XXIX. Snow Storm

951 96 10
                                    

- Chica, a veces me pregunto en qué mundo vives, ¿en serio no te has enterado?

Mira, teniendo en cuenta que tenemos que entregar en breves el trabajo y que tengo un novio que anda metidos en problemas de tráfico de drogas como si de una serie americana se tratase, no, no me he enterado de nada.

Eso es lo que me gustaría contestar pero, dadas las circunstancias, lo mejor que puedo hacer es esbozar una sonrisa inocente y decir lo siguiente:

- Pues no, no me he enterado de nada.

- ¡Va a venir una feria a la ciudad!

- Oh, pues muy bien.

- ¡Y vamos a ir todos juntos!

El entusiasmo de Rosa termina por contagiar al grupo por entero y, sin demora, se ponen a planear a la velada para el miércoles.

Bueno, realmente a nadie le viene mal tomarse un descanso de vez en cuando, ¿no? Yo también me uno, y en mi cabeza empiezan a trazarse un montón de planes de lo más interesantes.

Porque, por supuesto, voy a intentar convencer a Nath de que nos acompañe.

Compartir un algodón de azúcar.

Subirnos en la montaña rusa para tomarle la mano en las bajadas.

Montarnos en la noria, y en lo más alto, con las luces de la ciudad de fondo...

Tengo que admitirlo, nuestro último encuentro en la playa me ha dejado un poco tocada (aunque en realidad lo único que quiero es que me toqué él, para qué vamos a engañarnos).

En fin, espero que el sentimiento sea mutuo.

El resto de mi vida se sucede con normalidad en su ausencia temporal: trabajo, habitación, universidad, trabajo, universidad, habitación.

El lunes, antes de dormir recibo un mensaje.

"Te echo de menos."

"El sentimiento es mutuo, señor delegado."

"Oh, por favor, esos días quedaron muy atrás, ahora soy un adulto que se dedica a rebozarse por la playa con una chica preciosa."

"Sshh, no me lo recuerdes, vas a abrir la caja de Pandora."

"¿Y eso qué significa? Porque me dan ganas de abrirla del todo... el rumor de las olas, ese vestido pegado a tú piel... creo que me gusta lo que esta caja contiene."

"Creo habértelo dicho antes, pero lo reitero: eres un calientabragas."

"Si ahora mismo estuviéramos juntos podría hacer otras muchas cosas aparte de calentarlas, empezando por quitártelas."

"Pero aquí estamos, cada uno en una cama distinta."

Lo odio.

Lo odio mucho.

Por decirme estas cosas imposibles y tener que desviarlas por la salud de mi cordura.

"Lo sé, y no sabes las ganas que tengo de poder verte sin miedo a que pase nada."

"Quizá yo tenga la solución a eso."

"Ilumíname."

"Parece ser que ha llegado una feria a la zona, esta gente ha propuesto ir el miércoles. Ya sabes, lo de siempre: mucha gente, comida, atracciones... cualquiera puede pasar desapercibido, ¿no te parece?"

"No es una mala idea. Me lo pensaré."

"Espero que te decidas rápido, no eres el único que tiene ganas de que nos veamos."

Rewrite [Nathaniel, Corazón de melón]Where stories live. Discover now