Double-Sided Coin - TheCookieMomma

Capítulo 08.- Oleadas

La ceremonia tuvo el efecto deseado. Severus pudo alejarse del niño sin sentir dolor. Extendió la mano para estrechar la mano de Albus, solo para asegurarse, consciente de que su compañero de unión le daba un abrazo a Hermione por la misma razón. Envió un zumbido de desconcierto hacia el hombre más joven, y Harry, que no tenía la edad ni la experiencia para ocultar su alegría, se volvió y le sonrió.

—Es genial—Harry estaba burbujeando, diciéndole cosas a Hermione. Nada abiertamente sensible. Había demostrado ser hasta el momento, asombrosamente—Bueno, quiero decir, algunas cosas no son tan buenas, como tener que preocuparse por las Bludgers en el intestino lastimando a alguien más... —Severus claramente escuchó, si fue intencional o accidental, "probablemente debería abandonar el equipo de Quidditch. No quiero lastimarlo/a ti". El pronombre era ambos, y ninguno, como si la mente de Harry reconociera la segunda presencia como parte de sí misma. Era una sensación extraña, reflexionó Severus, pero se sintió correcto. Se ajusta como un maldito guante.

"Quizás esta influencia del vocabulario sea en ambos sentidos". Severus escuchó un bufido mental a cambio de su pensamiento. Hizo que las comisuras de su boca se movieran hacia arriba, pero continuó sin inmutarse. "No renuncies por mi causa. Sin embargo, debemos asegurarnos de que los horarios se correlacionen".

Harry se giró, una expresión pensativa en su rostro—Eso podría funcionar—.

Granger, la curiosa diablilla que era, se volvió hacia Harry—¿Qué podría funcionar? No dije nada, y el Profesor Snape ha terminado... —Pareció entender, después de un momento o dos de silencio. Lo cual fue a la vez una bendición y una maldición—Oh. ¿Ya están en ese punto? Guau. Um, eso podría significar que... —Hizo una pausa, algo que le interesó más que el hecho específico de su comunicación mental—Tendré que leer ese pasaje otra vez... —Su mente claramente comenzó en uno de los senderos de duende, que Severus había llegado a temer en su corrección de sus ensayos en los últimos cinco años.

Harry parecía estar tan divertido como él. Severus tocó el vínculo entre ellos, solo para probar las emociones de Harry, y encontró varias capas. Él estaba entretenido. Sin embargo, también estaba vagamente molesto por la investigación de Granger. Era una vieja molestia: una con la que había aprendido a vivir y aceptar como parte de su amistad con la chica. También había una profunda maravilla de que Hermione le prestara tanta atención. Eso conectaba con la sensación similar que tenía en cada amistad, cada regalo, cada comentario adulador o historia sobre él. Severus eligió ese camino para seguirlo, y se encontró inmerso en recuerdos que no eran los suyos. No estaba seguro si Harry podía sentir su... ¿era una intrusión ahora?

Los pensamientos de Harry le respondieron. "Adelante. No me importa. Realmente no tengo nada que esconder de ti... bueno, excepto por..." Hubo una risa mental. "Bueno, saldrá".

Severus se divirtió con la fácil aceptación, aunque le preocupó un poco. ¿Cómo podría simplemente aceptar esto sin romper las cosas? Había llegado al punto con la edad y el tiempo en que aceptaba casi cualquier cosa que no requiriera dolor o caramelos de limón.

La mente del chico descarado respondió por él, incluso mientras su voz continuaba balbuceando a Hermione. "¿Cómo te fue así, Severus? A través de años de estar hecho para hacer..." No tuvo que terminar ese pensamiento. El alma de Harry, a falta de una mejor denominación, era más vieja de lo que Severus habría cosechado, y de hecho se había ganado a este punto. Continuó sus exploraciones mentales en silencio, y luego, cuando estuvo satisfecho, retrocedió, moviéndose hacia su cama.