JonDami Random

Regalo

—¿Hoy es el cumpleaños de Damian? —gritó sorprendido Jon.

—No grites cuando estamos hablando por teléfono —reprochó Maya—. Si, hoy es su cumpleaños —confirmó.

—Lo lamento —dijo sinceramente arrepentido, no era su intención gritarle, pero la noticia le sorprendió, incluso Damian tiene cumpleaños.  Quiso golpearse por el pensamiento, por supuesto que tiene un cumpleaños.

—Deberías ir con él, seguramente estará en su cuartel —comentó la mayor para luego colgar el teléfono sin darle tiempo a despedirse.

¿Debería ir? ¿Qué podría regalarle? No tenía mucho dinero y no podía pensar en algo que el mayor no tuviera ya.

Suspiro rendido a sabiendas que la decisión ya estaba tomada. Después de todo, un cumpleaños es una fecha especial.

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Maya tenía razón al decirle que estaría en el cuartel, apenas ingresó lo descubrió sentado detrás de la computadora central.

—¿Qué haces aquí? —pregunto arisco, sin voltear a verle, continuando con lo que fuera que estuviera haciendo.

—Maya me dijo que es tu cumpleaños, te traje esto —explicó mientras dejaba el pastel que había comprado a su lado—. Elegí este porque la vendedora me dijo que era el más vendido y alabo su sabor. Feliz cumpleaños, Dami.

Jon sentía la mirada de Damian sobre sí mientras sacaba el pastel de la caja con cuidado.

—¿Viniste porque Maya te lo dijo? —preguntó.

Jon asintió rápidamente.

—No tengo ganas de dulce, puedes comerlo tú —declaró volviendo su atención a la computadora, ignorándolo por completo.

Superboy suspiró ligeramente decepcionado, había esperado poder compartir el pequeño pastel con Damian. Camino con desgano al sillón, dejándose caer sin cuidado alguno para luego depositar el pastel en la mesa de enfrente. Dudando antes de comerlo.

Finalmente se decidió y lo probó. Como le había asegurado la vendedora, el pastel estaba delicioso, lamentaba el hecho de que Damian no quisiera probarlo, estaba casi seguro de que también le gustaría.

Suspiro de nuevo, ¿había sido un error venir al cuartel?

¿EH? —chilló espantado al observar a Damian sentado a su lado, ¿en qué momento se había acercado tanto?

Damian lo observó unos segundos antes de tomar su rostro con ambas manos y lamer sus labios, retirando con ello las migajas que se le habían quedado pegadas luego de aquel primer bocado.

—Déjame comerte —musitó acortando aún más las distancias, prodigándole luego un beso.

—Yo… yo…

—Shhh, es mi cumpleaños y tu mi regalo —declaró, para luego volver a unir sus labios, esta vez deslizando las manos a las caderas de Jon, comenzando a recostarlo en el sofá.

Basado en el dou de KHR: ¿Puedo abrir mi regalo?