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Jimin no se quedó cuando las chicas llegaron al apartamento, sino que regresó a su casa, pero prometió quedar con ellas pronto. Elena suspiró aliviada. Lo único que necesitaba era relajarse y dormir y estaba convencida de que si el chico se hubiera quedado, no lo habría conseguido. Andrea le mostró su habitación nada más llegar y le ayudó a deshacer su maleta. No traía muchas cosas pues su joven amiga había conseguido rescatar bastantes cosas de su antigua casa y eso era suficiente. Además, quería ir de compras pronto.

En cuanto terminaron, ambas amigas se dejaron caer en la cama.

—Tú y yo tenemos que hablar, muy seriamente —le dijo Elena, bostezando—. Pero cuando me despierte.

—Está bien. Que descanses, Elena unnie —la pequeña soltó una risita y salió de la habitación mientras su mejor amiga le tiraba cojines.

Finalmente, Elena consiguió dormir y en sus sueños apareció una hermosa sonrisa y un pelo castaño claro.

  🌸🌸🌸

Cuando despertó, lo primero que vio fue el rostro de su mejor amiga prácticamente pegado al suyo, por lo que profirió un pequeño grito, asustando a la joven y haciéndole caer de la cama. Ambas acabaron riendo como locas.

—Has dormido más de medio día, estaba asustada —rio la más pequeña, sentándose en la cama con las piernas cruzadas—. Jimin y los chicos están aquí, quiero presentártelos bien.

—Vale, pero Andrea, ¿cómo conociste a Jimin? Siempre fuiste muy tímida a la hora de conocer gente y ahora me vienes con un chico que bien podría ser modelo y diciendo que es tu mejor amigo —Elena estaba todavía bastante cansada y hablaba despacio. Se incorporó, apoyando la espalda en el cabecero de la cama y mirando a su amiga. A su mente aún acudía el rostro de Jimin y su preciosa sonrisa.

—Cuando te fuiste me quedé sola. No sabía qué hacer, me pasaba los días echándote de menos y comiendo helado en el sofá mientras veía series. Mis padres me dijeron que debía buscarme un trabajo y tratar de sacar dinero para pagar yo el piso porque ellos apenas podían. Así que lo hice. Y me apunté a un gimnasio para perder todos los kilos que había puesto con el helado —ambas rieron—. Empecé en una cafetería. Resultó que era la cafetería favorita de Jimin y que iba todos los días, así que rápidamente empezamos a hablar saliendo del típico "¿Qué te sirvo?" y "Lo de siempre, por favor". Nos hicimos buenos amigos y me ayudó a conocer gente y a no quedarme encerrada en casa pensando en ti. Siempre habías sido tú la que me ha presentado a toda la gente que conozco y el hecho de que conocí a Jimin y a todos los chicos, me hizo ver que quizás no soy tan desastrosa. Además, Jimin me quiere mucho, dice que soy su hermana menor, aunque ya quisiera él.

—¡Oye! Ahora estoy celosa —rio Elena—. Es broma, pero ¿sigues en la cafetería?

—Nop. Conseguí abrir mi propia tienda de libros al lado del centro comercial. Ya sabes, mi sueño desde que era pequeña. Por eso hay tantos libros por aquí en casa. La verdad es que me va bastante bien, no sabía que los coreanos leyeran tanto, pero lo hacen —se encogió de hombros—. Además, las editoriales me mandan los libros y puedo quedarme muchos de ellos, así que soy muy feliz.

Las dos amigas rieron. Elena sabía que la pasión de su mejor amiga eran los libros, la literatura, los idiomas y las letras en general. Cuando llegó a Corea, hace seis años, Andrea tenía doce y ya manejaba bastante bien el español, el inglés y el francés. En estos años, su amiga había conseguido mejorar muchísimo más en inglés y había aprendido algo de italiano también, además claro está de que hablaba coreano como si hubiera nacido en el país. Elena le admiraba por ello. Además, la pequeña adoraba leer y escribir, su sueño siempre había sido publicar un libro y Elena sabía que lo conseguiría. Escribía demasiado bien.

smile » taehyung ✔️Where stories live. Discover now