Once

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Están acostados, mirando al techo, sus cuerpos desnudos apenas son cubiertos por una sabana, las persianas abiertas permiten que los últimos atisbos de luz se cuelen por el vidrio de la ventana, luces anaranjadas con toque de rosa fosforescente se reflejan en la pared; ninguno dice nada, pero el silencio no es incómodo. Harry por fin se permite jugar con los tatuajes en el pecho de Zayn, provocándole cosquillas que éste intenta dejar pasar. Un par de golpecitos en la puerta principal los despierta de la ensoñación en la que se han hundido; el mayor suspira, maldiciendo mentalmente mientras el castaño se levanta, vistiéndose veloz con su ropa interior nada más.

—¿Esperas a alguien? —pregunta Zayn antes de que Harry cruce la puerta del dormitorio, éste solo niega con la cabeza, caminando con pasitos un poco rápidos, realmente no sospecha quién puede ser, pero no quiere que vuelvan a tocar. Si se siente un poco incómodo con la idea de que sean visitas y él esté semidesnudo, pero mantiene la esperanza de que sea alguien que se equivocó de puerta.

—¿Si? —abre un pequeño espacio entre la puerta, solo lo necesario para ver quién es y que no lo vean a él, a su espalda, escucha los pasos de Zayn acercándose, pero no voltea a verlo.

—¿Harry, cierto? —dice la muchacha pelirroja, su vecina. Harry no recuerda su nombre.

—Si —sonríe, intentando mejorar el ambiente peculiar que se ha asentado sobre ellos.

—Perdón que te moleste, olvidé que esta noche tendría visitas y no tengo ni una gota de café...

—No lo puedo creer —susurra Zayn, la chica sigue explicando que necesita café tostado mientras Harry le dedica una mirada de molestia a su mejor amigo, notando que él también está solo usando sus calzoncillos.

—Claro, dame un segundo —responde a la chica, cuestionando si debe cerrarle la puerta o debe dejarla abierta, o si la invita a pasar o qué mierda debe hacer —. No seas grosero —susurra hacia Zayn; decide dejar la puerta entreabierta, como la ha tenido todo ese tiempo. La imprudente muchacha abre un poco, revelando la imagen de sus vecinos semidesnudos en la cocina, buscando el café que les ha pedido.

—¡Oh! Lo siento, no quería interrumpir su... —murmura, provocando que las mejillas de Harry se pinten violentamente de rojo —No sabía que ustedes eran... yo —sigue hablando, Harry no dice nada, encontrando el café y caminando veloz para dárselo y que se calle —... hacen linda pareja. Aunque seguramente se los han dicho antes —toma el frasco de las manos del ojiverde que sigue sin poder contestar nada, Zayn solo se ríe con incomodidad, apoyado en la encimera de la cocina —. Yo... gracias, te devuelvo el resto después —termina, saliendo veloz por la puerta, sin preocuparse por cerrarla.

Harry cierra la puerta con incomodidad, no se atreve a mirar a su amigo, un poco intimidado por las palabras de la vecina: "hacen linda pareja".

—¿Qué es todo esto? —dice, sonando mucho más débil de lo planeado.

—Una vecina entrometida que no tenía café —contesta Zayn, como si fuera la cosa más obvia; se acerca a Harry, apoyando su mano en el hombro del castaño, provocando que éste por fin voltee a mirarlo.

—No hablo de la vecina, Zayn —aclara, mirando a los ojos de su amigo en búsqueda de alguna idea que aclare su mente en los ojos avellana, sin embargo, no encuentra nada que lo tranquilice —. Hablo de lo que pasó en mi habitación. Tú eres mi mejor amigo, todo era un caos, estábamos discutiendo y de pronto te estoy montando y...

—Hey, Harry —le acaricia la mejilla con el pulgar, intentando calmar el mar de ideas que se aglomeran en su cabeza —. Está bien, nos acostamos, no seremos los primeros ni los últimos amigos que lo hacen, lo disfrutamos, o, por lo menos, yo lo hice, y...

Rear View [zarry au]✅Where stories live. Discover now