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Bellota

Todavía no me fui del hospital, y no lo pienso hacer. Me voy a ir a mi casa cuando Butch reciba el alta, y por ahora no pasó.

La silla en la que estoy sentada ya tiene prácticamente la forma de mi culo. Sólo me levanté para buscarme algo para picar y una lata de Sprite. No paro de pensar en la putas pastillas que no tomó el imbécil. Nunca me dijo que estaba medicado. Además, ¿para qué las debería tomar? Él siempre fue una persona sana, nada más se esguinzó el meñique y se dobló el tobillo. Encima de que odia los hospitales; odia la comida, odia a los médicos, odia las batas y odia lo blanco.

Y a decir verdad tampoco me gusta este lugar. Me deprime totalmente. Los enfermeros y las enfermeras siempre tienen una sonrisa amistosa pero al final es sólo de consuelo, o eso es lo que creo. Este lugar me recuerda la vez que estuve internada, y no había sido nada agradable.

Muevo mi pie chocando con una de las patas de la silla, provocando un sonido que se escucha en todo el pasillo. Debería dejar de hacerlo pero no. Me siento Britney Spears en el video de One more time. Mi celular vibra señalando un mensaje de mi mami.

Ella: Bebé está todo bien?

Yo: Si

Ella: Ok, me avisas cuando vienes, si?

Yo: Si

Ella: Te quiero

Yo: yo tmb

Guardo el celular en mi bolsillo de mi buzo. Apoyo mi codo en uno de los apoyabrazos y luego apoyo mi cabeza en mi mano. Suspiro dos veces y veo que soy la única que está sentada en esta sala de espera. ¿Tienen una sala para cada piso? Una de las luces titila, dándome una sensación de estar en una película de terror. Luego de pasar quince minutos en esa silla me levanto para caminar por el pasillo. En cada habitación hay un número y el nombre del paciente. Freno en cada una de ellas para leer el nombre. Parezco una psicópata si lo pienso bien, pero la verdad es que estoy aburrida.

—¿Señorita? —pregunta lo que deduzco que es un doctor. —¿Está buscando a alguien?

Me siento cuando tenía cinco años, que pintaba las paredes con el labial de mi madre y que mi padre me encontraba haciendo la fechoría.

—Eh sí. —respondo. —Butch Him.

—Ah. Sí, venga. —mira sus papales para luego ir a una habitación muy alejada. —¿Usted es un familiar?

Pero bueno, tienen una manía con lo del «familiar» muy seria. ¡Soy su amiga y su novia! Eso es demasiado importante. Encima que sus hermanos no están, debería ser aún más importante.

—Sí, sí. —respondo rápidamente. —¿Tiene algo malo?

Ambos entramos a la habitación. Butch está con la bata celeste y dormido como un oso. No tiene sueros ni nada conectado a su cuerpo. Tampoco hay un monitor que marque sus latidos pero supongo que no es necesario.

—Ya se ha despertado y le dimos su comida, aunque se ha negado. —eso explica por qué la bandeja celeste que está en la mesita móvil sigue con toda la comida. Creo que es una ensalada con un flan.

Punto uno, Butch odia las ensaladas.
Punto dos, el flan tiene que tener caramelo para que él lo coma. ¡Bienvenidos al paladar de Butch!

Solamente te quiero a ti [#STQAT 1] [TERMINADA] Where stories live. Discover now