Capitulo 7.-

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Había pasado hace muchos años
Keith solo era un niño. No tendría más de seis años
Estaba de vacaciones con su padre. Habían ido a un lugar nevado, donde se habían dedicado a admirar a los demás turistas
Su padre se había empeñado en enseñarle a patinar sobre hielo, pero las piernas de Keith se negaban a dejar de temblar cada vez que ponía un pie sobre el hielo
Así que Keith estaba jugando en la nieve cuando lo conoció

Sus pequeñas manitas estaban rojas e irritadas por el contacto con el hielo. Su padre le había advertido que si no usaba guantes, se cortaría y se le caerían las manos, pero a Keith le había dado demasiada vergüenza admitir que había utilizado sus pequeños guantes rojos el día anterior para resguardar a un pequeño conejo del incesante frío, así que había fingido tomarlos de la cómoda de la pequeña cabaña que rentaban esa semana antes de salir
Se había instalado delante del gran lago helado, donde solo se encontraba un Niño de aproximadamente su edad patinando con gracia
Keith fingía estar interesado en hacer un muñeco de nieve pequeño, pero la verdad es que disfrutaba de la imagen delante de él: El Niño se reía cada vez que lograba avanzar sin interrupción alguna sobre el hielo y bufaba al detenerse
En algún momento, Keith dejó de fingir y dedicó toda su atención en admirar al pequeño
¿Cómo podía deslizarse de esa manera? ¿Es que no le temblaban las piernas, ni le sudaban las manos cuando ponía un pie sobre el hielo? ¿No le daría miedo caer, y romperse un hueso? ¿Cuándo habrá aprendido a patinar? ¿Me enseñaría?
El chico de los patines reparó en él y le sonrió
-Hola- le gritó, mientras agitaba su mano por encima de la cabeza
Keith dio un respingo y volteó a ambos lados, para asegurarse de que el chico le hablaba a él
-Hola- respondió con un hilo de voz
-¿no quieres patinar?- el chico seguía gritando, porque había decidido que costaba mucho menos esfuerzo eso que patinar hacia El Niño de cabello azabache
Keith se removió incómodo en su lugar
-No sé hacerlo- susurró
-¿QUÉ?
-NO SÉ HACERLO- finalmente Keith gritó y su voz retumbó entre los nevados árboles de los alrededores
El chico del lago ladeó la cabeza y empezó a acercarse
-¿y por qué no aprendes?
-porque no
-Yo te enseño
-No quiero
-Te enseñaré
-No
-No te pregunté. Vamos

—-

El niño se llamaba Jules
Tenía el cabello castaño oscuro y los ojos verde mar, tenía un lunar debajo del ojo izquierdo y una cicatriz en la mejilla derecha. Le gustaba el frío y el chocolate caliente, pero odiaba las galletas de chocolate
También sonreía mucho
Era el tipo de persona con el que es imposible estar sin reírse al menos dos veces
Se manejaba con gracia sobre el hielo, pero era bastante torpe en tierra
También había escogido como objetivo personal enseñarle a Keith como patinar
Los dos pasaron los siguientes cuatro días sobre el lago, entre risas y rabietas de niños. Keith había empezado a perder el miedo a caer, especialmente porque ya lo había hecho y no se había roto ningún hueso
Aún así, su forma de patinar (con andares de pato y con su cuerpo exageradamente hacia delante para evitar agarrar velocidad) no era nada comparada con las del chico de los ojos verdes, que parecía pertenecer a ese mundo
-Cuando sea grande, podré patinar profesionalmente- Siempre le decía al azabache, mientras éste lo miraba con sus grandes ojos violetas - Y cuando lo sea, tú tendrás entradas gratis siempre para verme competir, y podemos usar el dinero que gane para viajar, o podrías ser mi manager, o quizá podrías patinar también tú
Keith estaba maravillado
<<Ah, es por eso que a todos les gusta tener amigos. Te hacen sentir bien>> pensaba
Keith no tenía muchos amigos, no porque fuera desagradable, si no porque le resultaba difícil hablar con la gente. Era complicado
Y era también por eso que el y Jules se habían vuelto tan cercanos en poco tiempo. No tenía que hablar. Jules era un experto en hacer de un monólogo una plática interesante
...
Una tarde, Keith no quiso entrar al hielo, al menos no demasiado
El frío ese día había sido cruel, carente de belleza. Un frío irritante
Aún así, Keith se había quedado unos momentos embobado admirando los últimos retazos de sol
Luego Jules había muerto
Lo recordaba con toda claridad
Recordaba al buceador que emergió por el agujero del lago con la pequeña forma de su amigo en brazos. La luz resbalaba del brillante aparato de aluminio de aquella extraña criatura y tocaba apenas los rígidos rasgos faciales del niño.
Después lo perdió de vista; al instante Jules fue engullido por una multitud de bomberos y personal de rescate, así que lo único que alcanzó a ver fue una masa oscura llevada a toda prisa ladera arriba, hacia una punzante luz roja. Vio sus patines, con los cordones cortados, arrojados a un lado. Entonces se zafó de la mano de su padre, que lo aferraba afligido y los recuperó.


Naturalmente, pensó mientras recuperaba la consciencia, el pequeño no murió en aquel momento: técnicamente había fallecido dos horas más tarde, en medio de los murmullos, zumbidos y pitidos de los modernos aparatos médicos. La unidad de cuidados intensivos del hospital era una maravilla de luces, pensó; allá a donde se mirase había otra luz, llenando todos los ángulos, sondeando todos los rincones. Era como si al negarse a permitir que hubiera oscuridad en las habitaciones de algunos modo pudieran mantener a la muerte a raya.
Recuerda haber  reparado en que la casilla de Hora de Muerte en el hospital decía "6:34pm" y eso se le antojó inexacto. ¿Cuándo había muerto Jules?
<<Estaba muerto cuando yo oí crecer bajo mis pies las telarañas en la superficie del lago. Murió cuando yo lo llamé y el me respondió agitando el brazo con irritación y exceso de confianza. Murió cuando cayó al agua>>
Recordó lo poco espectacular que había sido: el pequeño estaba deslizándose, dándose impulso con los brazos, y al instante siguiente lo tragó aquel agujero oscuro que se había materializado debajo de el, y murió cuando lo envolvió la fría y terrible oscuridad. Su cabeza no emergió a la superficie ni una vez.
Le vino a la cabeza el súbito dolor que sintió en los pies cuando echó a correr, después de quitarse los patines, hacia la cabaña que rentaba con su padre. Cada paso que daba le parecía más frío, más duro, más traicionero. Cayó media docena de veces, sollozando. Pensó <<Yo no era más que un niño, un niño con su primer amigo, y para entonces él ya estaba muerto>>

Eso fue en invierno. Su padre murió unos meses después, cerca del verano

Ah, si. Aquel chico de hace tantos años. Jules, Jules, Jules






—-
Jules
Okay, la parte de la muerte de Jules es una paráfrasis de "Retrato de Sangre" de John Katzenbach, porque soy malísima escribiendo cosas así :(
Mi Keith, tan joven y tan conocedor del dolor

En otras noticias mi casa está siendo remodelada y por eso no he podido actualizar. Esto lo escribí en el teléfono, así que lamento si se ve encimado ggg
-VFOMPEROSA

Por siempre y para siempre (Klance) Secuela La distancia de un beso no dadoWhere stories live. Discover now