Siete

549 66 28
                                    

La muchacha abandona el espacio de Zayn mientras éste se encamina hacia su mejor amigo, las luces del local bailan al ritmo de la música, haciendo un poco complicado ver con claridad, pero el moreno no quita la mirada del perfil de Harry, sus mejillas brillan con la intensidad de los azules y rojos que reflejan los proyectores. A medida que se acerca más y más, sigue pensando en lo conocido que se le hace el muchacho con el que su mejor amigo compartía saliva, pero no está seguro, apenas puede verlo bien. Sabe que hay algo en él que conoce, y empieza a pensar en las pocas personas que forman su círculo de conocidos, buscando el rostro del rubio, intentando recordar qué hay de peculiar en él como para que sus sentidos se hayan puesto tan alertas.

Harry se molesta un poco cuando reconoce a su mejor amigo a pocos pasos, Zayn lo mira con curiosidad, pero pronto, empieza a mirar a su acompañante, su mirada parece la de su madre: con ganas de espantar a cualquiera que pueda molestar a su muchachito.

—¿Zayn? —inquiere el castaño, esperando que su amigo deje de mirar a Gerard para poder decirle, con la mirada, que se largue.

—Hola Harry —contesta él, sin intención de irse a ningún lado ahora que ha reconocido al muchacho de los piercings —, ¿no me presentas a tu amigo? —agrega, notando la incomodidad creciente en el ambiente.

—Él es Gerard —dice Harry luego de soltar un suspiro de molestia —. Y por allá —señala la mesa donde Liam y Louis se divierten con los tragos­—, está tu mesa.

—¿Gerard? —cuestiona Zayn, divertido por la mezcla de adrenalina y alcohol —. Hace un par de días, cuando Karla te presentó como su novio de hace meses, te llamabas Brendon —concluye, sonriendo con satisfacción al ver la cara del muchacho teñirse de terror. Harry lo mira sorprendido, esperando una explicación; pero no espera mucho por una, rápidamente se gira, tomando la mano de su mejor amigo, abandonando la pista de baile.

—Zayn, soy una persona terrible —dice Harry, caminando en zigzag, tratando de evitar chocar con las personas que se amontonan entre la barra y las mesas.

—La persona terrible es él, por imbécil.

—Debes decirle la verdad a Karla —pide Harry, Zayn asiente, aunque, detrás de su amigo, sabe que éste no puede verle —. No le digas mi nombre, por favor.

—No lo haré, Harry —afirma Zayn, notando la mirada inquisidora de Louis desde la mesa, a pocos metros, pero Harry da un giro hacia la salida, sin parar donde sus amigos. El moreno le hace una señal al mayor del grupo, con la cabeza, indicando que se marcha, Louis asiente, pero no le da mucha importancia, sabe lo peculiar que es Harry y seguramente necesita espacio, lo peor que podría hacerle ahora es incomodarlo con mil preguntas. El ojiverde empuja suavemente a un par de muchachos que interrumpen su paso, y por fin respira con fuerza cuando el aire frío de la calle golpea su rostro.

—Quiero irme a casa —avisa, Zayn lo sospechaba, de todas formas la cabeza de su mejor amigo debe ser un desastre entre la ruptura y los besos con desconocidos que tienen pareja.

—¿Calor allá adentro? —escuchan preguntar, ambos muchachos giran para encontrarse con John, uno de los guardias que controla la entrada.

—Bastante —contesta Zayn, dándole la mano a su amigo a modo de saludo, John no estaba ahí al llegar, el guardia que los dejó entrar se encuentra metros más adelante, revisando documentos antes de dejar entrar a un grupo de muchachos, Harry imita el saludo segundos después, sonriendo cortésmente a pesar de que se siente decaído.

—No son ni las dos, ¿ya se marchan?

—Harry no se siente muy bien.

—Ya veo —John observa al castaño mientras mete la mano al bolsillo —. ¿Quieren sentirse mejor? —ofrece lo que parece un cigarrillo deforme, ambos saben qué es y Zayn está a punto de rechazar la hierba cuando Harry se acerca a John y dice:

Rear View [zarry au]✅Where stories live. Discover now