Capitulo 26.-

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Keith solía fumar sólo cuando Lance y Baz aún dormían 

Lo chistoso de todo el asunto era que durante la batalla con Cira, lo único que había salido ileso era la cajetilla de cigarros

Keith los había encontrado mientras buscaba ropa. Por alguna razón, las prendas ensangrentadas (ahora medio lavadas) seguían ahí, en una bolsa, y los cigarrillos estaban encima del montón. Keith tiró la ropa y conservó los cigarrillos

Aunque Keith seguía llevando la venda sobre los ojos, rara vez le imposibilitaba hacer algo. Además, se la quitaba cada vez que Lance no miraba, y los últimos días ya ni se la había puesto

Todas las mañanas, después de observar a su novio y a Baz un buen rato, Keith se levantaba de la cama y se acercaba a la ventana con el cigarrillo encendido entre los labios. O, a veces, se encerraba en el baño y dejaba correr el agua caliente, así el vapor se llevaría con él el humo del cigarro y Keith podría ducharse después

En realidad, no sabía por qué seguía fumando. Suponía que sólo se le había vuelto un hábito, o que sus maestros tenían razón sobre el efecto de la nicotina y la adicción 

Tampoco sabía si Lance estaba al tanto de su nuevo vicio. Por un lado, la cajetilla de cigarros siempre había estado ahí, además de que Keith solía apestar a humo, y por el otro... bueno, Lance era muy distraído 

Mientras fumaba su segundo cigarrillo junto a la ventana (rara vez fumaba dos cigarros en un día, pero esa vez se había despertado demasiado temprano), Keith observaba atentamente los movimientos del cubano y del niño aún durmientes. Sonrió para sí mismo cuando Baz se removió entre las sábanas y Lance lo abrazó instintivamente, manteniendo al pequeño cerca de su pecho. Baz se relajó después de eso y no volvió a moverse

A veces, Keith olvidaba que Baz era de Lotus. Parecía demasiado humano, mucho más que cualquier otro Lutiano que hubiese conocido, y tenía un parecido inquietante con él y Lance 

Cuando le preguntó a Baz si tenía algún secreto (como una cola de gato o algo que le delatase que no era humano) lo que Baz le había respondido es que tenía un lunar encima del ombligo y los hombros llenos de pecas 

Aún así, durante una noche, Keith y Lance se encontraban delante del calor de la chimenea medio dormidos. Lance tenía un brazo alrededor del azabache y éste estaba recargado sobre su hombro. Baz se aproximó a ellos y los movió para despertarlos 

-Lonce- susurró en niño entre ruiditos gimoteantes

Lance se había desperezado al oír al pequeño y lo había visto con expresión extraña

Baz tenía los ojos llenos de lágrimas y se intentaba limpiar con las mangas de su pijama. Lance lo sentó en sus piernas y le preguntó qué pasaba 

Fue entonces cuando Baz le mostró el interior de sus muñecas. Los lugares donde debían estar las venas brillaban levemente de color azul claro

Lance había despertado a Keith casi llorando, temeroso de que algo le pasase a su niño, pero cuando Keith le preguntó a Baz si le había pasado antes, él había asentido 

-Mi mamá también las tenía así. Es solo que me acordé de ella- le contó en voz baja mientras se sorbía los mocos 

Lance y Keith lo habían abrazado después de asegurarle que ella estaba bien entre las estrellas

El niño se había removido entre sus brazos y había puesto su mirada en Lance

-Lonce, ya no quiero que seas mi hermano mayor- le dijo, con la mirada seria

-¿Ah no? ¿Entonces qué?

-Ahora vas a ser mi papá. Keef también- el niño asintió fieramente ante su afirmación y después se había quedado dormido 


Keith pensó en todo esto mientras el cigarrillo se consumía entre sus labios. Se preguntó si él se había visto como Baz cuando Shiro empezó a cuidar de él 

No había tenido oportunidad de hablar a fondo con él, y en realidad esperaba hacerlo pronto. Quería preguntarle a Shiro cómo se habían tomado los demás paladines su relación con Lance, y saber cuales eran sus planes de ahora en adelante (y esperaba convencerlo de llevarse a Baz con ellos)

El cigarrillo le supo amargo en la boca y Keith lo tiró. Cuando regresó la vista a la cama, se dio cuenta de que Baz lo observaba 

El niño se levantó y se encaminó hacia él. Cuando estuvo cerca, tenía el ceño fruncido 

-Keef, ¿te sientes bien?- le preguntó, muy serio

El azabache lo miró extrañado

-Umm, si... ¿por qué?

El niño entrecerró los ojos como si lo juzgara 

-Estabas sacando humo por la boca. ¿Eres un dragón?

Keith no pudo evitar reírse

-No, no... es que...

-Si eres un dragón y no le quieres decir a Lonce, yo tampoco le diré- le aseguró el niño 

Keith lo pensó un momento

-Vale, me has pillado, soy un dragón

Los ojitos de Baz se encendieron con emoción

-¿Puedes sacar fuego, además de humo?

Keith se rió y se negó

-No soy tan poderoso. Sólo saco humo por las mañanas

El pequeño bufó 

-Qué aburrido es ser un dragón entonces. ¿Por qué no eres mejor un hechicero o un pirata?

Keith volvió a reír y le revolvió el cabello al niño

-Venga, vamos a hacerle el desayuno a tu papá, ¿quieres?

-Tú también eres mi papá

Keith sonrió y cargó al niño mientras se dirigía a la cocina

Decidieron hacer panqueques 

Y si. Los quemaron


















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Como no escribiré en toda la semana, :v

-VFOMPEROSA

Por siempre y para siempre (Klance) Secuela La distancia de un beso no dadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora