Capitulo 37.-

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Los gritos que habían desgarrado el ambiente se cortaron tan repentinamente como habían comenzado. Los paladines se sumieron en un silencio que casi parecía gritar

La princesa Allura temblaba y se mecía sobre su lugar. Sus enormes ojos coloridos estaban opacos, y sus marcas alteanas, apagadas

Pidge se acomodó los lentes con cautela

-La transmisión fue recibida hace apenas unas horas, pero no tenemos manera de saber cuándo fue enviada. Podría haber sido hace meses, considerando las flexiones del espacio-tiempo que significa pasar de una galaxia a otra, además de las alteraciones que sufrió esta cuando abrimos la grieta espacio-temporal para rescatar a Keith se aquel lugar- explicó 

Sus palabras se posaron como dos lozas enormes sobre los hombros del paladín rojo. Agachó la mirada

Sintió como una mano se deslizaba por su cintura y lo atraía. Lance lo mantenía a su lado con actitud protectora, casi feroz

El azabache era consciente de la disputa entre el paladín verde y azul los primeros días que estuvo desaparecido, y aunque habían arreglado las cosas, Lance seguía poniéndose a la defensiva con respecto a Pidge

-La rebelión nos necesita. No importa cuánto tiempo haya pasado- declaró firmemente- Tenemos que irnos antes de que lleguen a Lotus. Tenemos que terminar con esta estúpida guerra antes de que Haggar ponga sus sucias manos de bruja sobre este plane...-

-No podemos irnos- lo cortó de un tajo Hunk, que se veía al borde de una crisis de nervios

-¿Y por qué demonios no?- Keith levantó la mirada, y alzó las cejas ante la respuesta del paladín amarillo

-Los leones están aún recuperando la energía que perdieron al abrir la grieta. Lotus tiene mucha quinta esencia, lo cual acelera el proceso, pero aún con los meses que han pasado, los leones siguen sin estar a su máximo- respondió Pidge

Callejón sin salida. A eso habían llegado 

La sala se llenó de tensión. No por hostilidad, si no más bien por impotencia 

Pasados unos minutos, Keith se soltó del agarre de Lance

El cubano lo vio con las cejas arqueadas

-Keith...

-Sólo...necesito estar solo. Necesito pensar, Lance. Volveré en unos minutos- le prometió en voz baja antes de salir apresuradamente del centro de control

(...)

A Keith no le importaba haberse encerrado en un clóset

Había sido el primer lugar que encontró donde se le ocurrió que nadie lo encontraría. Estaba tumbado, con la espalda apoyada contra una pared y las piernas flexionadas sobre su abdomen. En su mano derecha sostenía un cigarillo encendido 

Tenía mucho tiempo que no fumaba, y la sensación le resultó extraña en un principio, pero poco a poco se familiarizó con el ardor en la garganta y la escoces en el paladar 

No había soportado estar ahí más tiempo. Todo apuntaba a que era su culpa el que Voltron no pudiese trabajar. Todo por la estúpida abertura tiempo-espacio y el estúpido Keith Kogane

La rebelión estaba en peligro, Voltron no podía ayudar y él era el responsable 

Se llevó el cigarrillo a los labios e inhaló. Dejó que el humo le quemase los pulmones, y después lo dejó ir 

-Soy un dragón patético- se dijo a si mismo. Recordando la conversación que había tenido con Baz cuando el pequeño lo había encontrado fumando 

Por siempre y para siempre (Klance) Secuela La distancia de un beso no dadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora