Ocho🐾

23.4K 2.9K 1K
                                    

Al entrar a mi cuarto lo primero que noté fue que mi cachorro ya no se hallaba en mi cama, y comencé a preocuparme.

Lo busqué debajo de la cama, en el armario, en el baño y debajo de cada mueble pero no encontré nada.

Me asustaba pensar que mi madre hubiera entrado a mi habitación- cosa que nunca hace porque ella dice respetar mi lugar- y estuviera en algún lugar de la calle soltándolo para alejarlo de mí.

No lo permitiría.

De repente, mis ojos cayeron en un bulto en mi cama tapado por mis frazadas. El caso es que, si yo recordaba, no lo había arropado antes de salir.

Tampoco recordaba que su silueta fuera tan humana y más grande.

Negué con la cabeza sin entender nada y con un poco de confusión intenté levantar las frazadas pero eran sostenidas con fuerza.

-¿Qué mier...- tiré con mas fuerza y miré a un cuerpo de un niño de unos quince años más o menos temblando del miedo.- ¿Quién eres tú y qué haces en mi cama?

Tal vez debería haber gritado para hacer más dramático el asunto pero aunque la situación me confundía en demasia, me sentía en total ventaja porque al menos yo sí estaba vestido. Además del hecho de que el niño lucía más asustado que yo.

-Y-yo... No m-me haga nada señor.- sollozó y lo volví a tapar para ocultar su desnudez.

-No te haré nada.- miré hacia todos lados recordando algo.- ¿Dónde esta mi cachorro?.- Pregunté con las cejas fruncidas al sentarme en una silla a un lado de la cama.

Todo esto era extraño, no sabía de donde había salido, nunca había visto a ese chiquillo y mi cachorro no había aparecido todavía.

Pero al notar lastimaduras sanando en su cuerpo comencé a unir los hilos.

-¿E-eres tú?.- me levanté de la silla desconcertado.- ¿siempre fuiste tú?

Me sentía engañado, no era su culpa, lo sabía, pero me molestaba mucho mi ingenuidad.

El chico me miró con los ojos llorosos pero aún así me asintió.

-N-no quiero molestarlo señor... Pero tengo mucha hambre.- dijo con un temblor en su voz y miré su cuerpo en el que se le notaban las costillas.

-Eh... Bien, te traeré comida, pero tú y yo tenemos mucho de que hablar.- me dirigí a la puerta todavía procesando las cosas.- ah, mientras tanto toma cualquier ropa mía y vistete. No puedes andar así por mi cuarto.

Y menos con ese olor que aunque olía a miedo había invadido mi cuarto de una manera totalmente deliciosa. Ahora entendía su olor, estaba totalmente seguro de que era un omega.

Cerré la puerta detrás mio para que su olor no se escapara de esas cuatro paredes.

Dentto de la cocina, tomé una bolsa de tela de las que usaba Hyuna cuando iba a comprar nueva comida al súper mercado y comencé a tirar comida allí, de la heladera y de las estanterías.

-Oye, ¿por qué asaltas mi cocina?

Me di la vuelta mirando culposo a la omega cocinera.

-Tenía hambre.- dije pasando a su lado con rapidez.

-¿Tú y cuantos más?.- la escuché mascullar mientras corría por las escaleras.

-Bien, mira, yo no pensaba adoptar un chico, un perro es mas fácil de cuidar.- dije al entrar y dejar la bolsa en el medio de mi cama para yo sentarme al otro extremo.

Se había puesto unos shorts mios que mostraban sus piernas, lo que me hizo morderme el labio inferior e intentar pensar en unicornios para no pensar tanto en ello.

También se había puesto un buzo azul que le quedaba gigante, lo que mostraba más lo flaco que estaba.

-Sientate y come.- ordené al verlo parado a un lado sin saber bien qué hacer por su timidez.

Al sentarse comencé a sacar las cosas de la bolsa y le prepare algunos sanwiches.

-No es mucho pero es lo único que se hacer.- dije mirándolo. Noté como su mirada brillaba al ver tanta comida. Le hice un gesto y éste comenzó a comer con desesperación.- pero también traje galletas y frutas.

No me quería imaginar cuanto tiempo había estado sin comer un bocado, más que comida de perro, lo que no creía que aportara tanto a un cuerpo humano.

-Volviendo al tema inicial, no sé que haré contigo.- mordí una manzana lamiendo mi labio inferior al sentir jugo allí. Sentí su mirada sonrojada sobre mis labios y me sorprendí al sentirme cálido.

-Y-yo...- su voz era aguda y suave, era tan llamativa, me gustaría que dejara de tartamudear para que pudiera escucharlo fuerte y claro.- n-no quiero volver a la calle. Tampoco quiero volver a mi forma animal, extrañaba mi forma humana.- dijo en un susurro ronco antes de volver a atragantarse con comida.

-¿Estás hace mucho en tu forma animal?.- se puso pensativo unos segundos masticando con más lentitud ahora y asintió.- ¿Y decidiste volver a tu forma ahora?

-Yo no lo decidí.- sus mejillas se inflaron pero no de comida esta vez.- mi lobo se sintió... A salvo aquí, y decidió dejar de esconderme.- se encogió de hombros.

-¿Y de qué te escondías, exactamente?.- pregunté curioso.

-Eso... No.- negó con la cabeza dejando de comer para comenzar a sollozar con fuerza, parecía realmente traumado con algo.

Mi mirada cambió a una de pánico, no sabía cómo tratar con niños y menos cuando estos lloraban.

-Oye, no llores, no me tienes que contar si no quieres.- intenté tranquilizarlo inútilmente.

Sin pensar mucho me acerqué hacia él y como antes, lo abracé resguardándolo en mi pecho hasta que comenzó a respirar con tranquilidad y dejó de llorar.

Tenía la teoría de que mi olor a alfa tranquilizaba a su omega.

-No me tire a la calle, por favor.- pidió con tanto dolor que no podía resistirme a él. Limpié sus lágrimas de sus mejillas recibiendo una mirada de agradecimiento.

-Está bien, prometí cuidarte de todas formas.- contesté suspirando y pasándole mi manzana para que se la terminara él, cosa que hizo sin rechistar.

.

.

.

.

.

♥~~~~~♥

♥~~~~~♥

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
GUAU [TaeKook] •Omegaverse• (PAUSADA)Where stories live. Discover now