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JiMin no solía dibujar mucho. Lo hacía algunas veces, cuando tenía una imagen que no podía quitar de su cabeza. La mejor forma de dejar de pensar en ella era traspasándola a un papel.

Intentó alcanzar el lápiz color rojo pero sin querer lo golpeó con su dedo e hizo que éste se deslizara hasta caer de su pupitre al suelo. Suspiró antes de estirarse para alcanzarlo, sin embargo, una mano lo tomó antes que él.

Veo que esto es tuyo. Aquí tienes. —Le dijo una voz, extendiéndole el lápiz. Elevó un poco la cabeza, pero la cegante luz de techo le impidió descubrir quién era la persona de esa voz desconocida.

Y de repente, todo le pareció demasiado parecido. La posición, la persona, las luces, el lápiz cayendo.

Ya he vivido esta situación antes..., Se dijo JiMin a sí mismo. Estaba seguro de que todo esto había ocurrido antes, pero no podía recordar cuándo ni con quién. Se atrevía a decir que estaba teniendo un déjà vu, a menos que sí lo haya vivido y él no recuerde.

Se recompuso en su asiento y es cuando pudo reconocer el rostro de Kim Jonghyun, su profesor, frente a él. Tomó el lápiz que le estaba extendiendo y le agradeció con una tímida reverencia, intentando ocultar su miedo al toque. Temió que el contrario se acercara un poco más, sin embargo, el chico se quedó en su lugar.— Eres JiMin, ¿no? —Asintió con la cabeza—. ¿Por qué no estás en el patio? Estamos en un receso.

—Q–quería dibujar, pero en el patio hay demasiadas personas, así que pensé que este sería un buen lugar de dibujo... —Respondió, un tanto nervioso, y se encogió de hombros tras terminar de hablar, como si fuera un niño.

Oh. —Eso fue lo único que dijo. Se inclinó sobre sus pies para poder ver el dibujo—. Es bastante lindo. ¿Quién es? —Preguntó, todavía sin moverse de su lugar. Quizás notó los nervios del rubio y no quería hacerlo sentir incómodo.

JiMin se sonrojó.— Se llama HoSeok.

Mh. ¿Es tu novio?

¡N–no! Somos amigos... —Se quedó en silencio unos segundos, pensativo—. Los amigos se dan besos, ¿no?

Jonghyun soltó una carcajada y negó con la cabeza, para luego tomar una silla y acercarla al pupitre del rubio, siempre manteniendo una determinada distancia que el chico agradeció en sus internos. El mayor de rubio cabello tomó el color rojo y empezó a colorear el cabello.

—Voy a ayudarte a terminarlo, y luego le darás este dibujo a tu nov–, a tu amigo. —Le dijo con un atisbo de diversión en su voz y una sonrisa amable a la que JiMin no pudo evitar corresponder, riendo avergonzado.

Usted es muy amable. —Comentó, comenzando a pintar la chaqueta que tenía el HoSeok de su dibujo. Jonghyun se encogió de hombros.

No muchos dicen eso.

¿No muchos? ¿A usted le hacen daño? —Preguntó, dejando de pintar unos segundos. Detuvo su vista sobre el rostro del contrario para ver si cambiaba de expresión, pero éste seguía con el mismo rostro inexpresivo que tenía antes.

JiMin, no te preocupes por mí. Preocúpate por ti y por tu salud. Sabes que ser sano es muy importante, ¿no? —El chico asintió—. También es muy importante ser feliz. ¿Eres feliz, JiMin?

Esa era una pregunta difícil de responder para el rubio. No podía decir que tenía una mala vida, pues tenía buena familia y amigos que lo querían e integraron a su grupo con alegría, pero había cosas que no podía negar, como el constante miedo con el que tenía que lidiar. No podía negar que estaba cansado de tomar antidepresivos para subir su ánimo cuando parecía imposible subirlo, cansado de no ser 'normal', cansado de ir a terapia.

Se encogió de hombros.— Yo creo que me es difícil responder esa pregunta, Kim.

Está bien, JiMin.

Siguieron pintando un rato más en silencio, escuchando tan solo el sonido del viento chocando contra la ventana. JiMin jamás se imaginó que se sentiría tan cómodo estando con un profesor. Él era tan amable y divertido que se había ganado rápidamente su confianza.

Y en ese momento, recordó que de esta forma conoció a HoSeok. Su lápiz cayendo, él levantándolo, el sol cegándolo. Todo encajaba. Y se sorprendió porque, a diferencia de es vez, no había salido corriendo.

¡Listo! —Exclamó Jonghyun—. Ahora ve a darle esto a el tal HoSeok. Anda, ve. —Le dijo, tendiéndole el papel. JiMin se levantó y caminó hasta la puerta, pero antes, se detuvo para despedirse.

Muchas gracias, Kim.

Comenzó a caminar fuera del cuarto. Jonghyun lo siguió con la mirada, suspirando.

Él sabía que JiMin tenía un síndrome.

Él también lo tuvo.

Look Pretty | KookGiWhere stories live. Discover now