Solamente te quiero a ti [#STQAT 1] [TERMINADA]

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Bellota

Siento que mis cabellos vuelan por los aires cuando despierto. Gruño, suspiro, estiro las piernas y luego abro los ojos de a poco para adaptarme al sol. Sus ojos verdes me miran fijamente mientras una sonrisa se asoma en su rostro. No puedo dejar de verlo. Es tan guapo.

—Butch, ¿qué estás haciendo? —murmuro mientras apoyo mejor mi mejilla derecha en su pecho.

—Te hago mimos, ¿no te gustan? —su voz retumba en su pecho haciendo que sea más grave.

—Nunca dije eso. —sus labios se apoyan en mi cien. —Me gusta más de lo que aparenta. —y sus dedos vuelven a hacer un rulito con mi cabello oscuro. Por un momento puedo sentir cómo se asoma el sueño pero luego me repito varias veces que no es el tiempo ni el momento exacto para aquello. —¿Sabes la hora?

—Seis y ocho. —murmura con tranquilidad bajando su pecho lentamente.

—No quiero ir al instituto. —miro fijamente su perfil; sus labios finos y su nariz blanca hacen de él un chico muy sexi.

—No vayamos. —su mirada se relaja y su brazo abraza más fuerte mi espalda baja. Suspiro. —Eres muy mala influencia para mí.

—Tu solita dijiste que no querías ir, yo sólo acepté tu propuesta. —su mirada hace que me pierda en ella y su sonrisa provoca una sensación cálida en mi pecho.

—Sí, pero dije eso porque tú estás así conmigo. Así que la culpa y la mala influencia es toda tuya. —inflo mis mejillas y soplo los cabellos que cayeron en mi frente.

—Entonces amo tener toda la culpa. —gira apoyando su codo izquierdo en la almohada y su brazo derecho acaricia, por debajo de mi remera, la curva de mi cintura. Mis manos se colocan en su pecho y empiezo a hacer pequeños círculos. Veo cómo un terremoto agita sus pectorales. Mis ojos se abren abruptamente. Me apoyo en mis propios codos y lo miro con interrogantes.

—¿Qué fue eso? —pregunto sin más. Un escalofrío recorre mi columna vertebral antes de que él responda.

—¿Mmh? No sé a qué te refieres, ¿estás bien? — mano va a mi frente y sus ojos se cierran y luego se abren. —¡Oh mierda!, ¡no puede ser! —su comentario me aterra. —Sí, estás loca. —y luego suelta una enorme carcajada. Le pego en sus hombros mientras le digo «idiota».

—Relájate nena. —sus ojos se posan en los míos y poco a poco acerca sus labios a los míos, dándonos un beso, que nunca pensé que Butch podía dar. —Esperé tanto esto, Dios, no sabes cuánto.

La sonrisa que se extiende por mi cara es extremadamente estúpida. Sus palabras tocan tan en el fondo de mi corazón. Sus sentimientos se sienten como los míos. Esperó tanto como yo. Le beso en los labios.

—¿Cuánto tiempo esperaste?. —me animo a preguntar.

—El año pasado, bueno en realidad hace más tiempo. En ese entonces no tenía ni idea de lo que sentía por ti. Pensaba que era algo sexual, —toma mi mentón y lo sube para que lo mire. —pero terminó siendo otra cosa. —y un beso tierno y delicado nos une.

Mi corazón no deja de alterarse y mis mejillas se calientan con sus pequeños movimientos. Cambio mucho cuando estoy con él, y puedo afirmar que no me desagrada para nada.