16. Sentir Algo Parte 1

181K 8.9K 682
                                    

Me gire en sus brazos para quedar frente a frente y coloque mis manos en sus brazos. -¿A dónde quieres ir? Van a ser como las doce. – pregunte.

-No sé, tengo hambre, planeaba buscar comida. – dijo frunciendo el ceño y haciendo un puchero, parecía un niño. - ¿Cenaste? Te invito a cenar.

-No creo que haya un lugar abierto a esta hora Bestia.

-En ese caso iremos a mi casa. – dijo mientras buscaba sus pantalones y se los ponía.

-¿Tu casa? ¿Tus padres no se molestaran? – pregunte un poco sorprendida.

-No te preocupes por eso, no están… se fueron a una estúpida convención de empresarios. – dijo encogiéndose de hombros, luego me miro fijamente y una sonrisa se formo en su cara. –No es que te veas mal con mi ropa pero necesito mi camiseta. – dijo divertido. - ¿quieres que te ayude a quitártela?

-No gracias, puedo sola. - Estoy segura de que mi cara parecía un tomate, Dylan provocaba cosas en mí que no había sentido antes, corrí al armario y tome unos jeans ajustados y una blusa blanca, me metí en el baño y me cambie rápido, mire mi rostro en el espejo y peine mi cabello, cuando salí vi a Dylan acostado en mi cama, mirando al techo con los brazos atrás de la cabeza, la habitación estaba oscura, pero la luz de luna que entraba por mi ventana era suficiente para poder admirar su perfecto y sexy cuerpo, fue entonces cuando vi un tatuaje en la parte interna de su brazo, era un ancla, ¿Cómo es que no lo había visto antes? Debe ser por esos ojos verdes que se roban toda mi atención, sí, eso debe ser. - ¿Disfrutas la vista? – pregunto divertido sacándome de mis pensamientos.

-No, para nada. – dije mientras me sentaba a su lado y me ponía mis converse blancas. – Toma, te devuelvo tu camiseta. – dije dándole la prenda. Se levanto y se puso la camiseta, adoro ver como sus músculos se tensan al moverse. Se acerco a la ventana y se sentó en el borde.

-¿Lista? – pregunto.

-No voy a salir por la ventana, no estoy loca. – dije con una ceja levantada.

Sonrió. -¿Qué propones entonces Gnomo?

-Salir por la puerta… la gente normal hace eso ¿sabes? – dije poniéndome un suéter que me quedaba grande de color blanco. Tome mis llaves y mi celular.

-El significado de normal está sobrevalorado – dijo pensativo. Luego se puso de pie. –Bien, salgamos por la puerta… miedosa.

Golpee su hombro. –Idiota. – le dije abriendo la puerta de mi habitación, él soltó una pequeña risa. Una vez que verifique los pasillos salimos en silencio, bajamos las escaleras y al salir de la casa me asegure de cerrar la puerta lo más silenciosa que pude para no despertar a mi tía o a mi hermanita. Caminamos en dirección a la casa de Dylan, la noche estaba muy fría, él no llevaba suéter. - ¿No tienes frio? – le pregunte mientras caminábamos los pocos metros que había entre su casa y la mía, lleve mis manos a mi boca para calentarlas, estúpido clima frio. Sonrió y se acerco a mí, paso un brazo por mi hombro antes de que me diera cuenta yo ya había envuelto mis brazos alrededor de su cadera buscando calor. Cuando llegamos a su casa él abrió la puerta y se hizo a un lado para dejarme pasar primero, encendió las luces y cerró la puerta tras él, su casa era cálida y estaba pintada con colores neutros, me llevo a la cocina y yo me senté en uno de los taburetes que había en la barra.

-¿Qué me preparas de cenar Bestia? – pregunte un poco divertida. Él frunció el ceño pensativo y recorrió con la mirada la cocina como buscando la respuesta, sonreí. –Dylan ¿Sabes cocinar al menos?

-Claro que sí, juro que la pasta me queda igual o más rica que a mi abuela. – dijo con una sonrisa arrogante.

-Menos palabras y más cocinar Dylan, ya me dio hambre también.

Tentación - En proceso de correcciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora