Capítulo 5: Una Tregua Temporal

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—Taylor ¿estás bien? — preguntó el señor Mason con aspecto preocupado.

—Sí, no fue nada. Le dije que puedo con estas cosas — Aseguré con una sonrisa tranquilizadora.

— ¿Segura? — Insistió, por lo que asentí. Se giró hacia Dylan y palmeo su hombro —. Gracias por ayudarla muchacho, puede que sea fuerte, pero sigue siendo una señorita. Hiciste bien — le dijo dándole una palmadita en el hombro y mirándolo con una sonrisa orgullosa. Dylan solo asintió, entonces el señor Mason les dijo a todos que siguieran con sus cosas y regresó a la recepción.

Dylan y yo volvimos a mirarnos.

—Gracias por la ayuda, pero ya lo tenía –dije.

Una sonrisa estuvo a punto de aparecer en su rostro, pero volvió su mirada seria inmediatamente.

—Sí claro... como digas, Gnomo — Respondió sarcásticamente y me dio la espalda para irse.

No entiendo porque me llama "Gnomo", pero tampoco es algo que me interese pensar mucho. Tomé de nuevo la cuerda de saltar y me acerqué a donde estaba Emily. Ella ya había retomado sus ejercicios.

—Tienes un buen gancho izquierdo — Murmuro ella con voz agitada, sin dejar de saltar.

—Gracias — le contesté mientras empezaba a saltar a su lado.

Mientras saltaba vi a Dylan levantando unas pesas. Cuando llegué, todo el mundo me dijo que era una especie de demonio o algo así, pero yo no pienso eso, creo que es una personal difícil nada más... y sí, con un carácter no muy agradable, pero no es tan malo como todos lo hacen ver, quiero decir, no es un mal tipo después de todo. No es un Mike, que va por ahí jodiendo con la gente.

Después de entrenar, Emily y yo fuimos al vestidor de chicas a cambiarnos. Sustituí mi ropa de deporte sudada por unos jeans negros ajustados, una blusa beige holgada y mis botines negros. Era una chica a la que le gustaba verse bien, pero tampoco me iba a los extremos y usaba tacones hasta para ir al súper. Me consideraba con un estilo cómodo, pero femenino.

—Te veo mañana Tay — dijo Emily mientras me ponía las botas.

—Nos vemos — contesté con aire distraído.

Para cuando salí del gimnasio, ya se habían ido varios chicos. Me despedí del señor Mason como siempre, ajusté mi chaqueta y me colgué mi mochila al hombro antes de empezar a caminar. Me encanta caminar, siempre me ha parecido relajante, es el momento donde me dejo llevar por mis pensamientos.

Estaba tan perdida en mi misma que no di cuenta cuando choqué con la espalda de alguien. Caí sobre mi trasero en la calle, cuando él susodicho se dio la vuelta me encontré con la cara de Dylan y una expresión de molestia combinada con sorpresa en ella. Nuestros ojos se encontraron y extendió la mano en mi dirección, la tome y él me levanto sin esfuerzo alguno.

—Que torpe eres — Murmuró con voz monótona. Ciertamente no parecía una de sus habituales burlas.

—Y tú que amable eres —contesté con pesadez.

—Como si fuera mi culpa... ¿Que no miras por dónde caminas? — Preguntó mientras se cruzaba de brazos.

— Eso que importa — contesté. Sabía que era mi culpa, pero no estaba dispuesta a admitirlo y menos a él.

—Como sea. Sigue tu camino pequeño Gnomo — Concluyó la conversación haciendo un ademan con la mano.

Estaba a punto de contestarle cuando alguien se apareció frente a nosotros repentinamente: Mike.

Tentación - En proceso de correcciónWhere stories live. Discover now