❝The king❞ 왕 ﹙Yoonmin﹚ «Omegaverse»

T H R E E

—Min Jungkook, es un placer conocerlo Park Jimin. —Dijo el más pequeño de los cuatro hermanos alfa.
A Jimin solamente le quedaba conocer a su futuro esposo, Min Yoongi. Le aterraba la idea, tenía miles de preguntas para hacerle a ese hombre pero no conocía nada de él, tenía miedo de preguntar y quedar mal, además de que lo había visto por fotos y era un alfa muy apuesto.

—Jimin, es momento de que conozcas a Yoongi, él estará esperándote en su despacho. Por favor acompáñame... —Hoseok le habló amablemente y Jimin solo se dispuso a seguirlo.

Caminaron por los largos pasillos del castillo hasta llegar a una enorme puerta roja, Hoseok tocó tres veces y desde el otro lado se oyó un "adelante" Jimin soltó un suspiro y se preparó para conocer al hombre que había pagado tanto dinero por él.

Al ingresar, Jimin pudo oler claramente el aroma a alfa que inundaba el lugar, aspiró profundo para poder apreciar el delicioso aroma, pero intentó controlarse un poco.
Pudo ver de espaldas a un alfa casi de la misma estatura que el, o un poco más alto. Su cabello era blanco con algunas tonalidades de gris, llevaba puesto un traje negro que por lo que Jimin podía apreciar le quedaba perfecto, era elegante y muy atractivo.

—Yoongi, él es Park Jimin, los dejo para que hablen a solas. —Dijo Hoseok y luego salió de la habitación.

Al oír el ruido de la puerta cerrándose, dejando solos al omega y el alfa. Yoongi se dió vuelta para poder apreciar de cerca a su futuro esposo.
Jimin quedo impresionado cuando al fin pudo contemplar la belleza de el heredero al trono de Daegu, si bien había oído los rumores que Taehyung le había mencionado, no se comparaba en nada a la realidad. El alfa de tez pálida lo miró un buen rato y Jimin se quedó sin habla.
No podía reaccionar ante tal perfección, Jimin pudo apreciar esos rosados labios de cerca y esos increíbles ojos celestes casi grises, no eran para nada iguales a los de sus hermanos. Eran mucho más hermosos, ver a Yoongi era como ver a la nieve blanca caer del cielo en los días de invierno, tan fría pero tan hermosa.

Yoongi carraspeó un poco su garganta y comenzó a hablar.

—Hola Jimin, soy Min Yoongi. —estrecharon las manos formalmente. —Seguro te estarás preguntando el porqué estás aquí.

La voz de Yoongi era gruesa y atractiva, todo de él le parecía atractivo a Jimin. Trago saliva y comenzó a hablar algo nervioso.

—S-si, perdón, tengo muchas preguntas...

Yoongi lo invitó a sentarse en frente de él, haciendo una seña con su mano.

—Primero que nada Jimin, no pidas perdón, no estás haciendo nada malo. —Yoongi tomó asiento y siguió hablando. —Puedo aclarar todas tus dudas...

—Bueno... La primer pregunta es ¿Qué hago aquí?

—Estás aquí porque, como supuse, tu madre aceptó el dinero que le ofrecí para que seas mi esposo.

Jimin estaba mucho más nervioso y la respuesta del mayor no había aclarado su duda.

—¿P-por que quiere casarse conmigo?.

—No quiero casarme contigo Jimin, necesito hacerlo, para poder ser rey necesito un omega y tú eres el mejor de todos los candidatos.

—¿Porque soy un omega amaestrado? —Jimin estaba algo desanimado, en dos días tuvo un cambio radical en su vida y todavía le costaba acostumbrarse.

—Porque necesitabas salir de esa prisión en la que te tenía tu madre. —Soltó Yoongi. —Jamás tuve a un omega como tú, los demás que querían casarse conmigo lo hacían por el trono y el título de "Omega del rey" entonces pensé que casarme con alguien que no me conociera y lo necesitara, sería mucho mejor que casarme con alguien que sólo me quiere por interés.

—¿Cómo es que me conoces y yo a ti no? —Jimin estaba algo asustado, temía estar hablando con un loco que seguía a las personas a todas partes.

—Hace unas semanas fuí a Busan, te ví ahí, estabas en el supermercado de tu ciudad y escuche como te hablaba tu madre, de una horrible manera. —Yoongi hizo una pausa y continuó. —Al otro día volví a cruzarme contigo pero esta vez te acompañaba un hombre, al principio creí que era tu padre, pero él te estaba viendo de una manera distinta, no me gustó para nada. Así que decidí esperarte al tercer día, pero no apareciste y el cuarto tampoco. Quería darme por vencido pero al quinto día pude encontrarme contigo otra vez, tenías una camisa suelta y cuando quisiste sacar algo de los estantes más altos tu camisa se levantó un poco dejando ver unos moretones bastante oscuros. Me enojé muchísimo Jimin, entonces hable con tu madre, le dije quién era yo, pero ella solo aceptaría cederme tu mano a cambio de dinero.

Jimin escuchaba atento a las palabras del alfa y no podía estar más agradecido con él, lo había sacado de su casa porque notó que lo maltrataban. Había pagado quien sabe cuánto dinero para sacarlo de ahí, obviamente Jimin tenía que cumplir con lo acordado y casarse con él, pero no le importaba eso ahora, por el momento solo podía estar feliz de que no volvería a pisar la casa de su madre.

—Gracias señor Min por sacarme de allí...— Jimin lo miró a los ojos, esos hermosos ojos grises que cualquier persona se podía perder fácilmente en ellos.

—No agradezcas, fue un gusto sacarte de allí. — Yoongi apartó la mirada, si seguía mirando al muchacho frente a él podría cometer una locura, sus sentimientos no podían ser controlados con Jimin adelante. —Ahora, hablemos de la convivencia.

Jimin asintió, bajó las mangas de su camisa y se cubrió sus manos. Otra vez esa inseguridad en cuanto a sus manos volvía a hacerse presente, tenía a un alfa muy lindo frente a él, no le gustaría que vea sus manos. Yoongi lo notó y pensó que pronto hablaría con Jimin sobre eso.

—Bueno, dormirás en una habitación propia, podrás decorarla como tú quieras. Ahora eres mi "prometido" así que cualquier cosa que necesites puedes pedírmelo. No hace falta que cumplas el rol de mi omega, porque solamente fingiremos que nos vamos a casar en frente de las personas y de mis padres. En cuanto a mis hermanos, ellos ya saben el porqué estás aquí y... ¿Tienes alguna duda?

—¿Puede venir de visita un amigo?— Jimin pensó en Taehyung.

—Si, no hay problema. Sólo tiene que ser de confianza, no puedes traer a cualquier persona aquí al palacio.  

—Muchas gracias señor Min, no voy a fallarle, prometo hacer todo lo que me pida. —Y ahí estaba el Omega sumiso que su madre había formado.