JonDami Random

Dormir

Que Damian se quedará a dormir en su casa pronto se volvió una costumbre. ¿Los motivos? Jon siempre le suplicaba que se quedara, lo persuadía diciéndole que podían jugar un rato o ver películas.

Damian le observaba durante unos segundos y finalmente asentía. Entonces Jon corría escaleras arriba y recuperaba el pijama que ya era más de Dami que suya.  Esa era su rutina, el momento en que dejaban de ser Super Sons y solo eran Damian y Jon.

Y sin embargo, su momento favorito era cuando se iban a dormir, las primeras veces Damian dormía en el piso, alegando que se movía demasiado y que no le permitía descansar. Pero hubo una ocasión en que el saco de dormir no se encontraba disponible, así que Damian y Jon compartieron cama nuevamente, esta vez el menor se abrazó al mayor mientras dormía y milagrosamente logró quedarse quieto, cuando despertaron Damian no se quejó y en la ocasión siguiente, simplemente repitieron la acción.

Pero ahora la posición se invertía, Jon había estado molestando a Damian toda la tarde por la cara de mapache que se cargaba por falta de sueño y llegó el momento en que el mayor no lo soporto más y se lanzó a golpearlo, logrando que cayeran en el sillón, con Damian encima de Jon.

–Suéltame –ordenó mientras se retorcía, intentando liberarse sin éxito.

–Necesitas descansar, Dami –reprochó, afianzando su agarre en la cintura del mayor, evitando así que escapara.

–Tt. Lo que necesito es que me sueltes, Kent –replicó, aun retorciéndose. Jon suspiro exasperado ante la terquedad de su amigo. Estaba acostumbrado, pero eso no le impedía fastidiarse de vez en cuando. Así que se negó a ceder, comenzando a tararear una canción de cuna que su madre le cantaba cuando era pequeño.

–¿Qué haces? –pregunto extrañado, Jon siguió cantando, internamente feliz porque el contrario había dejado de retorcerse.  Comenzó entonces a mover en círculos su mano sobre su espalda, en un intento adicional por hacer que se calmara.

Poco a poco escucho la respiración de Damian serenarse, hasta que estuvo seguro que se había dormido dejo de cantar, pero continuó moviendo su mano.

–Buenas noches, Dami.

El sueño lo alcanzó entonces.

¿Tierno? ¿Aburrido?