Parte 10: Las gracias

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Lynn tenía cada vez más ansias de estar con Lincoln. Y la idea de que Leni estuviera con él se hacía cada vez más probable. Leni mantenía en secreto lo que pasó el día de su picnic, y por supuesto, al ser un secreto en la familia Loud, era sabido por todos. En esa casa había un extraño mecanismo que hacía que cualquier chisme fuera sabido por todas en cuestión de horas, quién sabe como. Sin embargo, esto no aplicaba con Lori, por alguna razón.

Sin haberse hablado, todas las hermanas estaban de acuerdo en no contarle a Lori nada al respecto, pues quién sabe qué llegaría a hacer la mayor si se enteraba. 

Para colmo, nadie podía pedirle apoyo a sus padres, ya que recibieron un mensaje suyo en el refrigerador una mañana. Su indiferencia prácticamente se podía oler.

- Niños, una prima de su madre se va a casar, y estaremos fuera un largo tiempo. Como ella es dama de honor, y tienen que hacer todos los preparativos, además de las fiestas que habrán los días siguientes, le calculamos que estaremos fuera unos tres o cuatro meses. Recibirán un cheque con dinero cada mes, así que no se preocupen. Los amamos. Papá.

Si de por sí no pasaban tanto tiempo en la casa, ahora oficialmente se iban. No había opción, Lynn tenía que arreglárselas sola. Volvió a agarrar su bate, guantes y una pelota, además de que también se llevó unas gorras consigo y fue a ver a Lincoln.

- Oye, Link, ¿quieres ir a jugar béisbol? 

Lincoln estaba viendo su celular, pero rápidamente apartó la vista.

- ¡Claro! Me encantaría salir un rato.

Lynn se puso muy contenta, y ambos fueron a jugar al parque. Se pasaron toda la mañana y parte de la tarde jugando. Compraron unos hot dogs y no pararon hasta que se cansaron. Lynn daba unos batazos espectaculares, y Lincoln estaba en la posición de pitcher, lanzando la pelota lo mejor que podía. Preocupado por lo que ocurriría con Leni, y las miradas escrutadoras que le dirigían las demás hermanas, Lincoln no se había sentido cómodo en su casa. Pero ahora estaba feliz de ver que aún había alguien que lo quería tal y como era, y que estaba siempre para él.

Por fin descansaron, ya que había sido un día bastante largo. Lynn tomaba de su vaso de agua, y cerró los ojos, en paz. Al verla, a Lincoln volvió a invadirlo esa sensación de bienestar, y notó cuán hermosa era Lynn. Una cálida sensación llenó su pecho, y sonrió. Lynn abrió los ojos.

- Jajaja, ¿qué onda con esa cara? -rió Lynn, al ver que su hermano se fijaba en ella.

Lincoln se avergonzó al verse descubierto.

- Solo me divirtió ver tu cara tranquila. Es todo.

- ¿A quién le da risa eso? Ajajaja.

Lynn se siguió riendo de él, pero eso solo causó que Lincoln la mirara más. Esa sonrisa, su cara alegre.... Rayos, ¿por qué era tan bonita?

- Bueno, Link, ya pasó gran parte de la tarde, volvamos a casa.

- Sé... Está bien.

Volvieron comentando los mejores momentos pasados esa tarde, rememorando las mejores jugadas y movimientos de los dos.

- Me divertí mucho este día, Link... Gracias. 

Justo antes de irse a bañar, Lynn le dio un suave beso a Lincoln, justo en la mejilla. Y aunque ambos se sonrojaron, ninguno lo notó. Sin embargo, el albino llevaba unos minutos sentado en la cocina cuando sus hermanas bajaron. El albino notó que su hermana mayor tomaba las llaves de Vanzilla, seguida de otras hermanas.

- ¿Lori? ¿Adónde van? 

- Oh, hola, Lincoln. Vamos al centro comercial, hay ofertas que queremos ver. Me da algo de pena irnos sin Leni, pero ella nos dijo que recibió un mensaje urgente de sus amigas. No ha de tardar en volver; dijo que volvería a las ocho. Ponte atento por si llega, ¿sí? Avísale que la esperaremos si es que viene. Si se tarda mucho, asumiremos que ya no va a ir.

Mi hermana favoritaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora