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Con un lápiz en mano y una paleta de dulce en la otra, YoonGi se empeñaba en copiar los ejercicios de matemática que habían sido escritos a las apuradas por un profesor en el camino para que sus compañeros tuvieran algo que hacer, mas nadie se encontraba escribiéndolos. Nadie más que él.

La puerta del ruidoso salón se abre y se puede ver a un niño rubio ingresar al aula con timidez.—¿Alguna vez habías visto a ese chico? —Una voz a su lado hace que se sobresalte, nervioso, para luego tranquilizarse al notar que se trataba de TaeHyung.

El rubio camina con pasos rápidos hacia el pupitre vacío más cercano y se sienta con lentitud, encogiéndose en su asiento como si quisiera pasar desapercibido. YoonGi niega con la cabeza y vuelve la cabeza al pizarrón.—No, es la primera vez que lo veo por aquí.

Mh, yo también. Qué extraño —Pensó el muchacho en voz alta, para sentarse en el pupitre junto a YoonGi—. Oh, había algo que quería preguntarte, ¿SeokJin es tu hermano?

Lo es, ¿Por qué? —Preguntó, enarcando una ceja.

Te había visto unos días atrás hablando con él en el recreo, y eso me llamó la atención, ¿sabes? Ustedes dos se veían tan lindos, pensé que eran pareja o algo... —Pareció apenado al decir lo último. El azabache rió, irónico.

Preferiría ser pisado por un tren antes —Habló, bajando el tono de voz. TaeHyung, quien pudo escucharlo, soltó una risa tapando su boca con su mano, antes de levantarse.

Voy a buscar un poco de agua. ¿Te gustaría que te traiga un poco? —Le ofreció con una dulce y cuadrada sonrisa. Él negó con la cabeza, despidiéndolo con la mano antes de ver al castaño desaparecer de su vista.

Por unos segundos vuelve sus ojos hacia la silueta del rubio que se hallaba sentado al otro lado del salón, cabizbajo y nervioso. Parecía no querer estar allí. Sintió un poco de pena por él porque casualmente lo entendía, había estado en su situación muchas veces. Así que decidió cerrar su cuaderno e ir a hablarle.

Se acercó hacia el pupitre donde el chico rubio escondía su cara.—Hola, chico. ¿Eres nuevo? —Preguntó, para llamar su atención. En cuanto éste levantó la cabeza para verlo, se tensó y tragó saliva.

Lo soy, pero, ¿podrías por favor alejarte un poco del pupitre? Me tensa tenerte tan cerca... —Murmuró. YoonGi se quedó observándolo unos segundos antes de asentir y alejarse unos pasos, viendo como el rubio recuperaba el aire y se calmaba. Aprovechó esos segundos para analizarlo de pies a cabeza.

Era bastante delgado y con muslos fornidos. Sus labios eran carnosos y de un particular color rojo, aunque no parecía artificial. Sus ojos, medianos y de un marrón oscuro, junto a sus mofletes y su rubio cabello que parecía de seda. No podía excluir la tez blanca que poseía, como la de una muñeca de porcelana. "¿Será de porcelana?", Se preguntó. A decir verdad, el chico era bastante atractivo, aunque quizás no tanto como JungKook.

No supo de dónde venía esa comparación y se sintió algo disgustado porque no le gusta comparar.— Bueno, ¿cuál es tu nombre? Soy Min YoonGi —Habló, algo incómodo. El contrario elevó las comisuras de sus labios por unos segundos.

Soy Park JiMin. Es un gusto conocerte, y lamento mi reacción antes, me pongo incómodo cuando alguien está muy cerca de mí... Tengo fobia social —Explicó, con más tranquilidad. YoonGi ocultó la pena que sentía por el chico y asintió con la cabeza, entiendo un poco más.

Bueno... ¿qué tal si paso más tiempo contigo? Quizás te haga bien hacer amigos —Ofreció, y JiMin lo observó con una mueca de duda.

Está bien, aunque vas a tener que mantener cierta distancia de mí si vamos a hablar, lo siento...

¡Oh, no! No te disculpes, está bien. Por algo se empieza. Mantendré toda la distancia que necesites. Hasta podría salir del salón, si gustas —Bromeó, haciendo reír al rubio. Se sintió bien consigo mismo de haberle sacado aunque sea una risa.

Se volteó para buscar con la mirada a JungKook, a quien no había visto desde la mañana, y se sorprendió al no verlo. "Se sorprendió", para no decir "se decepcionó", porque en su interior tenía la pequeña esperanza de encontrar al lindo e intrigante castaño leyendo en su pupitre de siempre, sin embargo, jamás admitiría en voz alta de que cuando él no estaba, lo extrañaba.

Look Pretty | KookGiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora