Cuando un nuevo mundo inicia, tú te verás obligada a enfrentarte a los nuevos retos que el oscuro Apocalipsis te ofrezca y sobrevivir sin importar lo que pase. Lágrimas, desesperación, peligro, amistades e enemistades y lo que uno menos desea: Tener...
Admito que podría estar molesta en este momento por lo que acaba de hacer y de decir. Sin embargo, más que una emoción agria lo único que puedo sentir es aceptación. Aceptar que la persona que tengo en frente es en realidad el verdadero Min Yoongi, puesto que ya estaría en el suelo sin vida si fuera lo contrario. Entonces, ¿cómo temer? ¿cómo bajar la cabeza por alguien que está dudando dos veces antes de disparar?.
-No creo que lo sientas--Me acerco a él sin darle importancia a la distancia entre el arma y yo.
Noto como Yoongi flaquea un poco al tenerme cerca.
-Silencio--me ordena al recuperar su compostura, aunque ni siquiera así, logra hacerme cambiar de opinión.
Me armo de valor y doy un paso más. Ahora nuestra cercanía es peligrosa.
-¿____ que haces?--Jungkook observa la escena con total preocupación. Entiendo cómo debe sentirse, lo que estoy haciendo es una locura pero sé que Min Yoongi no es capaz de jalar el gatillo, no puede hacerme daño.
-Está bien Jungkook.. Yo me encargo--lo observo a los ojos e intento desprender de mí un aura serena. Por suerte, él logra ser comprensivo--Por favor cuida la puerta--el pelinegro asiente y sin despegar su mirada recelosa de Yoongi, camina directo a la entrada.
-¿Por qué piensas que lo que vayas a decir va a hacerme cambiar de opinión ______?
-Este no eres tú..
-Gran argumento.
-No me interrumpas.
Un silencio, pero procedo a hablar.
-¿Crees que no recuerdo lo que me dijiste?--le pregunto, haciendo memoria a sus palabras--"Debes cuidarte, sólo a ti." Bueno, esta es la forma en cómo me protego, si quieres asesinarme, bien, pero al menos no habré renunciado a mí misma y a todo lo que he aprendido de este maldito mundo--me quito de la cabeza el casco protector--Tampoco te diré que lo hagas ya que sabes que no voy a obligarte, te lo había dicho. Así que.. Eres libre de poder decidir.
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Yoongi recarga su arma.
Jungkook se asusta, y yo debo tragar el nudo en mi garganta.
-Sólo dire...--observo al pelinegro--Por favor cuida de Namjoon, sé bueno con él. ¿Sí?
-¿Qué?--sus orbes entran en desesperación, aún más cuando las puertas retumban gracias a los fuertes golpes que recibe.
-¡SEÑOR PRESIDENTE! Díos mío..¡ABRAN!--es el grito de un militar. Maldición. Aún no hemos completado la fase número 3.
-Okey. Ya es suficiente Yoongi, ¡baja la maldita arma ahora!--le grita Jungkook para luego mirarlo con súplica--Basta. No me hagas dispararte..
Un suspiro pesado sale de los labios de Yoongi, mirándonos aún con su arma en mano.
