XI. Los amantes

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- MC

Creo que alguien dice mi nombre, pero cuando una mano se posa en mi hombro estoy segura del todo.

Doy un respingo.

Últimamente estoy muy sensible (y muy en las nubes).

La culpa la tienen un par de tíos que a pesar de que ya no están en el instituto se comportan como si volvieran a tener 16 años.

En fin.

La que me habla es Kim.

Mi entrenadora se ha dado cuenta de que llevó más de 10 minutos con la cinta a la velocidad mínima y ha decidido intervenir.

- ¿Estás bien?

- Sí, claro.

- Llevas más de media hora mirando fijamente a la pared mientras caminas.

¿En serio ha pasado tanto tiempo?

- Lo siento, entrenadora, tengo unas cuantas cosas en la cabeza.

Me hace un gesto para que pare la cinta.

- ¿Es por las clases o algo así?

- No, todo va bien.

La sinceridad me puede, a pesar de que mentir sería mucho más fácil que vomitar todo lo que se me pasa por la cabeza.

"¿Sabes, Kim? Creo que estoy colgada otra vez de mi novio del instituto. Es genial."

No, no, no y no.

No puedo.

Y más teniendo en cuenta lo que he visto desde que he empezado a ir al gimnasio.

Complicidad.

Intercambio de miraditas (oh, sí, ese tipo de miraditas).

Comentarios sobre planes para determinadas noches.

Bastante daño me han hecho ya.

- ¿Es por Nathaniel?

- ¿¡QUÉ!?

MAYDAY MAYDAY

- Vamos, os llevabais muy bien en in insti, estoy segura de que verlo así ha tenido que ser un shock también para ti, y más después de tanto tiempo.

Ah.

Era por eso.

Claro.

Jaja.

- Oh, bueno... es verdad que fue chocante, sí.

- Si te soy sincera, yo también estoy preocupada. Quizá es meterme donde no me llaman pero... cuando empezó a venir, vale, se desquitaba saco, como todos. Pero de un tiempo a esta parte lo veo peor, MC. Y los rumores no ayudan demasiado.

- Los dichosos rumores.

- Cuando empezó la universidad de vez en cuando aparecía con magulladuras por aquí, le daba cuatro puñetazos al saco y tan felices. Pero la cosa empezó a ir a más, incluso más de una vez me ha llegado a pedir las llaves para venir en plena noche. El tema de las tías ya es otro cantar, quiero decir, cada uno que haga lo que quiera con su vida pero... realmente me preguntó el porqué. Él no era así.

- No... no lo era, Kim.

Me apoya una mano en el hombro. Creo que he dejado ver mis cartas demasiado rápido.

- Me siento más tranquila al hablarlo contigo, sé que ha pasado tiempo pero...

Oímos la puerta cerrarse de un portazo.

Rewrite [Nathaniel, Corazón de melón]Where stories live. Discover now