Cuando un nuevo mundo inicia, tú te verás obligada a enfrentarte a los nuevos retos que el oscuro Apocalipsis te ofrezca y sobrevivir sin importar lo que pase. Lágrimas, desesperación, peligro, amistades e enemistades y lo que uno menos desea: Tener...
Me oculto con rapidez detrás de una puerta cuando veo a cuatro soldados correr hacia mi dirección. Maldigo por lo bajo, ¡¿Dónde demonios está la salida?!
Tengo que sostenerme de un estante para no caer de cara contra el suelo al sentir las sacudidas de otra explosión. Ligeros escombros cayeron sobre mis hombros llenando de polvo mi chaqueta.
-¡Ayuda!- me quedo quieto al escuchar como golpean la puerta de la oficina de al frente-¡Saquenme de aquí maldición!-asomo un poco mi cabeza y veo que alguien trata de derribarla a golpes pero rápidamente me vuelvo a esconder. Un militar dobla la esquina de este pasillo, llega corriendo junto a la puerta y la abre con una tarjeta especial. Otro soldado sale del cuarto con el rostro hecho furia.
-¿¡Dónde mierda estabas?!
-¡¿No escuchas las malditas explosiones?!--noto que su nariz sangra-- ¡El lugar está a punto de irse a la mierda! Hay que reunir a los médicos--se limpia sin cuidado, aguantando el dolor.
-¿Tú por qué estabas ahí?
-Me encerraron.. ¡Esa maldita chica..me las debe..- fruncí mi ceño.
¿Chica?
Pienso un segundo hasta que recuerdo. Conozco la cara de ese hombre.
Es uno de los militares que se llevó a la molestosa..Digo, a la chica de cabello negro de su celda. Alzo mis cejas sorprendido. Golpea bien..
Bajo de mis pensamientos al oír otra explosión. Ambos militares salen corriendo de prisa.
Es hora de irme también.
Salgo de mi escondite y corro para el lado contrario de estos. Termino llegando a unas escaleras. No lo pienso dos veces y a paso veloz bajo antes de ser atrapado. Al pisar el último escalón, volteo mi mirada hacia la izquierda y lo que veo al final del pasillo me hace sentir tan aliviado, como ver el mismo paraíso del cielo.
"SALIDA"
No lo puedo creer. El cielo realmente me ama.
Nada lo bloquea, el paso está libre así que corro hacia ella y de un empujón la abro.
-Carajo..
Un gran número de personas infectadas lograron entrar al lugar a causa de una explosión. Parte del muro de contención había caído y los militares estaban intentando derribarlos pero nada podían hacer.. Era un maldito caos que se hacía cada vez peor.
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-Mami..-mi corazón se detiene, giro la mirada al escuchar los llantos de un niña. No logro observar su rostro, ya que este está escondido entre sus delgados brazos y piernas.
Volteo y doy un paso hacia adelante. No la llevaré conmigo, significa un peso más.
Me paralizo al oír otro sollozo.
Mierda Yoongi no voltees.
No voltees.
¡No..
-En serio te odio- me volteo y agarro a la pequeña entre mis brazos.
Hipando levanta un poco su mirada, sus pequeños y rasgados ojos negros se conectan con los míos. No logro reparar en su rostro manchado de polvo y sangre, mi mente vuelve a unos recuerdos, a una mirada llorosa que sólo imploraba que me quede pero no lo hice. Y lo abandone.
Los gritos de la gente me hacen reaccionar. Me doy cuenta del infierno que ahora me rodea. Desesperado comienzo a buscar una nueva salida.
A lo lejos veo los autos militares que siguen estacionados. Observo como un militar corre hacia estos con su llave en mano, pero el imbécil no se da cuenta de que un infectado está detrás de él y, así es, lo muerde. Logro escuchar sus gritos, aunque en este momento me importa poco, el sujeto me lo ha dejado fácil y ahora aquellas llaves me pertenecen.
Comienzo a correr con la niña entre mis brazos y deseando que nada se interponga en mi camino, pero arriba no escucharon claramente mis plegarias porque un maldito infectado aparece de la nada en mi delante, haciéndome caer de espaldas contra el suelo. La niña vuelve a llorar y me abraza con fuerza al darse cuenta de lo que va a pasar. Yo trago saliva, intento retroceder, escapar..No..
-¡Muere!- de pronto un bate se estampa contra su cabeza y gotas de sangre salpican mi rostro-¡Muere! ¡Muere! ¡MUERE!- sin aliento veo como el chico que me acaba de salvar la maldita vida, le pega una y otra vez.
-¡Hey..¡hey! Ya basta- le ordeno al ver que toda su ropa está llena de sangre, toda hecha un asco- Ya está bien muerto créeme..- trato de apaciguar su ira mientras me levanto junto a la niña quién no quería dejar de esconder su rostro.
-Te veo en el infierno maldito- escupió él llevando el bate sobre su hombro- De nada..
Iba a contestar pero los disparos nos regresaron a la realidad. Volví a fijar mi vista en el carro militar y sin dudarlo corrí con todas mis fuerzas hacia él, sin importarme que dejé al chico parado.
- ¡Oye, espera!
Deje a la niña en el asiento piloto y me agache para quitarle las llaves al hombre que anteriormente había sido mordido.
-Muévete- le ordene a la niña para que se mueva al asiento del costado y entre al auto rápidamente.
-Oye- una mano sobre mi hombro detiene mi huida, miro al chico.
-¿Qué quieres?
-Te salve la vida, ahora es tu turno de salvar la mía- suspiro. Suficiente tengo con la niña y ahora este.
Pero maldita sea, tiene razón.
Hago una mueca.
-Maldición..Ya rápido- le digo señalando la parte trasera del auto, él sonrie para luego ingresar de un salto.
Arranco antes de que los malditos infectados se den cuenta de nosotros.
