Parte 11: La partida

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Lynn.

No fue la cálida sensación de Leni lo que le llamó la atención. Tampoco sentir como su hermana estaba desnuda encima de él, durmiendo plácidamente. Tampoco rememoró los intensos momentos que había pasado con ella la noche anterior. Ni siquiera hizo caso a la vista que tenía a su lado, ni continuó lo que para Leni había sido una noche maravillosa.

No. 

Lo primero que Lincoln pensó fue en la deportista, y en cómo los miró cuando abrió la puerta. El peliblanco no estaba seguro de si ella lo había visto a él, pero él la había visto a ella. Y se sintió devastado. Más que placer, lo que sintió al hacerlo con Leni fue culpa. No lo hizo tanto por quererla, sino porque Leni en serio se estaba colgando a él, y su integridad en peligro hizo que actuara de esa manera. Se arrepintió en el momento en que se acostó, pero sintió que no tenía alternativa, con esa tan herida Leni a su lado. 

Pero había que enmendar las cosas. Esperó a que su hermana se levantara para hablar con ella.

- Ahhhh -Leni se desperezó y levantó- Buenos días, cariño...

- Leni, por favor, no me llames así.

- Oh, ¿entonces, amorcito? ¿Corazoncito?

- No, Leni. Me refiero a que... Esto no puede continuar.

- ¿Eh? ¿A qué te refieres?

- Yo... Realmente no puedo estar contigo. Siento... que amo a alguien más.

- Ya me lo habías dicho, Lincky, ¿qué tiene que ver eso ahora?

- Ya no puedo seguir fingiendo, pero...

- Se trata de Lynn, ¿verdad? -dijo Leni, repentinamente.

Lincoln se calló. 

- No soy tonta, aunque muchos piensen que sí. ¿Crees que no noto cómo la miras? ¿La forma en que actúas frente a ella? Nunca lo hiciste conmigo, ni con nadie más. 

Lincoln se sintió culpable, pero decidió sacar todo lo que sentía, de una vez por todas.

- Sí, Leni... Me enamoré de Lynn. Y no puedo ignorar todo lo que hizo por mí, después de lo ocurrido.

- ¿Y de mí? ¿Qué hay de mí?

- Leni, no necesito estar contigo para protegerte, puedo seguir a tu lado sin ser tu novio o algo así...

Leni parecía que se iba a echar a llorar.

- ¿Y lo de anoche... no significó nada? 

- ...Estabas muy dolida, y no tuve el valor para decirte que pararas. Y ya que tuviste lo que querías... ¿Podríamos dejarlo así?

Ninguno dijo nada. De repente, Leni se levantó y le dio una bofetada con todas sus fuerzas.

- Adiós, Lincoln.

Y con la cara hecha un desastre, Leni salió del cuarto, el rechazo acuñado en su corazón. A Lincoln le dolía tener que lastimarla de esa forma, pero tenía que hacerlo. Solo sentía que lo que había ocurrido la noche anterior lo había hecho porque Leni estaba asustada, y negarla en ese momento la hubiera destrozado por completo. Pero en algún lugar de su mente, cada montada que Leni le hacía, un nombre aparecía en su mente. Y no era el de la modista.

Lynn. Lynn. Lynn, Lynn, Lynn, Lynn, Lynn.

Lynn.

Pero si lo que le había hecho a Leni fue malo, hablar con Lynn iba a ser todavía peor. No podía ir con ella a hablar como si nada, sobre todo después de lo que pasó la noche anterior. Y por fortuna, las demás llegaron mucho más tarde, así que no se enteraron de nada. Pero Lynn... ¿de qué forma las cosas iban a volver a ser como eran antes?

Mi hermana favoritaOù les histoires vivent. Découvrez maintenant