Capitulo 16.-

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Dos meses

Dos meses y tres días 

Dos meses y dos semanas, cuatro días

Tres meses

Tres meses, siete días

Lance no sabía que un mes podía durar tanto. Siempre le había parecido que la vida se le pasaba demasiado rápido, y vivía atemorizado del momento en que se volviera un adulto. Primero, dejaría de vestirse en Halloween, y dejará de preocuparse por su atuendo, porque tendrá cosas más importantes, como los impuestos o el trabajo. Después el cabello empezaría a caersele, y su espalda empezaría a encorvarse, las palabras se le atragantarían hasta poder sólo balbucear. Al final, moriría

Sin embargo, ahora sus ideales estaban en conflicto 

Por una parte, quería, NECESITABA que el tiempo pasara para que Pidge, Hunk y los ingenieros de Lotus terminaran de construir el artefacto que les permitiría manipular la grieta espacio-tiempo 

Y por otro lado, cada vez que veía la fecha en el calendario, lo abofeteaba la realización de que empezaría otro día más sin Keith. Había pasado ya demasiado

Creía que, quizá, la única forma de que no le importara volverse viejo y decrépito, sería si lo hacía al lado de Keith

"El ser humano tiene un concepto por ser jóven" Le hubiera dicho el azabache "El hombre nunca deja de ser niño. Antes lo hacían, había un ritual de paso en las sociedades antiguas en las que el niño se volvía hombre. Ahora no. Se han perdido, así que el niño nunca de serlo. Y las mujeres, las niñas, empiezan a ser mujeres demasiado pronto. Se pintan y hablan de amor, son mucho más maduras. Mientras los hombres somos unos bárbaros que se emocionan gritándole a un televisor, las mujeres tuercen los ojos e idean su plan de vida"

Si. Keith había estado en modo filosófico desde que había encontrado un texto de Alan Badiou en Lotus 


Cada mañana, Lance se entrenaba en el Gyulbach. No sabía qué encontraría al otro lado de la grieta, y no pensaba llegar sin un plan. 

Baz lo veía entrenar con sus enormes ojos violetas y Lance sentía siempre una punzada de afecto por el pequeño 

Baz, al igual que Keith, solía guardarse sus sentimientos y comentarios. Se limitaba a fruncir el ceño si algo lo disgustaba y a alzar las cejas y sonreír ladeadamente cuando estaba feliz 

El cubano creía que, cuando Keith lo conociera, podrían ser los mejores amigos o los peores enemigos 

En realidad, el paladín azul no sabía qué pasaría con Baz cuando el equipo Voltron decidiera irse de Lotus. Es decir, por supuesto que había pensado en darle al chiquillo un hogar él. Adoptarlo, pues. A fin de cuentas, ya vivía con él. Se volvió definitivo cuando el niño volvió un día al apartamento con Porter; ambos cargaban hartas cajas, repletas de cosas 

Baz había hecho a un lado los pocos libros que poseían, y había colocado sobre la repisa que ocupaban muchos peluches y muñecos, además de historietas

-Creí que no sabías leer- le dijo Lance 

Baz lo miró y le sacó la lengua 

-Me gustan los dibujos 

Además de los juguetes e historietas, Baz se había traído de casa marcos de fotos 

Sin fotos 

Los había tendido en la mesilla de noche y los miraba largamente antes de dormir 

Nunca le decía a Lance por qué no les ponía fotos 

También se hizo propietario oficial de Mantequilla de Maní. Cargaba al gato (era una gata, decía Baz, aunque a Lance le parecía que tenía cara de macho malhumorado) por todos lados y le ponía de todo en el cuello. A veces llevaba moños y a veces, corbatas 

Por siempre y para siempre (Klance) Secuela La distancia de un beso no dadoWhere stories live. Discover now