Capítulo 28.-

1.2K 165 72
                                    

En cuanto regresaron al apartamento después de despedir a Baz, Lance acorraló a Keith contra la puerta

El azabache clavó sus ojos en los de su novio y estaba a punto de preguntar qué sucedía cuando la boca de Lance se estampó contra la suya 

Después de dos años, Keith era al fin ligeramente más alto que Lance (por uno o dos centímetros), así que Lance tenía que levantar ligeramente el rostro para besarlo, cosa que volvía loco al azabache 

Así que Keith colocó sus manos sobre las caderas del cubano, mientras que este envolvía sus brazos alrededor del cuello de su novio

El beso, en realidad era lento y suave, casi tanto que los empezaba a volver locos a los dos

Lance se separó ligeramente de Keith y presionó sus dos frentes juntas. Suspiró

-Dios, te extrañé tanto

Y Keith sabe que se refiere a los tres meses que había estado lejos. No importaba que ya tuviese un mes de su regreso, Lance seguía susurrándole cuánto lo había extañado

Y es que Keith lo entendía. Él mismo había extrañado tanto al paladín azul que sentía cómo literalmente las extrañas se le removían y cómo el corazón se le estrujaba y se le rompía con cada respiración que daba 

-Lo sé, lo sé- le dijo, envolviéndolo entre sus brazos- Yo también. Por los dioses, Lance, te extrañé tanto que pensé que moriría

Decirle que lo había extrañado no parecía suficiente. Keith jamás sería capaz de poner todo ese amor y dolor en palabras. Jamás

-Estás aquí- susurró Lance, y una risa asfixiada surgió de sus labios. Parecía embriagado de dicha- Estás aquí- repitió 

Keith acarició con suavidad la espalda del moreno y depositó besos tiernos sobre su frente y mejillas

-No pienso irme a ningún lado- le dijo

-Más te vale no hacerlo

Y así permanecieron durante un buen rato. Enredados entre los brazos del otro, drenándose el uno en el otro

...

-Lance- susurró el azabache, moviendo ligeramente a su novio

-¿Hmm?- el cubano tenía los ojos cerrados y la voz adormilada, pero estaba consciente

-Cariño, quiero mostrarte algo- Keith besó con ligereza los rizos de su novio

El cubano sonríe y se ríe por lo bajo

-Lo acabas de hacer- dice

-¿Qué?- Keith lo mira, curioso

-Eso. Me acabas de llamar 'cariño'

-¿No estuvo bien?- el azabache hace una mueca, temeroso de haber metido la pata

-No,no,no. Me gusta... me gusta mucho- el cubano abre los ojos y los clava en los de su novio, brillantes

-Entonces, creo que deberías ponerme un mote tu también- el azabache jala un pequeño rizo de Lance, juguetón 

Él se ríe, y después de un rato, responde

-Amor- ha pronunciado la palabra en español, y Keith tarda un momento en recordar qué significaba 

Cuando lo hace, se sonroja

-¿Love?- pregunta

Lance asiente 

-Si te parece bien, claro

Por siempre y para siempre (Klance) Secuela La distancia de un beso no dadoWhere stories live. Discover now