se estiraban, haciéndola parecer más alta de lo que realmente era. A su lado, Shiro y Renji también estaban de pie, en una fila, tratando de contener la emoción que amenazaba con desbordarse.

Después de varios años de lucha, dejando atrás a su familia de sangre, peleando por ser aceptada en Akatsuki, forjando su camino en la academia ninja y finalmente siendo aceptada por su nueva familia, y continuando su entrenamiento con ellos tras el incidente de su primera misión como ninja hace un año, ahora se estaba graduando junto a sus amigos de otro año más en la academia.

Cuando había llorado frente a una gran cantidad de gente por la tristeza de sentirse apartada, sus compañeros se acercaron a ella; incluso Konan la abrazó en público. A la hora de la cena, todos se reunieron y le aseguraron que siempre sería parte de Akatsuki, pase lo que pase, y que no descuidarían su entrenamiento.

Como compensación por haberla hecho sentir mal, los miembros de Akatsuki le prometieron enseñarle más cosas. Hidan le regaló una hoz y le mostró cómo usarla junto con el ritual Jashin (un ritual que Itachi, Kisame, Konan, Deidara y Sasori le prohibieron a Sakura usar). Además, los otros miembros también se comprometieron a entrenarla mejor. Esa noche, cada uno de ellos, a su manera, se disculpó por cómo habían actuado.

Desde entonces, Sakura se ha esforzado por mejorar con la ayuda y el apoyo de sus amigos, con el objetivo de estar entre los mejores.

Uno por uno, los ninjas fueron llamados a dar un paso al frente mientras Pain, encargado año tras año de las graduaciones, entregaba un kunai a cada futuro shinobi y kunoichi. Al finalizar la academia, el kunai sería reemplazado por una banda ninja. Cuando su padre se paró frente a Shiro, Sakura sintió como si miles de fuegos artificiales explotaran en su estómago al ver a Shiro tomar el kunai.

—Haruno Sakura —dijo Pain, colocándose frente a ella. Sus ojos anillados, que muchos temían, se posaron en su hija adoptiva. Sakura se enderezó y se quedó quieta, mirando a su padre y tratando de no mostrar ninguna expresión. Una vez satisfecho, él le extendió un kunai recién hecho y sin usar—. Felicidades, sigue así hasta conseguir ser una genin.

Tratando de no mostrar que sus manos temblaban de emoción, Sakura tomó el kunai con ambas manos. Pronto, en un par de años, finalmente podrá escuchar a Pain decirle que ya es toda una kunoichi de la Aldea de la Lluvia.

—Gracias, padre —se atrevió a decir, aunque sabía que no debía.

Esta vez, Pain lo dejó pasar y siguió con Renji, quien comenzó a temblar como una bomba de tiempo a punto de explotar por recibir su kunai del líder de la Aldea de la Lluvia. Después de la entrega de los kunai, continuó la ceremonia para aquellos que finalmente se graduaron de la academia. Ese momento era el favorito de Renji, Shiro y Sakura, quienes observaban cómo Pain entregaba una a una las bandas ninja, mientras los graduados juraban dar su vida para proteger la aldea y luchar por un mundo en paz. Cada uno soñaba con ese momento, esperando el día en que finalmente serían imparables.

Una vez terminada la ceremonia, los tres salieron abrazados por los hombros. Aunque este año solo recibieron un kunai nuevamente, sabían que pronto saldrían con la banda ninja. Los tres se alejaron como si hubieran superado una de las pruebas más difíciles del mundo.

Con orgullo, se dirigieron directamente a sus familias, que estaban reunidas. Los primeros en notarlos fueron los pequeños hermanos demonio de Renji, que se abalanzaron sobre los tres para felicitarlos. Los seis hermanos los bombardearon con numerosas preguntas e intentaban tocar los kunai.

Sakura, el inicio de una kunoichiWhere stories live. Discover now