JonDami Random

Nubecita

—Nubecita —llamó el menor, exigiendo su atención.

Damian sonrió por el apodo. No era la primera vez que Jon le llamaba nubecita y estaba seguro de que no sería la última.

—Si yo soy una nube, tú eres el cielo –declaró, mientras eliminaba la distancia que le separaba del menor.

Jon ladeo la cabeza, confundido.

—¿Por qué lo dices? —preguntó, para luego rodear a Damian con los brazos y apoyar su mejilla en su pecho. Damian correspondió inmediatamente al abrazo.

—Porque es el cielo… el que le permite a la nube moverse libremente.

Jon arrugó la nariz de esa manera adorable que tenía de parecerse a un gatito.

—Lo descubriste. Descubriste el porque te digo nubecita –exclamó sorprendido.

Damian asintió, dándole un suave golpe en la nariz.

—Pero incluso el cielo debe ceder ante los caprichos de la nube. Ya que algún día, el cielo será totalmente mío.

Jon se sonrojo cual jitomate, escondiendo la cara en su pecho.

—Nubecita pretenciosa.

Damian sujeto a Jon por la barbilla, obligando al menor a mirarlo.

—Por ahora —concluyó antes de besarlo.

Las nubes no pueden existir sin el cielo. De la misma forma que Damian no se imaginaba una vida sin Jon, su cielo, su todo.

Este ostenta el título de favorito por muchas razones, espero les guste tanto como a mí.