10. Mi Única Amiga.

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-Hola – dijo con una pequeña sonrisa.

Mi humor descendió bastante con ese simple “hola”, me enoje, me enoje mucho en ese segundo… ¿Quién se cree es para venir y hablarme como si nada? Imbécil. Bufe y sin decirle nada lo empuje para poder pasar, antes de que me fuera me tomo del brazo pero esta vez fue de una manera suave.

-Taylor, háblame. – Pidió en voz baja.

Eso me hizo enojar mas, me solté de su agarre y lo mire.

-Hace unas semanas cuando te pregunte si estabas bien me mandaste a la mierda ¿crees que las personas van a estar a tu disposición cuando se te dé la gana?... deja de estarme jodiendo Dylan.-Espete enojada.

-Taylor…

-Vete a la mierda Dylan. – espete y antes de que él dijera algo, me di la vuelta y me fui.

El camino no pude mas que pensar en ese idiota ¿era bipolar? ¿Qué demonios le pasa? ¿Cómo puede pensar que puede llegar y decir  “hola” como si nada?, imbécil, todo este tiempo me la eh pasado mal por su culpa, en clase no me dirigía la palabra y yo tampoco pensaba hacerlo, así que tuve que hacer los trabajos sola, porque ni para eso me hablo; todo el tiempo me hizo sentir incomoda mientras me sentaba a su lado y por último las chicas me miraban y murmuraban cosas como “Mira esa es Taylor estúpida Jenner, la que le hablo a Dylan” o decían algo como “Escuche que está enamorada de él y por eso lo acosa” aunque esos rumores eran lo de menos, lo que más me molestaba era la forma en que me hablo y me trato, es decir, ¡me había dejado un jodido moretón en el brazo!, ahora ya no lo tenía, pero todavía me enojaba. Cuando llegue a casa me reporte con mi padre y luego me fui directo a mi habitación, antes de irme a dormir saque la sudadera de Dylan del armario y me la puse, no la había usado desde la noche en que me la dio, todavía conservaba su olor. Antes de dormir saque un cuaderno que estaba escondido debajo de mi almohada, era de hojas blancas, tenía muchos dibujos que había hecho, nadie lo sabe, ni siquiera mi tía Margaret, pero me encanta dibujar, es algo que no comparto con nadie,  no soy una gran artista ni planeo serlo, pero al igual que ir al gimnasio es una manera de desahogarme, trate de dibujar algo que reflejara mi estado de ánimo, pero nada de eso salió, en cambio comencé a dibujar sin pensar y después de unos minutos termine, me sorprendí del resultado, era el rostro de un chico, tenía unos ojos penetrantes y unos labios carnosos, estoy segura de que si hubiera usado colores sus ojos serian verdes ¿Qué diablos estoy pensando? Cerré el cuaderno, lo metí a mi mochila y después me acomode en la cama, en pocos minutos el sueño me venció y me quede dormida.

Cuando me desperté me di una ducha y me vestí con un una falda floja color negro, hacia un poco de frio así que me decidí usar una blusa color crema que tenia las mangas largas y unos botines negros. Fui a buscar a los chicos a sus casas como siempre, ya en el auto los tres empezamos a hablar de cualquier cosa.

-No es justo, Taylor rompe con el prototipo. – dijo Ryan cruzándose de brazos.

Fruncí el ceño confundida - ¿De qué hablas? – pregunte

-De ti, mírate, siempre tienes que ir vestida como una niña bonita, te juro que si no te conociera pensaría que eres amiga de Ximena y su jauría de perras – dijo.

-No seas idiota Ryan, vuelve a decir que me parezco a ellas y amigo o no te romperé la cara. – dije molesta. Emily estuvo totalmente de acuerdo conmigo, incluso se ofreció a ayudarme.

-De eso es de lo que hablo, rompes las reglas, parece que no rompes ni un plato y eres toda lindura, pero una vez que alguien se te acerca se da cuenta de que eres cien por ciento una chica dura, muy dura. – dijo Ryan divertido – Me disculpo por haber dicho que te parecías a Ximena, no es cierto, ni siquiera tienes nada que ver con ellas, más bien pareces una de esas chicas tímidas y tiernas que se sientan en el fondo y tienen un libro en sus manos.

Tentación - En proceso de correcciónWhere stories live. Discover now