5 -Beso.

20.3K 979 47
                                    

El dolor me estaba matando. Odio estos días de el mes.

Una lágrima roda mi mejilla y poco a poco salgo de la cama. Tenía que ir por algo de beber. Tiene que haber alguna cocina por aquí. En todos lados hay cocinas ¿Porque aquí no?

Ya con mis pantuflas puestas me dispongo a salir de mi habitación y buscar por todo el inmenso lugar pero nada de nada.

Por casualidad mis pies me traen hasta la entrada pero ahí me encuentro con el grandullón.

Pongo los ojos en blanco y continúo con mi camino.  

Me detengo delante de una puerta negra. La única negra de todas.   Abro lentamente esta y ahí veo una imagen no tan agradable.

Era ese tal señor Styles toqueteando a una mujer.   Mi estómago se vuelve  un ocho , voy a salir de ahí pero creo que es demasiado tarde.

Oh oh.

Sus ojos verdes caen en mi y me observa sin alguna expresión.

-Lo siento. - me disculpo y la mujer se voltea.

Por Dios.

-Pero ¿¡Que mierda!? - la mujer gruñe seria. A ella si que le veía molesta.

-Lo siento. - me disculpo nuevamente y salgo de ahí disparada. Lo menos que necesito son problemas.

Ya cuando estoy lo suficientemente lejos   suelto una gran bocanada de aire.   Maldición. Ahí estaba ese dolor otra vez.

-¿Sabes que  es de muy mala educación ver detrás de las puertas Teddy?

Doy un brinco en mi lugar y al voltearme me encuentro con el. Styles.

-Yo no espío. - suelto ahí sin más y el levanta una ceja.

-¿No? ¿Y como se le llama a lo que acabas de hacer?

Pongo los ojos en blanco.

-No tengo  tiempo y no me llames Teddy.- voy a caminar pero me detengo al sentir ese fuerte dolor.

Duele mucho.

-¿Estás bien?- se me acerca y me agarra suave de la cintura.

Un escalofrío corre mi cuerpo.

-Yo...si.

El me ve serio y sacude su cabeza.

-Mientes. ¿De verdad estás bien?

Me zafo de su agarre y sigo mi camino. Estar a su alrededor causaba algo de estrés en mi.

-¿Necesitas algo?

Lo escucho hablar a mis espaldas. Veo la puerta de mi habitación y casi me lanzo a ella. Estoy por abrirla pero el me lo impide poniéndose en el medio.

-Quitate. - trato de ser amable pero no se me da. Tengo demasiado de mucho dolor.

-¿Estás...en tus días? - sonríe y nos hace cambiar de posición.  Ahora yo estaba contra la puerta y el se sostiene de esta con la palma de sus manos mientras nuestros rostros están a solo centímetros.

Mi corazón comienza a golpear fuerte contra mi pecho. Trato de quitarlo pero es demasiado fuerte y debido a mi dolor estoy sumamente débil.

-Solo necesitaba una píldora. - mis ojos se cargan de lágrimas y me doy por vencida.

-¿Es eso? - se baja a mi altura y yo solo opto por asentir. -¿Deseas algo más?- agarra mi barbilla y me hace levantar el rostro.

-No gracias. - susurro y el sonríe.

Se pierde por el pasillo y yo ya cuando estoy en mi habitación me hundo entre las suaves sábanas   ,y la cómoda cama.

Veo el techo y suspiro. Nunca había estado tan cerca de un hombre y ese haya afuera es muy peligroso lo se. Puedo verlo en sus ojos.

La puerta se abre  así logrando sacarme de mi trance y mi sistema se pone en alerta al verlo cruzar esta.

Sonríe al cerrar a sus espaldas y se me acerca caminando con suma elegancia.

Toma asiento a mi lado y se voltea a verme.

-Ya mismo traen tu píldora. - dice y asiento con la cabeza.

-Gracias. - susurro.  -Lamento haber interrumpido tus...cosas. - mis mejillas comienzan a arder al recordar.

El ríe. -No importa. Solo fue un buen polvo nada más pero no importa. - se encoge de hombros y pongo los ojos en blanco.

-Eres un cerdo. - digo y el ríe.

-Prefiero estar aquí. - me susurra al oído y un escalofrío corre mi espalda.

¿Cual es su problema?

-Alejate. - tomo distancia y el sonríe.

-¿Porque habría yo de hacer eso?- rompe el espacio personal y me agarra de los brazos.

-Basta. Déjame. - forcejeo y el niega con la cabeza.

-Voy a besarte ahora.

Dios pero que psicópata.

-¡No! - trato de quitarlo pero se me es imposible. 

Se sube sobre mi a horcajadas y sin mas presiona sus labios contra los míos.

-Bésame. - habla  contra  mi boca y desliza sus manos hasta mi cintura.

-No. - llevo mis manos a su cabello y tiro de este hacia atrás.

El gruñe y aprieta mi cintura. 

Sus suaves labios. Por Dios que sucede conmigo.  Se mueven suave contra los míos. 

-Así es. - susurra y lleva una mano a mi rostro.

Un gemido se escapa desde el  fondo de mi garganta.

Se aleja poco a poco  y me ve con una gran sonrisa.  Muerde su labio y retrocede lentamente   hasta llegar a la puerta.

-Buenas noches. - me guiña un ojo y sin más desaparece.

Quedo atónita y deslizo las yemas de mis dedos por mis labios. ¿Que demonios fue eso?

La casa. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora