Parte 6: El hombre

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Los días nunca habían pasado tan lentos como lo estaban haciendo recientemente. Después de la escuela, Lincoln y Clyde se marchaban al parque con Lynn para seguir con su rutina de ejercicio. Hacían abdomen, brazos, piernas, pero al final de cuentas todo les dolía al final del día. Sin embargo, era esa clase de dolor que te impulsa a continuar, esa satisfacción que sientes cuando sabes que te has esforzado para lograr lo que quieres; más que quitarte fuerzas, casi te las aumentaba. Los días conformaban semanas, y las semanas meses, tiempo en el que ambos notaron que se tardaban más en cansarse, las rutinas se les hacían más sencillas, aguantaban más, y mejoraban con el pasar del tiempo. Era bastante alentador ver que se hacían mejores.

Y así Lincoln comenzó a sentir unos cambios que nunca había pensado que iba a experimentar. Un día, varias semanas después, ocurrió algo completamente esperado, pero igual de sorprendente. Antes de vestirse para ir a la escuela, su camisa no pasó por su pecho. Extrañado, la sujetó con fuerza, y trató de bajarla. No pudo. Se la pasó por la cabeza.

La examinó, pero no detectó ningún cambio en ella. Dirigió su mirada a su espejo, y en el reflejo, vio a un chico desconocido reflejado en él. Se habría preguntado quien era si no supiera que se trataba de él mismo.

Sus brazos se habían abultado un poco en la zona de los hombros; sus bíceps y tríceps se notaban sobremanera. Su pecho se había ensanchado, sus hombros se encontraban ligeramente más separados que antes, su abdomen se marcaba, formando lo que parecían ser cuadros, y a menos que se equivocara mucho, había crecido por lo menos un palmo desde la última vez que se había medido.

Contento, agarró otra camisa más adepta a su cuerpo, y salió de su cuarto. La fila para el baño ya se había formado, y como sólo quería ir a hacer sus necesidades, no tenía que bañarse, ya que ahora tenía la costumbre de hacerlo después de llegar de entrenar.

Lo normal era que se viera la estatura de manera menguante; es decir que de Lori a Lisa la estatura fuera disminuyendo poco a poco, pero ahora Lincoln alcanzaba a Leni en altura. Claro, la científica notó los cambios de inmediato.

- Me extraña el repentino aumento de altura en tu figura, unidad fraternaria mayor. Me figuro que los numerosos ejercicios realizados han comenzado a dar sus frutos. 

- Sí, Lisa, creo que ya me sirvió hacer ejercicio.

Sin embargo, lo único que cambió fue que ahora las hermanas tenían que mirar un poco más arriba para ver a Lincoln; a ninguna le preocupó mucho que Lincoln hubiera crecido. Dado que seguían molestas porque Lincoln pasara más tiempo con Lynn que con ellas, la altura era un tema poco importante.

Después, en la escuela, Lincoln se encontró con que Clyde había crecido tanto como él. Llamaron la atención en la escuela, ya que eran de los más altos ahora. Las chicas estuvieron mucho más empalagosas que de costumbre, pero a ellos no les importó tanto.

Esa tarde, Lynn fue a verlos como de costumbre, y sonrió cuando le comentaron lo bien que les habían servido las clases de ella. Y cuando volvieron a jugar con las amigas de la deportista, dieron una mucho mejor impresión de la que habían dado al principio. Jugando en equipos contrarios, el juego estuvo básicamente equilibrado. Y por supuesto, mucho más divertido.

Esa tarde volvieron mucho más temprano de lo normal, ya que no tuvieron que descansar, por una vez. Y dado que ahora Lincoln solo tenía que entrenar para mantener su figura, su tiempo libre había aparecido otra vez. La verdad se sentía un poco mal por haberle hablado mal a sus hermanas.

En cuanto llegó a su casa, se disculpó, y sus hermanas lo perdonaron. A pesar de sus palabras, pasó su tiempo jugando con sus hermanas otra vez. Lo perdonaron por haber sido tan rudo, y todas volvieron a ser las de antes.

Mi hermana favoritaTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang